Por fín Cannes nos hace justicia: 14 películas iberoamericanas y apertura y clausura española

por © Redacción-NOTICINE.com
Tres de las últimas incorporaciones a Cannes: "Un día más con vida", Alejandro Fadel y "El hombre que mató a Don Quijote"
Cannes cierra su programación con la mayor presencia iberoamericana en años. Pese a la sorpresiva no inclusión de los films de algunas de sus "criaturas" cinematográficas, como el mexicano Carlos Reygadas o el argentino Pablo Trapero, finalmente Cannes va proyectar la mayor cantidad de películas iberoamericanas en años. Este jueves, el certamen francés ha agregado hasta cuatro nuevos films de España, Argentina, Portugal y Brasil. En Un Certain Regard "Muere, monstruo, muere", de Alejandro Fadel y "Chuva e cantoria na aldeia dos mortos", de João Salaviza y Renée Nader Messora; como proyección especial la cinta animada "Un día más con vida", de Raúl de la Fuente y Damian Nenow, y "El hombre que mató a Don Quijote / The Man Who Killed Don Quixote", de Terry Gilliam, producida por el español Gerardo Herrero (Tornasol Films), será la encargada de cerrar el festival, fuera de concurso.

Con estas, serán 14 las películas elegidas para el certamen más famoso del mundo. Las citadas más la española "Todos lo saben", de Asghar Farhadi, único film iberoamericano a concurso entre 21; la argentino-española "El ángel", en Un Certain Regard; la portuguesa-brasileña "Diamantino", de Gabriel Abrantes & Daniel Schmidt, en la Semana de la Crítica; en la Quincena de los Realizadores "Pájaros de verano", de los colombianos Ciro Guerra y Cristina Gallego; la mexicana "Cómprame un revolver", de Julio Hernández Cordón; las españolas "Carmen y Lola", de Arantxa Echevarría, y "Petra", de Jaime Rosales; la argentina "El motoarrebatador", de Agustín Toscano, y la brasileño-colombiana "Los silencios", de Beatriz Seigner. Además, dentro de lo que llamab Proyecciones Especiales, se ha incluído también el último trabajo del veterano cineasta brasileño Carlos "Cacá" Diegues, "O Grande Circo Místico".

Considerado un hecho histórico, este año -en su edición 71- Cannes abrirá y cerrara con sendas películas de producción española (con otros países y directores foráneos), pero filmadas en España.

"Muere, monstruo, muere", del mendocino Alejandro Fadel ("Los salvajes") ha sido definido como "un film de autor, pero con mucho monstruo, asesinatos sangrientos y efectos visuales". También en algún momento han hablado de "un policial o western de horror", filmado en el Valle de Uco y alrededores. "Es una película ambiciosa, realista y delirante, sobre gendarmes de montaña, mujeres decapitadas, motociclistas de la luz mala, fallas en el lenguaje, monjes cinéfilos, paisajes como matemática, esquizofrenia y monstruos", agregaron sus responsables. La cinta cuenta con coproducción chilena.

"Un día más con vida", de Raúl de la Fuente y Damian Nenow, largometraje de animación que incluye secuencias de imagen real, es el relato de los tres meses que el reportero Ryszard Kapuscinski pasó en Angola en 1975, al principio de una guerra civil que duró décadas. La joven guerrillera mulata Carlota y el Comandante Farrusco, un portugués que desertó para unirse a la guerrilla angoleña, cambiarán para siempre al periodista, que se debatirá entre el dilema de informar o tomar parte en esta guerra de repercusiones internacionales, la última batalla de la Guerra Fría.

Con la selección como film de clausura de "El hombre que mató a Don Quijote / The Man Who Killed Don Quixote", de Terry Gilliam, coproducida por Francia y protagonizada por Jonathan Pryce ("Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra / Pirates of the Caribbean: The Curse of the Black Pearl") en el papel de Don Quijote. Otros actores que intervienen son Olga Kurylenko ("007: Quantum / Quantum of Solace"), Adam Driver ("Star Wars: Episodio VII - El despertar de la Fuerza / Star Wars: Episode VII - The Force Awakens") y Stellan Skarsgård ("Mamma Mia!"). Se trata de una cinta "maldita", que tuvo hasta dos rodajes con diferentes elencos, retrasos, problemas de financiación y hasta una controversia final que acabará en los juzgados, por la denuncia del productor portugués Paulo Branco, quien pese a ser incapaz de aportar su parte del presupuesto alega que tiene un contrato que le adjudica los derechos de la película.

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