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Berlín 06: Del drama realista a la fantasía legendaria, pasando por el country

por © J. A. (Berlín)-NOTICINE.com
Wuji
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Grbavica, su directora y actricesWuji12-II-06

Jornada de contrastes, este domingo, en el 56 Festival Internacional de Cine de Berlín. El veterano Robert Altman no ha tenido -a diferencias de su compatriota Malick- reparos en concursar, con la muy musical "A Prairie Home Companion", que suena a despedida vital. En un registro grandilocuente y efectista, lleno de colores fuertes y luchas interminables, fuera de concurso, Chen Kaige se apunta a la moda de la épica fantástica oriental con "Wuji" (La promesa), y quizás los momentos más convincentes hayan llegado de la mano de una desconocida cineasta bosnia, Jasmila Zbanic, quien en "Grbavica" narra un drama familiar condicionado por las secuelas de la guerra balcánica. Por otro lado, en la noche del sábado, en el no competitivo apartado Berlinale Special, Luis Llosa presentó su primo y cuñado Mario Vargas Llosa la adaptación de su novela "La fiesta del chivo", con aceptables resultados.

Hay una idea de despedida vital, de final de andadura en "A Prairie Home Companion", que no es sólo el del programa radiofónico de música country en cuya historia se basa. Entre líneas puede deducirse que el ya octogenerio Altman apunta un adiós en esta cinta cuya materia prima son las canciones campesinas, interpretadas -entre otras- por una espléndida Meryl Streep.

El resto del reparto no desmerece: Woody Harrelson, Tommy Lee Jones, Kevin Kline, Lindsay Lohan, Virginia Madsen, John C. Reilly, Lily Tomlin... y Garrison Keillor, el creador del espacio de radio que emitían numerosas emisoras en Minnesota, desde 1974, y que como no podía ser menos, aparte de escribir un guión sobre lo que ocurre delante y detrás de los micrófonos en su última emisión, se interpreta a sí mismo.

Robert Altman, quien ya hizo su particular homenaje a la música campesina en "Nashville", ofrece un espectáculo muy de consumo propio, que se sostiene sobre todo gracias a la calidad de sus actores, lo que por otra parte viene siendo la constante de sus últimos trabajos.

También a concurso, "Grbavica" gira en torno a las relaciones entre una madre y su hija adolescente, residentes en Sarajevo en la época actual. La muchacha ha crecido con la idea de que su madre es viuda de guerra, y que su padre fue asesinado por los serbios en el frente. Cuando organizan en su escuela una excursión a la que pueden ir gratuitamente los hijos de los combatientes fallecidos, ella se apunta, pero no tiene el certificado que lo prueba. Secretamente, la madre se esfuerza en reunir los fondos para pagar el viaje de la chica, quien cada día tiene más dudas sobre la elusiva actitud de su progenitora, que apenas le da detalles sobre la circunstancias de la desparición del padre. Sin embargo, cuando la tensión llega a su cima, la madre acaba confesando que no hay tal héroe de guerra, sino que fue violada en un campo de detención serbio por un "tchetnik".

Esta coproducción austríaco-bosnia, dirigida por Jasmila Zbanic, en su primera realización de ficción en solitario, tiene como principales actrices a Mirjana Karanovic y Luna Mijovic.

Fuera de concurso, "Wuji" (La promesa), uno de los mayores éxitos comerciales del cine chino reciente y candidata al Oscar extranjero por este país, ha representado una notable decepción. Las historias legendarias con guerreros valientes, perfidos y poderosos enémigos, y bellas princesas provenientes del cine oriental empiezan a resultar redundantes. Chen Kaige, irreconocible director que fue de la emotiva y valiente "Adiós a mi concubina", no aporta nada al microgénero.

A pesar de que la versión aqui proyectada no es la originalmente estrenada en tierras chinas sino una "aligerada" en metraje por consejo de los hermanos Weinstein para ser lanzada en EEUU, "La promesa" se hace larga, extenuante por la acumulación de piruetas y peleas, y apabullante por sus colores saturados. Para colmo, los efectos digitales resultan primitivos y torpes, un puro pastiche para un film que presume de ser la producción más cara del cine chino.

Empezamos a añorar aquellos dramas como los de Zhang Yimou, hechos con cuatro cuartos y tres actores, sin extras ni trajes ni guerreros que volaran, pero que nos llegaban al corazón.