Imanol Arias, premiado en la Seminci: "Los actores nacemos y morimos todos los días"

por © Juan Manuel Calvache-NOTICINE.com
Imanol Arias, este martes en Valladolid (JRC)
"Me habéis dado este premio demasiado pronto, dejadme otros 20 años para demostrar que me lo he ganado", afirmó Imanol Arias al recibir este martes la Espiga de Honor en la 59ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), en el Teatro Calderón. Estas palabras salen de un actor que lo ha sido todo en el cine y la televisión en España. Después de hacer historia en ambos medios, de haber trabajado para los mejores directores de la cinematografía española (Almodóvar, Vicente Aranda, Mario Camus y un larguísimo etc.), pide tiempo porque todavía siente que está todo por hacer. "Para actuar no se puede estar en paz y tranquilo, hay que tener siempre el desasosiego y la ansiedad presentes. Nacemos y morimos todos los días en este oficio".

Lo dice y le creemos, porque vemos en Imanol Arias a una persona intensa, carismática, amable y cercana hasta el extremo, alguien que todavía tiene mucho que decir: "Ser premiado es incómodo. Lo acepto, pero prometo seguir peleando, no dormirme".

Afirma ser un paleto, que llegó a la profesión sin formación, que ha ido aprendiendo aquí y allá. Es modesto y generoso. Al preguntarle por el nivel de los actores actuales en comparación con los de su generación, Imanol los disculpa: "Nosotros estábamos mucho más protegidos y éramos muchos menos". Eso sí aconseja que el actor joven no deje nunca de formarse, aunque cuente con un talento innato.

Le preguntan por sus comienzos, su popularidad gracias a la serie televisiva "Anillos de oro", con Ana Diosdado, y su estrellato gracias al papel en "El Lute: camina o revienta" (1987) de Vicente Aranda. "Nuestra generación renegábamos mucho de la televisión, pero ya no se puede decir que sea la hermana pequeña del cine".

Por supuesto también le recordaron el cine de los ochenta y noventa, donde fue un protagonista clave de la cinematografía tardofranquista y el atrevimiento de esta añorada época. "Éramos un país en construcción y el cine no iba a ser menos. Era un cine más de autor, ahora solo prima el presupuesto y las posibles ganancias. Hasta al propio Scorsese o Coppola les cuesta llevar a cabo sus proyectos, ya no vale con ser un gran autor y tener un gran reparto. Sin embargo también hicimos cosas malas, como el amiguismo y creo que gran parte de los problemas que acarrea el cine español es culpa de lo que se hizo en aquellos años". Por otro lado, el actor cree mucho en el cine español que se está haciendo en estos momentos: "Aunque los problemas de siempre permanecen, veo que el cine español actual es más dinámico, disciplinado y competitivo (en el buen sentido de la palabra)".

También tuvo palabras de elogio para Latinoamérica, donde ha rodado en numerosas ocasiones: "América Latina ha emergido con muchísima fuerza en la vida de todos (con Argentina y México a la cabeza), y por supuesto en el cine también. En el mundo se considera al cine latinoamericano y al español como un todo, gracias al intercambio que ha habido en los últimos años y esta influencia ha hecho que nos hagamos mejores unos a otros".

Por supuesto habló de la serie de televisión con la que más éxito ha tenido en su larga carrera, "Cuéntame cómo pasó". La nostálgica serie familiar lleva emitiéndose desde 2001 y sigue en la actualidad; "La historia interminable", como la calificó el actor, en la que da vida al papel por lo que generaciones de espectadores le recordarán, Antonio Alcántara.

En la gala, el premio le fue sido entregado por Emilio Aragón, que le dirigió en "Pájaros de papel" en 2010. "Emilio me sacó del inmovilismo en el que me encontraba y me metió dentro de nuevo el vicio por el cine", afirmó en la entrega del galardón.

Por último queremos destacar las palabras que dedicó al gran amor de su vida: "La gente intenta volver al cine como al gran amor de su vida, pero este te seduce y en ocasiones te abandona. Es una amante complicada".

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