Catalina Saavedra, en Berlín con el film argentino "Marilyn": "La imposibilidad educativa ciega a la sociedad"

por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
Catalina Saavedra
La actriz chilena Catalina Saavedra ha pasado por la Berlinale con su película "Marilyn", un drama basado en un crimen que sacudió a la sociedad argentina, a finales de la pasada década, cuando un joven homosexual -Marcelo B.- asesinó con una escopeta a su madre y su hermano, y fue condenado a cadena perpetua. La protagonista de "La Nana" y "Las niñas Quispe" confió en el debutante Martín Rodríguez Redondo, quien la convirtió en una madre intolerante y castradora. NOTICINE.com habló con ella en exclusiva en la capital alemana.

- ¿Cómo es su personaje en "Marilyn"?
Soy la madre de Marcos, interpretado por Walter. Una madre ciega, en términos metafóricos; una madre ignorante, en términos concretos; una madre posesiva y con una amplitud de miras muy pequeña en relación a sus hijos, a la vida y al mundo, supongo.

- La ignorancia lleva a la intolerancia...
Lamentablemente así es. Por eso creo que Latinoamérica, o por lo menos Chile, que es el país de donde yo vengo, es tan pobre en ese sentido. Porque creo que desde la dictadura hemos tenido una imposibilidad educativa que ha cegado totalmente a una sociedad. En dictadura, como decía Carmen Hertz, una victima de los derechos humanos, sobreviviente, abogada, dijo una vez: "nos mataron a los mejores". Y me llena de pena decirlo, pero lo voy a decir, entonces en ese cercenamiento político que hicieron en la dictadura se cortó todo el ímpetu de ser un país mejor, cultural y educativamente. Y de ahí no hemos podido salir. Entonces, creo que todas estas acciones, o todas estas pobrezas humanas, son un reflejo de eso. Manipulado, obviamente.

- El personaje real que da título a la película sigue vivo. ¿Pudo usted hablar con él? ¿Se documentó de alguna manera?
Mi única documentación fue el guion y las historias que me contaba Martin de la historia verdadera. Pero nada real.

- En su carrera abundan personajes como el de este film, ignorante e intolerantes, algo bastante opuesto a su propia personalidad. ¿Los busca usted?
No me atraen especialmente, pero son los que me llegan. O sea, me atrae cualquier personaje o cualquier historia que aporte algo a la sociedad. Creo que mi trabajo, desde hace mucho tiempo que lo he tomado así, ¿para qué sirve? Y creo que debería servir para modificar algún alma. Mi desafío, en cualquier género, en cine, en teatro o en televisión, mi objetivo, en el momento de elegir algo, es que el público salga modificado.

- Hace un momento no recordaba usted el nombre de su personaje en "Marilyn" (Olga). ¿Le resulta fácil liberarse de los personajes cuando termina un rodaje o una obra o suele cargar usted con ellos?
Los llevo en la mochila, obviamente, pero me olvido de cosas fundamentales como los nombres. Imagínate, llevo 30 años trabajando de actriz, esta película la hicimos en el 2016, y del 2016 acá he hecho muchas cosas y se me olvidan. Pero siempre tengo amigos que me los recuerdan.

- Además, hay algunos que marcan una carrera...
Absolutamente. En mi caso, el personaje de la Nana, lo independiente, lo mediático que fue. Y cosas de teatro.

- Esta es una coproducción argentino-chilena. Pese a la vecindad no suelen ustedes colaborar tanto...
Siempre, creativamente y aportativamente hay buenas relaciones. El problema es que, por lo menos en Chile, no vemos nada de lo que hacemos. Hacemos muchas cosas, pero, misteriosamente, no hay cabida para que el público acceda a estos trabajos o a estas colaboraciones. Por ejemplo, la película que hizo Alfredo Castro en Venezuela, que se llama "Desde allá",  no la hemos visto. Y de esto hace ya un tiempo. Esta película, seguramente, en un año o próximo, si es que, en alguna sala pequeña alternativa, por muy poco tiempo va a ser exhibida. En las grandes cadenas son un misterio para nadie, el monstruo americano, como digo yo, nos aplasta hace años, con su prepotencia en relación en sus cadenas millonarias, pero los países no han sabido combatir esto, y por suerte, existen los festivales que son la única estancia para ver los resultados. Porque podemos hacer muchas coproducciones, pasarlo muy bien, conocernos, hacernos amigos, aquí allá, experimentar, pero ¿Quién ve eso? Por lo menos, en Chile, no lo ve nadie. Yo no se nada, o sea, sé, porque me interesa y por suerte están las plataformas de internet, pero si yo no tuviera eso, si fuera una persona normal de la calle y quiero ir a ver algo, no tengo nada más que la opción Cinemark, Hoiyts Y ya sabemos lo que ya hay ahí adentro. Y hay cosas muy buenas también, pero la mayoría, las que se llevan, no.

- ¿Cómo están viviendo esta experiencia de estreno mundial en el Festival de Berlín?
Bien, la Berlinale… no reíamos la otra vez, en nuestra celebración privada de estar aquí que era como, siempre es un impacto, sobre todo al hacer una película pequeña, sin muchas ambiciones, creo, con un presupuesto precario también, en condiciones también precarias, ir de cañuelas a la Berlinale, en estreno, es un super logro. Sobre todo, por lo menos en mi caso pienso, sobre todo para Martín, que es como el creador, el ideólogo de este proyecto, y yo, gran mérito, se lo atribuyo a él, en general no solo en este caso, porque creo que hay que tener un gran espíritu de aguerrido para hacer una película, y yo siempre lo admiro. Porque yo soy una actriz invitada, nosotros estamos al servicio de estos, pero este buque lo arrastra otro, que en este caso es Martín, y lo encuentro hermoso. Y en relación a los festivales, yo los encuentro lindos, preciosos, pero siempre creo que lo disfrutan más los que hacen negocios con esto, los realizadores. Nosotros estamos como invitados, viendo esto de lejos. Y la recepción de la gente, linda, hermosa, preciosa, creo que es un público que está acostumbrado a ser respetuoso a agradecer el trabajo, y eso nosotros lo sentimos.

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