La boliviana "Chaco" sigue periplo de festivales sin fecha de estreno

por © Arancha Sánchez López-NOTICINE.com
"Chaco"
"Chaco"
El largometraje boliviano "Chaco", opera prima de ficción de Diego Mondaca, estrenado ya en el festival de Rotterdam, deberá aún esperar para ser disfrutado en su país de origen, por la pandemia, pero hasta entonces va a proseguir su exitosa andadura este mes de septiembre por festivales como el Filmfest de Hamburgo y el Festival de Cine Latinoamericano del American Film Institute (AFI).

En el primer trimestre del 2019 la cinta ganó uno de los premios de postproducción de imagen en el Festival Internacional de Cine de la Universidad Nacional Autónoma de México. Además, en el Buenos Aire Lab, plataforma de desarrollo y coproducción del Buenos Aires Festival Internacional de Cine (BAFICI), el film accedió a un galardón que le permitió ser estrenado en Brasil.

"Chaco" trata sobre un grupo de soldados indígenas bolivianos, quechuas y aymaras que son comandados por el general Hans Krueger, militar retirado en el ejército de su Alemania natal y convocado por la milicia boliviana. Divididos, delirantes y solitarios, los miembros de la tropa deambulan por el desierto del Chaco en busca del enemigo paraguayo que nunca encontrarán. El monótono paisaje gris del bosque, las hostiles condiciones del terreno, la falta de agua y sus miedos serán sus verdaderos enemigos.

El film es un drama histórico inspirado en las experiencias de su abuelo sobre la guerra del Chaco que no representa la lucha sangrienta, sino la historia de un pequeño regimiento boliviano que vaga por la inhóspita y seca llanura chaqueña en 1934. "La guerra del Chaco me genera muchas preguntas sobre el cómo fue realmente la guerra, entre lo que se contó (la historia oficial) y lo que sistemáticamente se escondió, además del silencio de los que regresaron", explicaba el cineasta en una entrevista con El Deber. "Mi abuelo fue a esa guerra, fue un soldado más. Entonces de alguna manera toda mi familia es parte de ella. Mi abuelo guardó mucho silencio en torno a sus acciones, yo imagino que ese es también el trauma de la guerra y el horror", añadió el director boliviano.

Para armar esta historia, Mondaca se valió de la memoria que pudo ir recuperando en conversaciones con amigos, familiares, y ancianos que iba conociendo en el camino. En los silencios de esos testimonios halló el dolor y horror de la guerra.  "Revisé muchas cartas, diarios y bitácoras. Y me fijaba mucho en lo que no decían, en lo que callaban o distraían. Ahí me di cuenta de aquellos soldados de los que no hay registro ni memoria en la historia de la guerra y del país, aquel indígena aymara o quechua analfabeto, y que no pudo dejar relatos escritos. En aquella época se les negaba todo acceso a la educación, entonces ese testimonio siempre nos va a faltar, y ahí seguramente hubiera estado la verdad de lo que sucedió", declaró Mondaca a El País.

El cineasta admite que su primer trabajo desde la ficción ha sido "muy interesante". Su experiencia previa con el documental "La chirola" y "Ciudadela" –premiado por el World Cinema Fund de la Berlinale-, le ayudó a poder estar atento y libre a los cambios que la realidad le proponía o imponía.

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