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Mi primer año en Berlín: "El incendio", de Juan Schnitman

por © NOTICINE.com
Imagen de 'El incendio'
Por José Romero Carrillo *

La sesión de preguntas y respuestas tras el estreno mundial de "El Incendio", de Juan Schnitman, en un abarrotado Cinemaxx 7 de Potsdamer Platz, me dejó claro, que Argentina tiene algunos tópicos extrafilmicos que están más que incrustados en la memoria colectiva de los espectadores. Para tenerlo claro, resumiré brevemente el argumento de la película: Lucía y Marcelo tienen 30 años y están yendo con cien mil dólares a pagar su futura casa. Pero el vendedor no llega y la escritura se posterga. Que si es común en Argentina la compra de inmuebles con dólares a pesar de estar prohibido, que la relación violenta de la pareja es una cuestión extensible a la realidad de toda una nación y el por qué muchas de las películas de ese país, tienen un filón decididamente agresivo. Es decir, centrarse en meros distractores que en realidad no importan.

Esas poco más de 24 horas que suceden entre la firma de la escritura cancelada y la que se ha acordado, definitivamente, para el día siguiente es el caldo de cultivo para Lucía y Marcelo, arreglen cuentas pendientes, a pesar que luego que inicia el día Marcelo le aclara: "Tranquila, es un día como cualquier otro"… Esta tenencia involuntaria de una fuerte cantidad de dinero que retiran del banco es el detonante para, que digamos, se dispare lo que afirma el título. La decisión de comprar una casa, ocasiona más que una mudanza en el interior de una pareja en apariencia feliz. Y más allá, una de las virtudes que encuentro en este debut en la ficción de Juan Schnitman está en la representación de la clase media de la ciudad de Buenos Aires, a través de una pareja de treintañeros y los problemas emocionales, de distinto calibre que les atañen. Que las relaciones tortuosas existen, no hay duda. Por ejemplo recientemente en "Refugiado", de Diego Lerman, habíamos observado la tortura y persecución de un lado conyugal. Aquí en "El incendio" el fuego es cruzado y la tensión, la dosifica el director son suma inteligencia.

Precisamente desarrollo gradual de esa tensión y el suspenso en crescendo  es lo que la convierte en un thriller psicológico en toda regla. Será una película de género -estupendamente realizada- pero que tiene una base realista, un coyuntura social y hasta económica que la hace 100% verosímil. La combinación de ambas vertientes dramáticas, es una apuesta muy riesgosa por parte de Schnitman, y todo sería en vano, si no se cuenta con dos actores con el poderío de dejar la piel en cada una de las escenas: Pilar Gamboa y Juan Barberini son los encargados de personificar a Lucía y Marcelo.

Gamboa y Barberini, expresan e interpretan, en situaciones límite, a partir de los gritos y los golpes impulsivos que son producto del deseo  o de la impotencia. Pero también lo hacen  a través de miradas y diálogos de una honestidad brutal que hacen mucho más daño. Sin proponérselo siquiera, tendrán que saldar sus cuentas emocionales en un día cualquiera. Aunque ello signifique la exposición de sus costados más vulnerables, heridas internas o duras verdades que por amor o lo que sea,  que silenciaron en el pasado. A estas alturas -como ya se habrán dado cuenta- la compra de la nueva casa es una mera excusa argumental para que Juan Schnitman nos ofrezca en "El Incendio", una de las mayores sorpresas de la sección Panorama de la Berlinale 2015.

(*): Tras años de cubrir para NOTICINE.com festivales en América Latina, el crítico José Romero Carrillo está este año por primera vez en la Berlinale, y nos comparte sus impresiones sobre títulos claves del certamen.

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