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Festival de Cine Francés en Cuba: hijas, hermanas, amigas, un Gavras y un Techiné en la recta final

por © Frank Padrón (Cuba)-NOTICINE.com
Mi hermana y yo
Mi hermana y yo
Hijas únicasMi hermana y yo19-VI-06

El cine feminista (hecho por y/o sobre mujeres) siguió imperando en los días finales del Festival de Cine Francés, que el sábado concluyó sus exhibiciones en la capital, para dar comienzo el próximo miércoles 21 su andadura por provincias, lo cual durará -mediante una selección- hasta el 3 de julio.

La temática de la mujer, su peculiar sensibilidad, su mundo, sus relaciones filiales, familiares, eróticas, profesionales y sociales en general, ha sido la mirilla preferida de muchos cineastas, pertenezcan o no a esa género, claro que el alcance también varía, pero cuanto menos ha resultado interesante todo lo visto en pantalla.

“El papel de su vida”, por ejemplo, de François Favrat, relaciona a una tímida empleada de una revista de modas con una prepotente y caprichosa actriz; aunque aparentemente logran una amistad sólida, a la estrella de cine le molesta en la otra lo que siempre de sus asistentes: el exceso de cuidado, la incondicionalidad y el servilismo. La obra pone el dedo en la llaga de la autoestima, los límites de la humildad y la autosuficiencia, la realización profesional y, en todo momento, la complejidad de las relaciones humanas. Se echa de menos una mayor concentración del sujeto, pero resultan admirables su guión (premiado en Montréal) y, sobre todo, las soberanas actuaciones de Karin Viard (también galardonada allí y candidata a un César) y la realizadora Agnés Jaoui, quien, a propósito, estuvo una vez más entre nosotros y presentó el film.

"Hijas únicas" enlaza también a dos mujeres que, bien diferentes, tienen en común esa condición que da título a este filme de Pierre Jolivet: una jueza y una ladrona no sólo llegan a ser amigas sino a colaborar juntas en varios casos de la primera. Comedia que discursa también sobre las diferencias complementarias, la posibilidad de unidad que tiene lo diverso con la singularidad femenina como motivo, deja correr un agradable guión que el director pone en pantalla trasladando la gracia indudable de aquel y la matizada caracterización de los personajes, hábilmente incorporados por Sandrine Kiberlain y Sylvie Testud ("Las criadas").

Por esa línea, aunque en una cuerda más grave, que también incorpora momentos hilarantes, se desliza “Mi hermana y yo”, de Alexánder Leclére. Personalidades radicalmente opuestas que, utilizando el tópico de la oposición capital/provincia, en realidad va mucho más allá: dos consanguíneas que tienen actitudes diferentes ante la vida y que chocan a cada momento, el vacío y la frustración que puede ocultarse bajo una apariencia de confort y logro, la autenticidad y la grandeza tras la rusticidad y la incultura, también sólo a simple vista. La que para este crítico es la más grande de las actrices galas, Isabelle Hupert, vuelve con uno de esos roles hechos a su medida: ególatra, cruel, insatisfecha, pero comparte con una agradable revelación: Catherine Frot, inmensa en su papel de campesina jovial y torpe capaz, sin embargo, de poner en crisis, incluso derrumbar el mundo ordenado sólo con alfileres de su infeliz y monstruosa hermana.

También focalizando el peculiar universo de una fémina, pero trascendiéndolo al de otros seres que la rodean y su interrelación, se proyecta "Huyendo del mundo" (cuya traducción literal , "Los extraviados"/"Les egarés" hubiera resultado más efectiva) del célebre André Techiné. Es junio de 1940, los alemanes están a las puertas de París, y una joven viuda, sus dos hijos -una niña y un varón- y un extraño e independiente joven que ofrece datos contradictorios y confusos sobre su vida, conviven en una deshabitada casa. El vínculo de la mujer con sus hijos y sobre todo, con el muchacho, el de este con los chicos, da pie a uno de los sólidos estudios de caracteres a que nos tiene habituados el director, que se mueve entre el erotismo, la contradicción de sentimientos, la supervivencia en situaciones límites y la inteligente evolución de personajes dentro de un film dramatúrgicamente redondo, con una estudiada fotografía, una edición planificada y perfecta, conseguida ambientación y nobles desempeños (con Emmanuelle Béart a la cabeza) que participó en la selección oficial del Festival de Cannes del año 2003.

Otro consagrado, Costa Gavras (“El cuarto poder”), envió su trabajo más reciente, "Arcadia", una farsa que flagela duramente el capitalismo salvaje, la globalización y el neoliberalismo que generarían, desde la clave hipérbólica que implica esa línea, situaciones como la que describe la cinta, cuando un desempleado, aspirante a un puesto en una megaempresa de papel, decide eliminar a sus potenciales competidores. Gavras reafirma sus dotes para la narración: su film, además de los dardos satíricos, es en esencia un thriller bien condimentado, al cual simplemente no hay que aplicarle lógica, sino dejarse llevar por sus propuestas y en un ejercicio de 'reductio ad absurdum', participar de su juego y de su mensaje. Entre lo mucho para destacar está la actuación de José García, nominado al César por su retrato ejemplar del alienado, víctima de un sistema deshumanizador y excluyente.

García además, junto al veterano Daniel Auteuil ("Caché") y Sandrine Kiberlain, protagoniza el que fue el cierre, por cierto con broche de oro, del Festival Francés en La Habana: "Usted primero", de Pierre Salvadori, deliciosa comedia que comienza cuando un tranquilo dependiente de un próspero restaurante especializado en vinos (Auteuil) salva al suicida Louis (García), decepcionado ante el abandono de la frágil y veleidosa Blanche (Kiberlain). El simpático guión, repleto de peripecias y complicaciones, se plasma en una puesta que avanza sobre rieles, incorporando a un agradecido y cómplice espectador que ríe, sonríe y también reflexiona sobre la relaciones amistosas y eróticas: una versión del clásico triángulo amoroso que subvierte los clichés para ofrecer novedosas soluciones dramáticas.

Santiago de Cuba, Guantánamo, Camagüey, las Tunas, Santa Clara y Cienfuegos son las seis provincias privilegiadas de este año para, dentro de pocos días, comenzar a disfrutar de algunas de las propuestas del octavo Festival del Cine Francés, como siempre, todo un éxito de crítica y sobre todo de público, ese que con lluvia o calor intenso, con o sin transporte, repleta las salas donde se desarrolla el mismo, complacido por otras ofertas que lo aparten de la rutina hollywoodiense, como se sabe, señora de nuestras pantallas los doce meses del año.