Cannes 2019: "Bacurau", la primera película iberoamericana en la competencia por la Palma de Oro

por © Correcamara.com-NOTICINE.com
Por Jean-Pierre García     

Con "Bacurau", primera cinta iberoamericana de la sección competitiva del Festival de Cannes, se abrió la competencia con mucho talento y energía. Esta obra brasileña de primer nivel nos hace viajar por la historia de un país y visitar a sus varios géneros de cine.

Es mejor no tratar de entender de dónde viene realmente el titulo de la película, "Bacurau" es el nombre inventado de un pueblito del nordeste de Brasil, sería también, según dicen ciertos personajes, el nombre de un ave grande que vive escondido de día y sale de noche, un ave que daría miedo tanto a los niños como a los padres. Escondido en el medio del sertao, zona semidesértica de Brasil, rodeado por montes y colinas, llegar a "Bacurau" es toda una aventura por caminos o senderos llenos de agujeros e incertidumbres. Entramos de pronto en una atmósfera de western y también de cangaceiros (estos "bandidos" del siglo XX que peleaban contra los dueños de latifundios y la policía).

Al llegar al pueblo descubrimos que su gente está llorando la muerte de una anciana (94 años) que todos querían mucho. El entierro es ya el inicio de la aventura. Nos damos cuenta que el pueblo carece de agua, pues Tony Junior, un gran terrateniente, se roba toda el agua y mata a los pobladores. En tanto, oímos hablar de Lunga, un "bandido buscado por la policía " que se esconde y que nadie denuncia.

Esta atmósfera de western se desarrolla mientras se instalan referencias a estilos de películas mas actuales, desde la ciencia ficción a los "slashers". En paralelo, observamos que el pueblo, en sus momentos de paz, vive de modo muy realista: aman, tienen sexo y disfrutan una vida muy comunitaria.

Todo se trastorna después de la visita de Tony Junior al pueblo, que además de ser el más rico, es gobernador del lugar. Juego político y manipulación, pero Bacurau lo conoce muy bien y no se deja manipular. Al mismo tiempo surgen una serie de crímenes que se vuelven rápido matanzas. Descubrimos que un grupo de mercenarios matones (hablan inglés) están tratando de borrar a Bacurau del mapa, o sea de matarlos a todos. Es un hecho metafórico que el pueblo pierda todas sus conexiones internet o telefónicas, lo que nos lleva hacia un futuro peligroso.

En Cannes se conoce bien el trabajo cinematográfico de Kleber Mendonça Filho pues impresionó mucho con "Aquarius" hace dos años. Trabajaba desde tiempo con Juliano Dornelles y aquí se asociaron para la escritura del guion y codirigieron "Bacurau". El proyecto les tomó diez años, entre tanto se produjo y filmó "Recife" y "Aquarius".

El tema político de la película era al inicio algo utópico (o para ser más preciso distópico). La realidad política brasileña lo adelantó todo y puede brindar un aspecto muy realista a la película acabada en 2019.

No es preciso conocer toda la historia de Brasil en el siglo 20 para entender la película y entrar en su universo muy especial. Es mejor para los cinéfilos pensar en los grandes géneros cinematográficos y sus pasos en varios países. Como lo hicieron los directores, es pertinente pensar en Sam Peckinpah ("The Wild Bunch" o " Pat Garett and Billy the Kid") por ejemplo, y dar una vuelta al universo de "Antonio das Mortes" o "El Cangaceiro", clásicos del cine de Brasil).

Pero hay también algo inspirado del cine fantástico: se emplea un drone para simular un ataque de marcianos, se describen los mercenarios como personajes saliendo de la película "El Malvado Zaroff" ("Dangerous Game"). Frente a los que deciden eliminarlos una a uno, el pueblo reacciona como ya lo hizo en el pasado: arman trampas, se esconden y luchan. Estamos en un universo cinematográfico, pero no llaman a otros bandidos para defenderse, no. Se organizan ellos mismo y toman las armas que están colgadas en el museo histórico de Bacurau. Todos pelean, lo mismo las prostitutas, que los jóvenes y los ancianos, con armas modernas o antiguas.

Lo mismo ocurre con la música, la cual participa de la vida del pueblo y de su lucha, el guerrillero clandestino que pelea con mucha energía (y con sadismo a veces) es un homosexual originario de Bucarau.

Aquí tenemos una gran película. Seguro que la veremos en muchas partes después de Cannes.