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Hablamos con Matías Piñeiro sobre el estreno en la Berlinale de su cinta "Isabella"

por © Jon Apaolaza (Berlín)-NOTICINE.com
Matías Piñeiro
Matías Piñeiro
Un nuevo film del argentino afincado en Nueva York Matías Piñeiro y un nuevo paso en su repaso a la actualización contemporánea de las comedias de Shakespeare y sus personajes femeninos. En conversación con NOTICINE.com, el cineasta habla de su proyectado abandono del universo del bardo británico y del anterior proyecto que compartirá con su colega español Lois Patiño.

- Defina "Isabella"...
Cuenta la historia de Mariel, una actriz que intenta obtener el rol de Isabella un personaje de la obra "Medida por medida" de William Shakespeare. Intenta obtener este rol a lo largo de dos años sin nunca conseguirlo.

- Después de "Viola", "La princesa de Francia", "Hermia & Helena"... vuelve a Shakespeare y a sus personajes femeninas. ¿No le da la sensación de estar haciendo siempre la misma película?
Para mí es un ejercicio de variaciones sobre los mismos elementes, e "Isabella" se inscribe dentro de un ciclo de película que empecé en el 2010, que llamamos "Las Shakespeareadas", por hacer foco en los roles femeninos de las comedias de Shakespeare, con lo cual cada película es una reformulación y una variación sobre este tema. En el momento de ponerse a pensar, la película mantiene elementos que continúan, pero inmediatamente uno tiene que pensar cuales son los otros que van cambiando.

- ¿En "Isabella" qué cree que cambia?
En esta película hay un cambio de tono que viene por lado de la obra. Es conocida como una pieza problemática de Shakespeare, dado que de comedia tiene poco. Se trata de una novicia que tiene un hermano encarcelado, y que el juez le dice que va a dejar al hermano en libertad si se acuesta con él, con lo cual la idea de comedia está poco modificada. Hay algo de este tono que de alguna manera traté de introducir en "Isabella".

- ¿Usted feminiza a Shakespeare o el autor originalmente compuso con esa fuerza los personajes femeninos
Me llamó la atención haber encontrado esas mujeres potentes en las obras mismas y fue esa conmoción de leer las obras y encontrar en las comedias, en particular, a estas mujeres. Lo único que había que hacer era ponerles un foco, porque por lo general son las tragedias las que están más popularizadas o las que trabajanen el universo masculino del poder, mientras que en las comedias hay un universo de la inteligencia en los cuerpos de las mujeres, que me resulta atractivo y un elemento para poder hacer ficción.

- ¿Siempre pensó en su obra como una saga de variaciones?
Trato de trabajar de una manera, con un nivel de independencia, que me permita hacer lo que yo quiera o de la manera que yo vea, esa exploración que hacemos con todas las personas con las que trabajamos, hace más de 10 años. Aspiramos a encontrar la mejor forma para la película. En ese sentido trato de tener la menor cantidad de prioris posibles, a pesar de que uno siempre los tiene, pero la duración es algo que trato de no imponerle a la película. La película es un objeto independiente y que tengo que tratar junto con los colaboradores de ser que funcione de manera autónoma según sus propias reglas. Empezar una nueva película es empezar a encontrar las reglas de estos materiales con los cuales decides trabajar.

- ¿Se ve indefinidamente jugando con Shakespeare?
Este ciclo que lleva 10 años se está cerrando, pero no se está cerrando con "Isabella", se va a cerrar con la "Tempestad". Estoy desarrollando una película con Lois Patiño que es un director gallego con el que ya estamos trabajando hace un par de años en una adaptación. La idea es hacer primero un cortometraje, que sería una especie de prólogo al largometraje que queremos hacer, que se llamará "Ariel", y sigue el espíritu de la obra de Shakespeare. El cortometraje llevará por título "Sycorax", que es la madre Caliban. A partir de ahí este ciclo de películas llega a su fin.

- ¿Cómo es que se cruzó su camino con el de Patiño?
Nos conocimos en este universo de festivales, nos hemos llevado muy bien, admiro mucho su obra. Se generó un dialogo interesante bajo una propuesta un poco loca de juntarse porque somos a priori muy diferentes. Yo trabajo con la palabra y con actores, y él trabaja con paisajes y con el silencio. Había algo entre esos opuestos que resultaron de una misma fusión. Ahora pienso que no hay mucha diferencia, es muy extraño. Creo en este juego de variaciones y diferencias, como en "Isabella", donde tomé una obra que tiene una densidad diferente a la de "Sueño de una noche de verano" por ejemplo. El hecho de trabajar con Lois me va a llevar a una formulación diferente.  

- No es su primera participación en la Berlinale. ¿Qué me diría de este festival?
Vine a Berlín en el año 2013 con la película "Viola", la segunda de este ciclo de las películas de Shakespeare, que se mostró en la sección Forum. Luego en el 2017 he venido a mostrar todas las películas en una retrospectiva en el cine Arsenal. Y ahora de la mano de Carlo Chatrian, Mark Peranson y del equipo de programación han dado como inicio a esta nueva aventura de que es la sección Encounters, con un grupo de películas que parece bastante atractivo, así que contento de estar en esta nueva sección. Todavía esta en formación y es bastante excitante ser parte de eso.

- ¿Sería más excitante resultar premiado?
Un premio es un reconocimiento un poco arbitrario, es como una tómbola que tres o cinco personas decidan distinguir. Es una distinción también el poder mostrar las películas aquí.

- El cine independiente argentino tiene dificultades para llegar a las salas comerciales. ¿Cómo hace frente a este problema usted?
Yo hago películas de una manera muy independiente. Un sistema de producción en medio de autogestión donde una película va ayudando a la siguiente, y en términos de distribución esta situación tan conflictiva en un país como Argentina, permite también la aparición de formas diferentes a la centralizada de mostrar películas. En ese sentido mis películas se muestran en la sala Lugones, durante 10 días, también en la sala del Museo de Arte Latinoamericano (MALBA) a lo largo de los meses, una vez por semana, y en el cine Gaumont que es una sala del Instituto Nacional de Cine. Mis películas no tienen fondos nacionales, pero ese es un espacio abierto a mostrar todo el cine argentino, e ir a una apertura a otro público. Se arma una especie de Frankenstein de distribución que obviamente tiene sus límites y es acotado, pero mis películas también tienen ese entendimiento entonces hay un sistema que se logra mostrar. Hay una distribución y uno trata de que se mueva, que se muestre y tratar de ver otros sistemas posibles. Organizar con el interior del país, por ejemplo, porque en Argentina están centralizados que todo parece ser Buenos Aires, cuando en realidad es un país enorme con un montón de riquezas que hay que lograr abrir. Entonces, es como tratar de pensar, de mantenerse siempre vivo, tratar con estas películas que están saliendo de las normas y tratar de encontrar nuevas leyes en ese sentido.

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