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La realidad actual de las comunidades indígenas bajo la perspectiva de jóvenes realizadores

por © María Gómez Bravo (Montreal)-NOTICINE.com
Urban Inuk
Urban Inuk
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Para las comunidades indígenas, a menudo mantener el equilibrio entre la tradición y el "mundo moderno" lleva consigo problemas de adaptación, como reflejan los documentales que se exhiben estos días en el marco del festival Présence Autochtone de Montreal.

A la pugna histórica por el reconocimiento de sus derechos o de la propiedad de la tierra, la pervivencia de las tradiciones y la dificultad para conservar su legado cultural, la cámara de vídeo, bajo la autoría de jóvenes directores indígenas, recoge los problemas sociales que afectan a sus comunidades hoy día.

Resulta estremecedora la fuerza con la que estos films, tanto los documentales como los de ficción abordan el desarraigo, el SIDA, el alcoholismo, la delincuencia juvenil o, por ejemplo, el hecho de ser madre soltera. Problemas, evidentemente, que resultan ser propios de nuestras sociedades y no exclusivos de estas naciones y que estos realizadores terminan por plasmar no sin cierta ansiedad en cortometrajes como "Painted Positive", "Flat" o "504938C".

Mención especial merecen las producciones que se presentaron ayer compitiendo por los premios The Rigoberta Menchu Tum Award al mejor documental en la categoría de comunidades y por el The Teueikan Award en la categoría de creación respectivamente: "Kinnaq Ni'gaqtuqtuaq (The Snaring Madman)" y "Urban Inuk (Qallunajatut)".

La producción estadounidense "Kinnaq Ni'gaqtuqtuaq", adaptación de un cuentro tradición Inuit, narra cómo un caníbal inuit hambriento busca en las calles del centro de Manhattan a una mujer para cazarla en un cortometraje oscuro e inquietante donde se hacen paralelismos entre la supervivencia en la calle y la supervivencia en la regiones innuit en la lucha por conseguir alimento.

Sin techo en la ciudad

Conmovedor resultó el documental canadiense Urban Inuk sobre la vida en la calle y la nostalgia de las tierras de los ancestros. Desde 1950, según narra el director de la cinta, Jobie Weetaluktuk, el estilo de vida tradicional de las comunidades Inuit de la región ártica, definidas por el nomadismo y la caza, ha experimentado una transición de la "edad de piedra" a la "era de la Información" desde que los Inuit fueron trasladados (a veces por la fuerza) a asentamientos y posteriormente a ciudades del sur.

En este documental, Weetaluktuk sigue la vida de tres indígenas Inuit sin techo en Montreal durante el verano. Su día a día en la calle, sus problemas, sus ansias y sus preocupaciones; historias a través de las que el film explora, según su director, la "urbanización" de la psique Inuit desde que estos pueblos se han alejado cada vez más de la tierra que ha sustentado su cultura desde hace miles de años. De esta forma, el documental ofrece una visión emotiva de los cambios que tienen que asumir quienes quieren vivir vidas al estilo Inuit en entornos urbanos.