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Víctor García León: "La historia de España es la de un fracaso continuado... en el que nos lo pasamos muy bien"

por © Jon Apaolaza (Málaga)-NOTICINE.com
Víctor García León (FM)
A Víctor García León ya no le recuerdan que es el hijo de dos de los referentes culturales de la España "progre" de la Transición, el director José Luis García Sánchez y la cantante Rosa León. Ya no necesita referencias ajenas. Después de ser candidato al Goya a mejor opera prima con "Más pena que gloria" y una década larga tras su último estreno, "Vete de mí", vuelve al cine con "Selfie", una película que se atreve a reirse del mito de las dos Españas, a las que considera "idiotas". Ha tenido dos hijos que no le dejan dormir y se cansó de dedicarse a buscar quién le financie una película, para ahora simplemente hacerla... NOTICINE.com habló en exclusiva con él tras su primera proyección en la competencia oficial de Málaga.

- ¿Qué cuenta en "Selfie"?
Contamos la peripecia del hijo de un ministro de derechas caído en desgracia, imputado por corrupción y 18 delitos económicos, y su entrada en el mundo de izquierdas, de Podemos, que le parece el séptimo círculo de Dante; Cómo se enamora de una ciega, activista de izquierdas, y cómo le va cada vez peor, hasta que al final le va muy mal.

- ... O sea que no hay final feliz.
No, la historia de España es la de un fracaso continuado. Hay un punto en el que en el trayecto nos lo pasamos muy bien.

- La sinopsis de su película apunta al simbolismo: un idiota de derechas y otro de izquierdas compitiendo por el amor de una mujer ciega, que sería España. ¿Cree que el espectador verá esa metáfora?
La película aspira a ser una fotografía de España en este momento y de nosotros mismos. Cada uno va a sacar conclusiones distintas. A veces detrás de una foto hay más reflexiones que detrás de un ensayo socioeconómico o filosófico, porque te permite ver lo que tu quieres ver. Si ves una metáfora, ves una metáfora. Si lo que ves es un retrato despiadado de unos imbéciles también es eso. Si ves una reflexión existencialista sobre la falta de escapatoria política y cultural, también está. Pero igualmente hay una comedia divertida y desenfadada. Por eso digo, en la medida en que se es exigente como espectador serás exigente con la película. Se puede disfrutar a muchos niveles.

- El de derechas es idiota, el de izquierdas lo mismo, y España está ciega... ¿Es usted anarquista o simplemente "destroyer"?
Bueno... Creo que cuando uno se enfanga politicamente en una película hay que intentar no ser sectario, no dar lecciones ni consejos, ni decirle a la gente lo que tiene que votar, porque nos parecía deshonesto. Además yo no doy consejos a nadie. He tenido dos hijos; llevo tres años sin dormir y no puedo dar consejos a nadie. Hago con mi vida lo que puedo y bastante es. Considero que todo el mundo es igual. Hay un punto en que si vas a hablar de lo lamentables que son los del PP debes hablar de lo lamentables que son los de Podemos, o estás haciendo un planfleto, y los panfletos tienen un recorrido literario muy pequeño. Nosotros eramos más ambiciosos. Queremos que la película perdure un poco más.

- No rodaba desde hace más de diez años, y por el camino han quedado algunos proyectos que se frustaron una vez arrancados. Tiene que estar contento...
La historia de Bosco, de la intemperie económica, es un poco mi propia historia, de cómo me he caído de culo con la realidad. Cuando yo empecé a hacer cine no era tan complicado. Se podían hacer películas, se podían financiar películas intermedias, que eran de autor pero también se podían vender como populares. He tardado mucho en entender que el entorno era hostil y era muy complicado levantar una película, mucho más que antes. He tardado mucho en dejar de invertir mi tiempo en financiar proyectos y dedicarlo a rodar proyectos, que era lo que me gustaba de todo esto. He recuperado mi espíritu de cortometrajista, que era muy divertido.

- ¿Por eso dicen que la suya es una película "low cost", una especie de metagénero que últimamente es muy abundante en el cine español?
Lo que pasa es que el "low cost" es un modelo industrial perverso. De alguna manera lo que viene a decir es que las películas se hacen igualmente haya dinero o no, y eso es mentira. Primero no se hacen igual y luego hay muchas muy buenas que no se hacen. Es mentira también porque una cosa es que la gente no haya cobrado aún o haya dilatado sus cobros y otra cosa es que el trabajo no sea profesional. Las películas "low cost" parece que nos remiten a "he hecho una película con el IPhone y sale mi abuela". Pero lo nuestro es una película profesional, con un camarón, con actores profesionales y un guión, y queremos que compita en salas y sea entretenida y criticada con toda la fuerza de la industria. Aspiramos a tener una película popular, y por eso no me gusta tanto tirar de la idea del "low cost", porque ya no es noticia y además creo que denigra un poco el producto, que lo convierte en algo más pequeño y menos apetecible.

- Del proceso de hacerla, ¿qué ha resultado lo más complicado?
Fíjate, yo creo que complicado, no. Hay cosas incómodas, pero es muy refrescante enfrentarse a algo incómodo. Hacer cine no es un derecho, es un privilegio, y hay que agradecerle mucho al equipo que confíe en uno. Difícil no ha habido nada, solo cosas incómodas, supongo. Vas en autobús y no en coche, más en metro que en taxi, pero creo que a la película le da una vida que no le daría algo más convencional. Creo que la película es la mejor que podría ser, de verdad lo pienso.

- ¿Y cómo está siendo la acogida aquí en Málaga?
La terminamos hace tres días. Creo que tenemos una visión sesgada de la cosa... pero la sensación es de buen clima. En general ha gustado, y ahora a ver cómo reacciona el público más allá de la prensa. La verdad es que estamos muy contentos y muy agradecidos.

- LLega al festival sin distribuidor. ¿Crée que lo encontrará gracias al festival?
Espero que sí, no se si aquí mismo en el festival, pero ya estar en la sección oficial implica que hay un determinado grupo de gente que considera que es una película que puede competir de igual a igual con otras industrialmente más financiadas y... ¡carajo!, es una película muy divertida y espero que alguien piense que puede ser negocio.

- Dicen que las comedias lo tienen más difícil que los dramas en los festivales. ¿Aspira a premio?
Claro que sí. Podría decirte que no, pero claro que me gustaría, ojalá me los dieran todos. Pero es verdad que en los festivales se premia más a una intensidad dramática que una cómica. Es así, pero fíjate que con el tipo de comedias que hago yo, que son un poco tristes o con una parte más melancólica, o son más heterogeneas y menos unívocas, recuerdo que cuando fui al festival de comedia de Peníscola pensé que era el mío, y me dijeron: "Es que tu película no es comedia comedia...". No, no nos podemos quejar porque la película ha tenido buena aceptación y buen clima y si no nos dan un premio no será porque no lo queremos, que lo queremos, sino porque les ha gustado más otra película. Espero que no dependa del género.

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