El tiempo se torno a gris oscuro casi negro, en esta tercera jornada, la dominical, del Festival de Cine de San Sebastián, donde en la segunda película española a concurso, "La trinchera infinita", se repite la temática de la Guerra Civil, en el primer largometraje en castellano de los directores de "Handia", Aitor Arregi, Jon Garaño y Jose Mari Goenaga.

La tónica en general en cuanto a temáticas del domingo no ha sido demasiado animada. Las otras dos cintas a concurso fueron la coproducción de Kazajistán-Francia "A dark, dark men", y la germano-francesa "Das vorspiel" (La audición).

Jon Garaño y Aitor Arregui y Jose Maria Goenaga, han presentado esta mañana esta historia basada en hechos reales, nueva versión de una historia similar a la de "30 años de oscuridad", dirigida por Manuel H. Martín hace siete años, mezcla de documental y dibujos en torno a la figura de un "topo", un alcalde republicano obligado a vivir oculto en su propia casa para no perder su vida tras la victoria en el conflicto fratricida de las fuerzas franquistas.

Es la historia de una pareja de recién casados, Rosa e Higinio, (Antonio de la Torre y Belen Cuesta). Corre de nuevo el año 1936 cuando la guerra estalla, e Higinio es perseguido por la Guardia Civil y los nacionales. Después de intentar esconderse en el monte, e incluso poder huir de una primera detención, el hombre consigue llegar malherido a su casa. Su mujer le curará y le esconderá en un escalón que accede al hueco que ocupan unas tinajas, sera ese su escondite provisional, cada vez que alguien venga a registrar la casa.

Comienza así el confinamiento de este hombre que no volverá a salir de esa prisión autoimpuesta por pura supervivencia y que se alargó hasta lo indecible. Una constante ansiedad rodea a los personajes, la oscuridad, soledad, angustia de no poder vivir, sólo sobrevivir hasta que alguien o algo rompa ese cautiverio.

Sonidos sordos de vecinos ingratos, de ladridos de perros famélicos y de botas militares, que no dejan tregua en esa asfixiante vivencia.
Con una iluminación tenue, llegando casi a la oscuridad, la experiencia de "La trinchera infinita" es sensorial, hecha de reflejos, ecos, y susurros.

Belen Cuesta nos regala  una interpretación maravillosa, llena de matices, y que ha fascinado a todo el mundo sin excepciones. Por supuesto Antonio de la Torre le da la replica de manera exquisita, y en consecuencia este matrimonio torturado consigue traspasar la pantalla y estremecer al espectador.

Son totalmente distintas las cintas de estos directores vascos, y después de su enorme éxito con "Handia", no descartamos en absoluto que esta bella y a la vez dura película vuelva a repetir laureles.

La película ha gustado muchísimo, y ya se la considera una de las favoritas de este festival. Ha recibido buenas críticas de la prensa especializada y por supuesto de un público entregado, ya que juega en plaza propia (los directores son guipuzcoanos).

La cinta alemana "Das vorspiel" tuvo una acogida más discreta, pero no disgustó. Este año se puede notar mas esa elección de un cine mas autoral, aquí la historia trata de una profesora de violín, que se empeña en sacar adelante a un alumno incluso con la fuerte desaprobación de sus demás colegas de instituto. Pero ella sigue firme en su fe en el talento del muchacho, la mujer hará del joven Alexander el centro de su vida.

En este proceso de docencia deja de lado incluso las necesidades de su hijo Jonas, también se distancia del marido, e incluso de su amante, centrándose únicamente en el chico. En realidad esta historia está llena de sentimientos, de frustraciones profesionales de esta mujer, que utiliza y se proyecta en una vida ajena para poder conseguir sus objetivos incumplidos. El resultado sera trágico e inesperado.

La tercera del día, "A dark, dark men", es un thriller, que dirige y escribe Adilkhan Yerzhanov, y que narra, la investigación posterior al asesinato de un niño en un pueblo kazajo. Un detective tiene mucha prisa por acabar con el caso, se ha detenido supuesta mente al autor de los hechos, y la policía esta al corriente de todo. Pero todo cambia cuando aparece en escena una periodista poniendo todo patas arriba y exigiendo que se hagan las cosas como es debido.



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