Morelia: "Mi universo en minúsculas", mujeres en la gran ciudad

por © R.E.V.(Morelia)-NOTICINE.com
Aida Folch, en 'Mi universo en minúsculas'
Aida Folch, en 'Mi universo en minúsculas'
Ciudad de México, la mayor urbe americana, es el personaje omnipresente de "Mi universo en minúsculas", opera prima del joven cineasta Hatuey Viveros, formado en el CCC y en la Escuela de Cine de Barcelona (ESCAC), cuyo estreno mundial tiene lugar esta semana en el Festival de Cine de Morelia. Tres actrices encabezan el reparto "humano" del film: la española Aída Folch, Diana Bracho y Tara Parra.

Un viaje dentro de la Ciudad de México en busca de un domicilio cuya única referencia es el nombre de una calle común –que puede estar en cualquier colonia-, sirven de pretexto para generar una reflexión sobre el espacio urbano, su ritmo, su velocidad y una serie de sensaciones diversas.

"Es la primera vez -explica Hatuey Viveros- que la película va a tener un público, y ahí es donde la película realmente existe. Todo el proceso de trabajo que hemos desarrollado antes, ha sido muy interior; un trabajo arduo, amoroso, hecho por mucha gente a la que agradezco mucho el apoyo. Fue una cosa muy fraterna. Pero una vez que ya está lista, necesita nacer. Y justo en Morelia, es que la película va a tener un público y va a cerrar el ciclo. Las cientos de horas gastadas en hacerla cobran sentido, y si existe ese guiño, si el público recibe el momento que uno estuvo planeando, podemos saber si la película funciona o no".

Hatuey Viveros es egresado del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), cuyo programa de desarrollo de óperas primas, apoyado por el IMCINE, permitió la realización de Mi universo en minúsculas. En 2006 realizó un año de posgrado en la ESCAC en Barcelona y en el 2009 fue seleccionado para el Talent Campus Guadalajara. Ha tomado cursos con directores de fotografía como Christopher Doyle, Rodrigo Prieto, Guillermo Navarro.

Hatuey platicó sobre cómo surgió el proyecto: "Surge a partir de una estancia en la ciudad de Barcelona, un intercambio que tiene el CCC con una escuela de cine de allá. Mientras vivía en Barcelona sentía el encuentro de todos los ciudadanos que llegaban a una nueva ciudad y que se encontraban medio extraviados. Era la situación del individuo frente a una gran ciudad que no conoce y entonces empecé a escribir como algunas sensaciones de esta experiencia. Eso se convirtió en una suma de textos que acompañé de fotos. Empecé a explorar la ciudad y dejé de ser un ente anónimo y me volví como un explorador, un viajero. A partir de esos materiales surgió la idea de hacer algo".

Con ayuda de la guionista Ana Mata, Hatuey convierte aquellos textos en una película: "Como era todo un poco raro y un poco abstracto decidí recortar los textos en párrafos de ideas y sensaciones para que ella pudiera armarlos. Llegué con una bolsa y le dije que creía que aquí había una película. Eso mismo hice con una persona, que en aquel momento me interesara que fuera el editor, finalmente no lo fue. Fue muy interesante descubrir que las dos personas encontraron la misma historia. Y llegué a la conclusión de que sí había una historia, que ahí teníamos una película".

La cinta cuenta la historia de Aina, una joven enfermera catalana que viaja a la Ciudad de México en busca de la casa de su padre, a quien ella creía muerto. El único referente con el que cuenta es una vieja fotografía y una dirección sin el nombre de la colonia. Así que, con la ayuda de un mapa y las amistades que forja en el camino, Aina recorrerá la ciudad.

"La ciudad es un personaje y así lo planteé desde el principio, que es como pasar por los distintos estados de ánimo que nos puede generar la ciudad y conocerla desde esta perspectiva. La ciudad de México es tan generosa y tan bella y por otro lado a veces tan agobiante, tan ruda y tan violenta en términos de su velocidad, de su masa, de sus distancias, del tiempo, del ruido, en fin. Conocer una ciudad no es reconocer las calles, sino su emoción".

"Hay un parte en que la película se cuenta con un gran carga de imágenes, pero también busque fuerza en lo narrativo, en la música y el diseño sonoro. La apuesta era crear atmósferas. Yo no quería defender la posición de alguien que quiere hacer una película rara pero sabía también que quería explorar nuevos elementos del lenguaje, nuevos para mí. El riesgo era que se volviera abstracta y aburrida. Al final estoy muy contento porque logramos integrar muy bien toda esta parte estética y emocional que quería contar", afirmó Hatuey.

Otro de los temas fundamentales de la historia es la búsqueda del padre: "Me gustaba la idea de que cuando uno está en un lugar con una idea fija, todo se transforma en esa idea. Había que generar alguna especie de presencia del papá. Mi interpretación es que el encuentro con el padre se realiza a través de todas las vivencias en la ciudad. Al final eso es lo que yo creo que son nuestros padres o nuestra herencia cultural, todas las cosas no necesariamente materiales que heredamos de nuestros antecesores: el gusto por cocinar, la música, etc."

El elenco de la cinta está formado fundamentalmente por Aida Folch –quien debutó en el cine a los 14 años bajo la dirección de Fernando Trueba en "El embrujo de Shanghai" y trabajó con Fernando León en "Los lunes al sol"-, Diana Bracho y Tara Parra. Hatuey comentó la de Diana Bracho en el proyecto: "Diana Bracho fue generosa y maravillosa conmigo. Me interesaba mucho el trabajo que había hecho en películas como "Las Poquianchis" o "El Castillo de la pureza". Y cuando me entrevisté con ella, tenía la preocupación de qué pasa con un actor cuando transcurre el tiempo y ya no ha hecho este tipo de películas. Diana fue maravillosa; había sido encasillada dentro de cierto tipo que representa en telenovelas o en sus últimos trabajos y justo, me dijo, mi proyecto le daba la posibilidad de no ser eso que ya se había instalado en el imaginario colectivo".

El cineasta habló de la elección del título de la cinta: "Es un título que le puso Ana (la guionista). Ella encontró una frase que decía: "Universo se escribe en minúsculas", una cosa más gramatical. Le gustó y me sugirió que fuera "Mi Universo es en minúsculas". Cuando lo propuso me encantó y yo le di mi propia interpretación. Para mí tiene el sentido de que el universo es la ciudad: los puentes y las edificaciones, el sonido, todo lo que puede construir una ciudad y las minúsculas son los pequeños habitantes, las pequeñas relaciones que se construyen cotidianamente, los encuentros entre las personas que son, al final, lo que le da sentido a esta gran ciudad".

Hatuey Viveros asiste también al Morelia Lab. Junto con Claudia Garibaldi está desarrollando el argumento de un proyecto que desea dirigir. Además de que continuará con su trabajo como fotógrafo (es responsable de la dirección de fotografía de las películas "Una frontera todas las fronteras" y "La canción de los niños muertos" de David Pablos): "La fotografía es una amiga fiel, no te estresa tanto como dirigir, los procesos no son tan largos, tienes la posibilidad de aprender trabajando con otros directores, de aprender ejecutando tú mismo y de descubrir qué pasa con otras producciones en otras cabezas".

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