Patricio Guzmán, ganador de un Premio del Cine Europeo: "Me tienta la ficción, pero no estoy hecho para ella"
El pasado fín de semana el chileno Patricio Guzmán ganó el Premio del Cine Europeo al mejor documental del año por su multipremiada cinta "Nostalgia de la luz", una coproducción franco-alemana filmada en Atacama (Chile) que se ha movido con éxito por multitud de festivales codeándose con films de ficción. Según contó en exclusiva a NOTICINE.com el autor de cintas tan conocidas como "La batalla de Chile", "El caso Pinochet", "Madrid o "Salvador Allende", a sus 69 años la ficción le tienta... pero no cree estar hecho para ella.
- Descríbamos el tema de la que se ha convertido quizás en su más exitosa película.
"Nostalgia de la luz" es un documental que se desarrolla en el desierto de Atacama, en Chile, que es uno de los lugares más secos que hay en la tierra. Es un viaje hacia la vida y hacia la muerte, porque en el desierto se conservan todos los materiales para siempre. Hay exploradores, hay indígenas, hay momias... y hay también desaparecidos de la dictadura de Pinochet. Y lo más notable es que ese desierto es una puerta del tiempo porque allí se han edificado los más grandes observatorios astronómicos del mundo. De manera que hay arqueólogos que buscan las momias de mil años atrás, hay astrónomos que buscan galaxias a años luz y hay mujeres que buscan en un pasado de 35 años los restos de algunos de sus familiares. Y estas líneas que no se suelen cruzar, yo las cruzo en el documental, de forma que el resultado es una película metafórica sobre la vida, sobre la muerte, la memoria y el futuro.
- Sus más conocidos documentales tratan de temas históricos en un estilo bastante periodístico. Sin embargo, "Nostalgia de la luz" tiene mucho de metafísico...
Esta película se aparta un poco de las mías precedentes porque tiene una carga poética superior. Creo que lo que llevó hasta eso fue el propio desierto. Atacama es tan fascinante como lugar, con una vía láctea que en la noche es tan brillamte que produce sombra, donde hay un silencio poco comun, donde se escuchan los latidos del corazón cuando no hay viento... Poco a poco, entrando en este paísaje que es bello, muy bello, tanto la luz de la mañana como la de la noche, tal vez al introducirme en este territorio el campo poético comenzó a surgir con mayor libertad. Y Cuando la poesía y la descripción aumentan hay posibilidad de poner música. Y la película tiene mucha música y mucha atmósfera. Quizás por eso se aparta de mis obras anteriores.
- Usted que es un veterano del documental, ¿cómo contempla el actual "boom" del género?
Hoy día afortunadamente los grandes festivales nos aceptan. Hace 10, 20 o 30 años no podíamos ir a las principales secciones de los festivales. Por ejemplo yo estrené esta película en la Sección Oficial de Cannes y lo mismo pasó con las dos anteriores. Me ofrecieron ir también a competición en Venecia... Creo que hay un reconocimiento mayor del género porque los documentales que se están haciendo son mejores. Es decir, cuentan con mejores recursos narrativos y cinematográficos y son menos pedagójicos que antes. Eso ha hecho que nuestro cine sea más reconocido. Pero, todo hay que decirlo, seguimos teniendo muchas dificultades para reunir el dinero con el que hacer estas películas, porque los canales prefieren cosas muy concretas: la guerra de Afganistán, las guerras de Africa, el terremoto en Chile, la situación política en Francia... Muy bien, pero cuando hace una película de autor, uno vuela, hace cualquier cosa, uno hace lo que uno cree que va encontrar en una realidad, y este tipo de documental de autor es más difícil de financiar. A mi me costó mucho encontrar el dinero para hacer esta película.
- ¿No le tienta pasarse al cine de ficción?
Pues sí, a veces me tienta, pero francamente te digo que no estoy hecho para la ficción. Disfruto mucho haciendo documental. Cada documental es un viaje, un viaje de exploración, que se hace además con pocos amigos: el cámara, el sonidista, el productor y tu... Y es muy agradable ese metabolismo del equipo pequeño, liviano, ligero... Son películas horizontales, en el sentido de que no hay que decir "¡cámara, acción!", porque somos cuatro. A mi me gusta este trabajo en intimidad que es parecido a los cuartetos de cámara en el sentido musical. Sí me tienta la ficción, me gusta verla, pero creo que no estoy hecho para ella.
- ¿Y si apareciera un día un productor con 20 millones de dólares para que rodara un largo de ficción?
No creo que ningún productor me ofrezca tanto dinero para hacer una ficción. Eso sería completamente milagroso. Pero si ocurre por supuesto le diría que sí...
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- Descríbamos el tema de la que se ha convertido quizás en su más exitosa película.
"Nostalgia de la luz" es un documental que se desarrolla en el desierto de Atacama, en Chile, que es uno de los lugares más secos que hay en la tierra. Es un viaje hacia la vida y hacia la muerte, porque en el desierto se conservan todos los materiales para siempre. Hay exploradores, hay indígenas, hay momias... y hay también desaparecidos de la dictadura de Pinochet. Y lo más notable es que ese desierto es una puerta del tiempo porque allí se han edificado los más grandes observatorios astronómicos del mundo. De manera que hay arqueólogos que buscan las momias de mil años atrás, hay astrónomos que buscan galaxias a años luz y hay mujeres que buscan en un pasado de 35 años los restos de algunos de sus familiares. Y estas líneas que no se suelen cruzar, yo las cruzo en el documental, de forma que el resultado es una película metafórica sobre la vida, sobre la muerte, la memoria y el futuro.
- Sus más conocidos documentales tratan de temas históricos en un estilo bastante periodístico. Sin embargo, "Nostalgia de la luz" tiene mucho de metafísico...
Esta película se aparta un poco de las mías precedentes porque tiene una carga poética superior. Creo que lo que llevó hasta eso fue el propio desierto. Atacama es tan fascinante como lugar, con una vía láctea que en la noche es tan brillamte que produce sombra, donde hay un silencio poco comun, donde se escuchan los latidos del corazón cuando no hay viento... Poco a poco, entrando en este paísaje que es bello, muy bello, tanto la luz de la mañana como la de la noche, tal vez al introducirme en este territorio el campo poético comenzó a surgir con mayor libertad. Y Cuando la poesía y la descripción aumentan hay posibilidad de poner música. Y la película tiene mucha música y mucha atmósfera. Quizás por eso se aparta de mis obras anteriores.
- Usted que es un veterano del documental, ¿cómo contempla el actual "boom" del género?
Hoy día afortunadamente los grandes festivales nos aceptan. Hace 10, 20 o 30 años no podíamos ir a las principales secciones de los festivales. Por ejemplo yo estrené esta película en la Sección Oficial de Cannes y lo mismo pasó con las dos anteriores. Me ofrecieron ir también a competición en Venecia... Creo que hay un reconocimiento mayor del género porque los documentales que se están haciendo son mejores. Es decir, cuentan con mejores recursos narrativos y cinematográficos y son menos pedagójicos que antes. Eso ha hecho que nuestro cine sea más reconocido. Pero, todo hay que decirlo, seguimos teniendo muchas dificultades para reunir el dinero con el que hacer estas películas, porque los canales prefieren cosas muy concretas: la guerra de Afganistán, las guerras de Africa, el terremoto en Chile, la situación política en Francia... Muy bien, pero cuando hace una película de autor, uno vuela, hace cualquier cosa, uno hace lo que uno cree que va encontrar en una realidad, y este tipo de documental de autor es más difícil de financiar. A mi me costó mucho encontrar el dinero para hacer esta película.
- ¿No le tienta pasarse al cine de ficción?
Pues sí, a veces me tienta, pero francamente te digo que no estoy hecho para la ficción. Disfruto mucho haciendo documental. Cada documental es un viaje, un viaje de exploración, que se hace además con pocos amigos: el cámara, el sonidista, el productor y tu... Y es muy agradable ese metabolismo del equipo pequeño, liviano, ligero... Son películas horizontales, en el sentido de que no hay que decir "¡cámara, acción!", porque somos cuatro. A mi me gusta este trabajo en intimidad que es parecido a los cuartetos de cámara en el sentido musical. Sí me tienta la ficción, me gusta verla, pero creo que no estoy hecho para ella.- ¿Y si apareciera un día un productor con 20 millones de dólares para que rodara un largo de ficción?
No creo que ningún productor me ofrezca tanto dinero para hacer una ficción. Eso sería completamente milagroso. Pero si ocurre por supuesto le diría que sí...
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