Mentiras familiares, en la comedia uruguaya de Gonzalo Delgado y Verónica Perrotta "Las toninas van al este"

por © Sara Vega (Málaga)-NOTICINE.com
Gonzalo Delgado y Verónica Perrotta
Los uruguayos Gonzalo Delgado y Verónica Perrotta han pasado esta semana por el Festival de Málaga para dar a conocer en su Territorio Latinoamericano su primera película, la comedia dramática familiar "Las toninas van al este", en la que han colaborado el reconocido director de arte y la actriz (también protagonista), y que se filmó entre Montevideo y Punta del Este. Se trata de un acercamiento a lo que lo que los estadounidenses llaman una "familia desestructurada", en el reencuentro entre Virginia (Perrotta), quien se acerca a los cuarenta años y acaba de perder su tercer embarazo, y su padre residente en Punta del Este, un veterano gay (Jorge Denevi) que hace rato salió del placard, pero ahora en franca decadencia, con quien ha estado distanciada por largo tiempo. La cita se inicia con una sucesión de mutuas mentiras, aunque luego consiguen lo que parecía imposible: pasarla bien juntos, por primera vez. NOTICINE.com entrevisto a los codirectores charruas.

- ¿Cómo definirían su película?
Verónica: "Las toninas van al este" es la historia de una hija y un padre que hace mucho tiempo que no se ven. El padre es un hombre homosexual y fue famoso en el pasado,  cuando llega la hija la rechaza abiertamente hasta que se entera que va a ser abuelo y viven un fin de semana juntos en un balneario. Se mienten para pasar unos días felices. La trama tiene mucho que ver con ese duelo de mentiras que se cuentan y el lugar dónde se reencuentran.

- ¿Cuál fue el germen del guión?
Gonzalo: La idea de la película surge al filmar otro proyecto con Verónica, ella actuaba y yo era el director de arte, trabajamos unos días juntos y pensamos en una película en la que pudiéramos trabajar juntos y actuar juntos. Al principio teníamos pensado que yo la dirigiera y ella fuese sólo actriz, pero durante el proceso, decidimos dirigirla, producirla y actuarla, todo juntos. Teníamos dos personajes, un padre homosexual y una hija que pudiera reencontrarse con él en un lugar porque hace mucho tiempo que no se ven. Ahí comenzó la escritura del guión que nos llevó unos cuantos años y culminó en "Las toninas al este".

- ¿Cómo ha sido la trayectoria de su film hasta llegar al Festival de Málaga
G: La trayectoria está comenzando precisamente por este festival. Luego irá pasando por un circuito de otros festivales.
V: Teníamos muchas ganas de viajar. Nunca había venido yo al Festival de Málaga, pero sí teníamos ganas de que pasara esto, que la película contara con distintos públicos, no solo el uruguayo porque entendemos que tiene un humor muy universal, que todo lo que trata en el largometraje es universal y queríamos comprobarlo, teníamos esa intuición y lo que pasó ayer en el estreno fue eso, que vimos cómo conecta el distinto público a distintas edades y eso nos entusiasma para el estreno de Uruguay, que pueda viajar a otros lugares también.

- ¿Cómo se pusieron de acuerdo y repartieron las tareas?
G: Tiene que ver con contar historias. Lo que hicimos en ensayarlo para divertirnos y divertir a los demás. Nació casualmente, quisimos trabajar juntos. El proceso del guión fue largo porque lo disfrutamos mucho. Por eso se trata de una película humorística. Nos interesan mucho las relaciones familiares y el tema de la película se basa en la manera que tenemos para elaborar nuestras vidas y queríamos compartirlo. Fue muy sencillo trabajar juntos.

- ¿Tiene algo de autobiográfico el film?
G: Todos tenemos padres y todos tenemos hijos por eso es tan fácil para el público conectar con la historia. Mientras hacíamos la película, como hijos, tratábamos de decir algo a nuestros padres, también proyectamos nuestros temores respecto a nuestros hijos. Es una relación fundamental entre los padres e hijos. Trata con mucho cariño a los padres y a los hijos.
V: Tiene mucho que ver con algunos asuntos exacerbados. El tema de la ilusión, el entusiasmo y del optimismo, por ejemplo el personaje de Virginia. Nos interesaba trabajar por ese lado. Emparentamos con los personajes.

- ¿La consideran una visión realista de las relaciones paterno-filiales?
V: Esta película creo que se cuestiona tanto lo real.
G: Hay un personaje femenino y masculino, no está centrada en la variedad. No existe ningún tipo de barrera. El proceso fue muy natural, nos sentimos como artistas creándola. Dos personas tratando de divertir al resto. Y eso es lo que hicimos.

- ¿Y cómo están viviendo la experiencia de presentarla por primera vez ante un público foráneo?
G: Esta película está empezando su trayectoria y queremos disfrutar del proceso, de la interacción con el público y vamos viendo lo que surge.
V: Todas, yo tengo todas las expectativas, trabajar fuera, viajar más… Ahora que la hicimos, que vemos que al público le gusta y abre algún que otro debate entre ellos porque es una historia de destiempo.
G: Para mí lo más importante es que la vea la mayor cantidad de gente posible. Confiamos que la película es para todos los públicos y para todos los países. Creo que conectará con todas las emociones de quien la vea. La inspiración más grande es esa que la vea la mayor parte de gente. Saber el precio del cariño y del amor, aunque a veces uno tenga que mentir. Los lazos familiares siempre van a estar a pesar de que uno crea que es difícil llegar a las personas que quiere, ese amor siempre está. A veces cuando caen todas las capas y se caen todas las mentiras es cuando prevalece el amor y el cariño.

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