Eugène Green eligió Gijón para el estreno mundial de "En attendant les barbares"

por © Mireia Quintana (Gijón)-NOTICINE.com
Eugène Green
El singular realizador Eugène Green, nacido en Estados Unidos y nacionalizado francés, ha realizado la première mundial de su largometraje "En attendant les barbares" (Esperando a los bárbaros) en la Sección Oficial del Festival Internacional de Cine de Gijón. Es la tercera vez que el director acude al certamen asturiano. La primera fue en 2011 para presentar "La religieuse portugaise", que tuvo muy buena acogida y la segunda un año después, para hacer un repaso de sus obras hasta ese momento.

"En attendant les barbares" no es un film convencional. Tanto su estética, como sus diálogos ofrecen al espectador una visión muy teatral de los acontecimientos. En él, seis personas desconocidas y completamente diferentes entre sí se introducen en un mundo de oscuridad para huir de "los bárbaros" y poder encontrar la luz. Gran parte del metraje se lo lleva la representación de "Jaufré", un texto del siglo XII escrito originalmente en occitano, que los actores interpretan dentro de la ficción sin escenografía ni vestuario.

A Eugène Green no le interesa hacer películas de época, pero sí le gusta que situaciones que ya ocurrieron estén presentes en la actualidad para aprender de ellas: "El pasado ausente se transforma en presente ausente. No me interesa vivir en el pasado pero hay que comprender que éste nos formó. Abordo temas muy actuales como la dominación del hombre por las máquinas que él mismo ha creado o el miedo generalizado, pero uso elementos pasados porque creo que manteniendo ese legado, podemos encontrar soluciones a nuestros problemas actuales".

Al final de los créditos, se descubre que el origen de la cinta está en unos talleres para actores: "Esta película nació en condiciones bastante particulares. Fue un encargo de Chantiers Nomades, una escuela de formación continua para actores profesionales. Yo había impartido un curso teórico de tres días en 2015 y esta vez me pidieron hacer un taller práctico en el que los intérpretes tuvieran experiencia previa frente a la cámara. Sólo lo haría si después me permitían rodar una película, así que hice un guion teniendo en cuenta todas las condiciones que implicaba: escribir para 12 actores que tuvieran roles equivalentes, pocos medios y pocos profesionales en el equipo técnico", explica Green.

Estas condiciones en las que debía rodarse la cinta, como que los actores no cobraran sueldo, sino remuneración como si se tratara de unas prácticas, permiten que ésta sea presentada en festivales pero no distribuida en salas. "Las únicas personas con sueldo en el equipo técnico fueron el ingeniero de sonido, el director de fotografía y un ayudante de dirección", afirma el realizador.

Cuatro de los doce intérpretes, Marine Chesnais, Fitzgerald Berthon, Ugo Broussot y Chloé Chevalier, se encontraban el lunes arropando a Green durante su encuentro con los medios. Una de las cosas que más le preocupaba en cuanto a la película era decidir bien quiénes serían los doce seleccionados "porque había 35 candidatos y yo tenía que elegir 12", puntualiza el director, que confiesa estar muy contento con el resultado final y añade que encontrar a los que finalmente darían vida a sus personajes "fue milagroso". Valentine Carette, Clément Durand, Hélène Gratet, Roman Kané, François Lebas, Frédéric Schulz-Richard, Arnaud Vrech y Anne-Sophie Bailly completan el elenco.

El rodaje tuvo lugar en solo diez días y medio. "Son muy buenos actores y lograron entrar rápidamente en el estilo que les pedía y en el tipo de trabajo que les proponía. En los teatros suele haber seis semanas de ensayos, en este caso ensayaban solamente medio día y luego ya rodábamos", aclara.

Green afirma que la palabra juega un papel esencial en su trabajo. Se trata de algo "esencial" en sus obras. Durante mucho tiempo se dedicó al teatro intentando volver al lenguaje francés del siglo XVII, además de escribir, pero cree que en estas tres disciplinas, cine, teatro y escritura, la palabra no tiene la misma importancia. Para él, "en el cine, la palabra es un medio para liberar la energía de quienes la pronuncian".

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