Hablamos con Sofía Quirós ("Ceniza negra"), primera costarricense participante en Cannes

por © ViendoMovies-NOTICINE.com
Este año, Cannes ha tenido nuevas perspectivas para el cine iberoamericano menos difundido. Si en la Quincena de los Realizadores se vio la primera película en más de 7 décadas dirigida por una peruana ("Canción sin nombre", de Milena León), en la Semana de la Crítica ha participado la primera producción costarricense en la historia de Cannes, "Ceniza negra", poética opera prima de su directora, Sofía Quirós. Con ella habló NOTICINE.com en exclusiva.

- ¿Cómo definiría su película?
"Ceniza negra" es la historia de Selva una niña de 13 años que vive en un pueblo costero del Caribe, junto a su abuelo y su única figura materna que se llama Helena. La película cuenta como a partir de la desaparición de Helena, esta niña empieza a enfrentarse al deterioro acelerado de su abuelo y a la decisión sobre si acompañarlo en el momento de su muerte, aunque eso le implique atravesar últimos momentos de la infancia sola. Habla sobre la visión de la muerte desde la perspectiva del personaje y de la muerte como transformación. Como los niños ven la muerte desde un lugar más mágico, lúdico y sanador.

- ¿Qué cree que supone esta presencia en Cannes para usted y para el cine tico?
Es la primera vez que un largometraje costarricense está en Cannes y eso ya es de por sí un reconocimento. Hay que considerar que es una película muy cuidada, muy independiente, hecha con amigos, liderada por mujeres. Que estemos acá representando a la primera película costarricense en Cannes es el mejor regalo. Por supuesto, contentos por participar por la Cámara de Oro y vamos a ver que pasa. La competencia está muy difícil por lo que estamos concentrados en disfrutar con el equipo, viendo como los espectadores reaccionan a la película y muy contentos.

- Sin embargo, para usted es su segundo Festival de Cannes...
Sí, hace dos años estrenamos el cortometraje "Selva", que es de alguna manera una semilla de este largometraje o una exploración atmosférica narrativa. Donde también participa la actriz Smashleen, en ese momento tenía 11 años, ahora tiene 14. Por eso estamos muy contentos de regresar. La Semana de la Crítica es una sección maravillosa. Dentro de todo el espectáculo de Cannes, hay una parte muy humana, cálida y la verdad es que estamos muy felices de volver acá, tanto al festival como a la Semana de la Crítica.

- ¿Surgió esta historia de su experiencia en la desaparición de su abuela?
Bueno, sí. Yo tuve durante el proceso de la película y la escritura dos muertes muy fuertes, la primera, la de mi abuela, a la que yo decidí acompañarl en sus últimos días y atravesar con ella ese proceso. Conforme yo escribía ese personaje del abuelo estaba inspirada un poco en la visión de la muerte de mi abuela. Por otro lado, murió mi tía, que dejó sola de alguna manera a mi prima, que ahora es mi hermana. Fue muy fuerte ver como ella, que tiene 5 años, se enfrentó a la muerte de su madre, pero desde un lugar natural, jugando con la muerte, aunque con mucho dolor. Entendiendo que la muerte es una transformación. Creo que, de ambas experiencias personales me inspiré para desarrollar tanto el personaje del abuelo como el personaje de la niña Selva.

- ¿Hay algo de Selva en usted?
Muchísimo. Cuando era adolescente me gustaban esas cosas, bailaba árabe, era fanática de la "belly dancing" (Danza del vientre), escuchaba esa música, tenía una fascinación por irme a vivir al desierto. Toda esa parte como juvenil, onírica y fantasiosa del personaje es yo de niña. También la fascinación por las serpientes…

- Le iba a preguntar ahora mismo por eso, porque además lleva unos pendientes de esos reptiles, en la película están presentes todo el tiempo, ¿qué pasa con las serpientes?
Me encantan las serpientes y tengo una conexión muy fuerte con ellas. Para mí y para muchas culturas son un símbolo de transformación. Hay una frase que se dice en la película, cuando la niña le cuenta a su abuelo que las serpientes al cambiar de piel parece que están muriendo, pero solo están cambiando de piel. Esa fue un poco la simbología, tan sencilla y básica como el cambio de piel de la serpiente como una referencia al morir.

- ¿Cómo fue trabajar con Smashleen Gutiérrez?
Nos fuimos moldeando mutuamente. Empezamos a trabajar ensayando juntas, jugamos y trabajamos mucho la expresión corporal. Ella se fue adaptando al método que yo le proponía, pero ya también me fui adaptando a ella porque reformulé el personaje según quien era ella, cómo se movía, cómo se reía, las cosas que decía, cómo eran sus amigas. Todos esos elementos medio documentales de quien era Smashleen, los fui incorporando en el personaje de Selva, la protagonista de la película. Fue como que las dos cosas fluyeron. Ella está en una edad tan joven, que es como una esponja. Entendí la responsabilidad que implica trabajar con un niño o adolescente.


Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.