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Hablamos con Rodrigo Plá, que participa en Toronto con "El otro Tom"

por © Mónica Uriel / Nuria Medina-NOTICINE.com
Rodrigo Plá
Rodrigo Plá
La dupla artística y personal formada por el realizador Rodrigo Plá y su compatriota uruguaya, la guionista Laura Santullo, mostraron este viernes en el Festival de Toronto su cinta "El otro Tom", previamente estrenada en la Mostra de Venecia. Basada en una obra de Santullo, la cinta tiene como personajes centrales a Tom, un niño diagnosticado de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y su madre, Elena, cuya subsistencia depende de los servicios sociales. Los problemas que genera Tom, y la ausencia del padre complican la vida de ambos. Su inestable equilibrio existencial se rompe cuando un extraño accidente pondrá a su madre en guardia contra la medicación psiquiátrica. Su negativa a seguir dándole fármacos provocará que los servicios sociales amenacen con retirarle la custodia. NOTICINE.com habló con el uruguayo afincado en México, Plá, en exclusiva.

- ¿Cómo surgió esta idea?
Surge al percatarnos de la cantidad de niños diagnosticados con trastornos mentales y que están siendo medicados en exceso. Eso nos llevó a iniciar una larga e importante investigación y a partir de ahí buscar unos personajes que pudiesen desarrollarse en ese contexto.

- ¿Qué descubrieron en esa investigación?
Teníamos la sensación de que la forma en que se diagnostica a estos niños era un tanto superficial, no somos especialistas, pero el solo basarse en la observación del comportamiento de los niños sin tomar demasiado en cuenta el contexto de donde viven, su historia personal, si hay un padre presente o si no lo hay, nos pareció un poco fácil. Entonces decidimos ahondar en el tema y descubrimos cosas como que la manera de diagnosticar a partir de la observación se encuentra en el manual de trastornos que está en EEUU, y por ejemplo hay cosas que han estado en ese manual en ediciones anteriores como es el caso de la homosexualidad que después se eliminó porque no se vio como una enfermedad. Descubrimos este mismo tema donde comportamientos propios de la infancia eran vistos como enfermedad.

- ¿Piensa que no es una enfermedad?
Me parece difícil encasillarlo de una sola manera, nos gusta la idea de pensar que cada individuo es diferente, que se debe tomar en cuenta todo el contexto y que hay un exceso de medicación. Creo que si hay tantos niños como dicen con estas características no entiendo porque debemos ajustarlos a nuestra sociedad. Tal vez deberíamos pensar si no es posible darles un espacio especial a toda esa cantidad de niños que son un poco diferentes, en lugar de tratar de meterlos en un molde o ponerles un rotulo y tratarlos siempre como enfermos.

- ¿Cómo sería ese lugar especial?
No sé exactamente como, pero no cohartando lo que son en su esencia, si necesitan más movimiento, si requieren otro tipo de educación, la educación se ha anquilosado y sigue siendo un poco tradicional, eso se podría modificar, los resultados que se le piden pueden ser diferentes, tienen que tener cabida con sus diferencias.

- ¿Piensa que no se debería tomar ningún fármaco?
Esa decisión es de cada padre porque habría que conocer cada caso, supongo que habrá casos gravísimos de niños en el que no pueden consigo mismos y están muy alterados. Tal vez por un tiempo puede que sirvan, eso también los planteamos en la película. Porque es verdad que hay padres que se sienten a gusto porque el niño empieza a atender en la escuela, tiene mejores notas. No es una solución final porque a fin de cuentas lo que hacemos es aminorar los síntomas, pero el niño no aprende a relacionarse con su propio ser, ese niño tiene que aprender a controlar sus propias emociones, a vincularse con los otros y lo otro lo único que hace es opacar los síntomas y de ahí viene un poco el título. El título de "El otro Tom" hace referencia de hecho a una entrada que leímos en un blog de un niño que comentaba que era dos personas, cuando estoy medicado y cuando no lo estoy. Antes se veía hasta un atributo los niños inquietos, pero ahora no los queremos así.

- ¿Piensa que antes solo eran niños inquietos?
Antes solo eran niños inquietos, creo que si hay algo que pretende la película es hablar de la singularidad de cada uno y de que todo aquello que nos conforma es bastante más complejo que un simple rotulo. Nadie es solamente negro, homosexual, judío, bipolar o TDAH, somos muchas más cosas, la idea es esa, presentar a la gente en su complejidad y siendo tan imperfectamente humanos como lo somos todos.

- ¿Qué efecto le gustaría que provocara en la sociedad?
A mí me parece que es simplemente colocar el tema en la mesa de discusión. Es un asunto que se tiene que seguir hablando y que continúa sucediendo. Su inicio fue en EEUU, pero se ha replicado en España, México, Uruguay en casi todos los países del mundo hay una sobremedicación de niños. Me parece que hay que repensarlo, buscar soluciones, que esa persona tenga cabida en la sociedad.

- ¿Piensa que las farmacéuticas están detrás?
Sí, pienso que hay una incidencia de las farmacéuticas ya que leímos e investigamos mucho acerca de ello. Encontramos un artículo que hablaba de un medicamento en búsqueda de la enfermedad, pero también habrá gente que cree realmente que existe ese trastorno y que la única manera de solucionarlo es con psicofármacos, entonces sigamos pensándolo y tratando de verlo desde otros puntos de vista.

- ¿Cómo fue el rodaje?
La verdad es que fue un poco difícil escoger el lugar donde grabar la película, pero se dio con bastante naturalidad hacerlo en El Paso, Texas, que se encuentra en frontera con la ciudad Juárez. En nuestras anteriores películas abordamos temas donde la ausencia del Estado era lo que más se veía en la película, pero esta vez necesitábamos un espacio donde el Estado estuviera muy presente. Por eso EEUU se prestaba bien para contar esta historia, un lugar aparte donde hay servicios estatales que son muy fuertes y que pueden tener cierta incidencia en una vida familiar. Ahí escogimos El Paso, que resultó ser algo muy bueno, porque la película trata sobre personas de descendencia mexicana que vive en los límites y que por lo tanto son difíciles de encasillar, ya que se sienten de un lado o de otro o no se sienten de ninguno de los dos, tienen su cultura propia. Ahí iniciamos nuestra búsqueda de casting en El Paso y Ciudad Juárez con gente sin experiencia previa actoralmente e hicimos talleres muy largos. Estuvimos alrededor de 6 meses yendo de manera intermitente a Texas, haciendo talleres en bibliotecas públicas, gratuitos y así fueron apareciendo todos los niños de la película. Fue una etapa muy lúdica, muy divertida donde les ensenamos a actuar. Resultó un proceso largo y muy enriquecedor, donde también muchas cosas que surgieron en esas instancias fueron incorporadas a la propia película. El guion sufrió muchas modificaciones a partir de conocerlos a ellos. La primera y más grande es que nuestro actor principal, Israel Rodríguez, que es hijo de mexicanos, pero habla poco español. En un origen toda la relación entre la madre y el hijo se daba en español por lo que al final decidimos hacerla más en inglés.

- ¿Nos puede contar algo de su próximo proyecto?
La verdad que tenemos varios proyectos, hay uno que se llama "Lo que está en el aire", que me parece muy interesante. Lo está escribiendo Laura como novela. Aborda el tema de los límites del humor hasta donde se puede y hasta donde no se puede. Es un programa de radio donde hay un hombre que lleva el programa de chismes, es un tipo bastante macho y burdo. Los oyentes al escuchar este programa empiezan a reacción y tomar acciones un poco radicales a partir de lo que él dice. También hay un proyecto infantil que sería una prueba diferente, ya que nos gusta movernos de lugar, se llama "Llegarán con el viento", trata sobre la amistad de niños, pero también de aquellos que se ven desplazado por distintas situaciones... Y hay unos cuantos más.

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