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Armando Bo estrena "Animal": "Sin Francella esta película sería insostenible"

por © EscribiendoCine-NOTICINE.com
Armando Bo
Tras haber obtenido el Oscar por el guion de "Birdman (o la inesperada virtud de la ignorancia)" (2014), de Alejandro González Iñárritu, el escritor y realizador Armando Bo decidió regresar a Argentina para desarrollar "Animal" (2018), un viejo proyecto que primero intentó producir en Hollywood. Sin embargo, fue la lectura del guión por parte del actor Guillermo Francella, la que provocó que el proyecto se materializara en la Argentina, con el propio Francella al frante, junto a Carla Peterson, Mercedes De Santis y Federico Salles. El guion, escrito junto a Nicolás Giacobone, reposa su mirada en un hombre y una encrucijada, en la que deberá tomar decisiones, tal vez no las más adecuadas, para poder continuar con vida. "El mundo del Oscar te abre muchas puertas, y es importante qué puertas uno elige entrar y cuáles no", afirma en dialogo con nuestros compañeros de EscribiendoCine.

- ¿Cuál fue el origen de "Animal"?
Un recorte de un diario que leí hace cinco años y que era sobre alguien que ofrecía parte de su cuerpo por una casa, me movilizó bastante. Original desde el lado irónico pero también dramático, ví que en ese recorte había un germen de lo que pasa en la sociedad, que todo tiene un precio, que parte de tu cuerpo tiene un precio y que todo se compra y se vende. Le compartí a Nico el artículo y empezamos a trabajar, a desarrollar una película, ver la historia que jugara con ese tema, sin una bajada de línea puntual, que traiga el tema, pasaron cuatro o cinco años de limpieza del guion, eliminando obviedades y aquí estamos.

- ¿Cómo fue la decisión del casting?
Primero apareció Guillermo Francella, la película para mí necesitaba alguien, no sólo un actor dramático, y él viene jugando bastante y demostrando que es un gran actor. Le compartí el guion, y es muy apasionado, con mucha energía y se motivó. El lado del humor de él siento que no estaba, que se decidía sólo por una cosa u otra, y quería soltarlo, y trabajar con él sin negar el otro lado, no es una comedia, pero tiene humor ácido, oscuro, por eso no quería negar eso, la luz y el timming del humor. Él era la opción perfecta, y Carla Peterson también tiene que ver mucho con esto, una calle tremenda, historia de vida, ubicarla en un lugar dramático, cambiarla estéticamente de manera drástica y mantener el ritmo de la comedia, porque esto no es sólo un thriller o drama, era un lugar fascinante y se armó un gran equipo. Tuvieron una química inmediata, se jugaron y dejaron que jugáramos con sus estéticas para hacer algo diferente, jugar con sus mundos para ponerlos en un lugar especial.

- ¿Fue difícil ir decantando el guion para terminar en la propuesta que presenta en la pantalla?
Fue buscado desde el guion hacer algo distinto, me aburre que las películas sean una sola cosa, está todo tan hecho, el thriller es thriller y hay que atrapar al asesino, en la comedia está todo liberado y nos vamos a reír, el drama es drama, hay algo de la mezcla que me seducía y me invitaba a jugar, decidimos corrernos a los extremos, con esa familia perfecta y toda la vida armada, con personajes comunes, en tensión y el tono es clave, y decidí mantener el control, sin que se vaya a otro lado. La película es un thriller atrapante, incomoda en algún punto, pero tiene otro layer, no hay tiros, no hay acción, no hay muertes, quería que sea especial, que no sea fácil de encasillar, y si la tenés que comparar no se sabe bien dónde. Y es bueno, el mundo del Oscar te abre muchas puertas, y es importante qué puertas uno elige entrar y cuáles no, fue importante para mí ésta elección, no ser cortoplacista y cuando aparecieron Guillermo y Carla me superó. Guillermo hace algo diferente, empieza de una manera y termina de otra.

- La segunda capa del relato, que genera mucha tensión, tiene mucho de "Casa Tomada", ¿fue una de las influencias? ¿Cómo creó el universo de esos personajes desde el recorte?
Era algo jugado, la elección de Mercedes De Santis y Federico Salles fue jugada, era clave ser impredecibles, el no conocerlos ayuda a que no sepas que van a hacer, no son malos de chumbo en la mesa, ni el macho argentino.

- Nadie tiene su rol bien definido en ese sentido, todos pueden ser buenos y malos y malos y buenos…
Claro, son parte de nuevas generaciones cortoplacistas donde todo es posible y quieren todo ya, donde no hay una educación como la del personaje de Guillermo, que piensa que si ahorrás y trabajás todo va a salir bien, son el lado opuesto, son personajes impredecibles lejos del cliché. El casting fue difícil, son personajes complejos, opuestos entre sí, uno manipulador, el otro acompaña y se generaba una gran tensión entre sí. Tienen muchos minutos en pantalla y me alegra darles una oportunidad a ellos. La película tiene mucha tensión y puede generar tensión, el cine es para generar emociones, y está bueno que no sea una película que te dice qué es lo que tenés que decir, que se abra a la polémica.

- Hay un mensaje fuerte sobre este punto…
El mensaje lo tiene que sacar cada uno, no voy a hablar del final, porque está la intención que se debata, el final tiene cosas positivas y negativas, todos los personajes cambiaron y crecieron, no hay una solución. Podría decirte lo que pienso pero para mí no hay que decir sólo una cosa sino lo contrario.

- ¿Quería que la película abriera la discusión, una vez más, sobre la donación de órganos?
La película se apoya en el tema, pero no es una película médica, no es sobre la enfermedad de un tipo, es una plataforma y es una oportunidad para que se hable, está fuertemente arraigado, he hablado con el padre de Justina Lo Cane y con la gente de INCUCAI y les compartí la película. Me pone contento que sirva para que se hable el tema, funciona en Argentina el sistema y espero que pueda funcionar mejor.

- Visual y técnicamente la película avanza con el soporte de su anterior producción, ¿tiene que ver con la película o con su intención de explorar en el cine?
No hay nada disociado de lo que estaba contado, tiene un lado sólido que no hay ningún capricho, todo tiene una justificación, puedo hablar mucho sobre los colores, no quise hacer algo realista, quise contar una realidad corrida, el rojo, el leit motiv habla mucho de la película, no por la sangre de asesinato, sino por lo que representa, un mundo creado, castillos, hay muchas pequeñas cosas que uno va metiendo para no hacer una película más sino que haya una idea y un concepto, de ahí viene el mundo de Mar Del Plata.

- Que se muestra de una manera diferente acá…
Para mí Mar Del Plata tiene cosas socialmente increíbles, era muy importante, tienen una personalidad muy propia, me cansa que todo se parezca a sí mismo, elegí el lugar por el glamour de lo que fue y que la gente elige para vacacionar, hay una relación poética con el mar, con la erosión de las olas. No hay caprichos, eso está ahí, no lo creamos.

- La historia le dictó esas posibilidades…
No es que tomás decisiones por capricho, todo se basa en el guion o lo que crees que dice el guion. Después está cómo lo interpretan, viene el actor, imagínate si te sacan una foto ya es complicado, acá tienen que decir muchas cosas. Si no tenés un Francella para que te lo creas es insostenible, pero el guion tiene que ser claro para que pueda hacer, si no hay unas columnas bien puestas no hay lugar para agarrarse. En la película no hay nada que no esté en eso.

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