Nuevos horizontes de cine para Natalia Oreiro: "Estoy en una búsqueda de mis límites"

Natalia Oreiro, en 'Infancia clandestina'
Natalia Oreiro, en 'Infancia clandestina'
Natalia Oreiro admite que vive un momento de enamoramiento con el cine. Acaba de iniciar el rodaje de "Infancia clandestina", la primera de las cuatro películas que filmará tan sólo en este año, en una búsqueda constante por asumir retos y conocer sus propios límites como actriz. No se trata esta vez de las dulces comedias románticas a las que tiene acostumbrado a su público, pero sí de un film con contenido histórico-político.

En "Infancia clandestina", primer largometraje de ficción de Benjamín Ávila ("Nietos") que tiene también como título tentativo "Maní con chocolate", Oreiro asume el rol de la madre militante de un niño que en plena dictadura militar vive su primera historia de amor.

Corre el año 1979. Juan (Teo Gutiérrez Romero) tiene 12 años y vive en la clandestinidad junto a su familia: su mamá Charo (Oreiro), su papá Daniel (César Troncoso) y su tío Beto (Ernesto Alterio). Pero en la escuela y en el barrio lo conocen como Ernesto. Juan y Ernesto conviven, colisionan y se retro-alimentan hasta que la situación no puede sostenerse más. Juan desea iniciar su propia historia de amor clandestina con María, una niña de la escuela.

"Si bien la película no es autobiográfica, tiene tintes biográficos porque es un poco la historia de Benjamín", explica con entusiasmo Oreiro durante la presentación de la película, que oficialmente inicia su rodaje este martes. A la actriz le toca interpretar "el único personaje que no es ficción, que sí existió: Charo, la mamá", a la que describe como "una mujer muy tierna pero de convicciones fuertes", con la cual reconoce tener una similitud física: "Una mirada muy parecida".

La uruguaya afincada en Buenos Aires recuerda que aceptó actuar en la película antes de leer el guión, movilizada por la propuesta del director de interpretar a su madre y por una historia que mira a los años de plomo desde la visión de un niño y la cotidianeidad de una familia que vive en la clandestinidad.

"Yo nací en esa época. Y uno generalmente ve películas o cuenta la historia desde lo que sabe que sucedió. La diferencia en este caso es que uno tiene que despojarse de todo lo que sabe que pasó y cómo se dieron las cosas, para interpretar en el momento exacto que está pasando. Ellos estaban convencidos de que les iba a salir bien. Y evidentemente no funcionó", dice la actriz, agregando: "Creo que además que esté vista desde los ojos del niño la hace muy interesante. Juan, que es el protagonista, se enamora en un mundo clandestino, donde en su casa tiene un nombre y en su escuela tiene otro. Además, si bien tiene mucho que ver la militancia política, la peli aborda eso desde un costado mucho más humano".

Tres semanas de ensayos y mucha investigación demandó la preparación de un personaje que le permite tocar nuevas cuerdas y seguir explorando su techo como actriz.

"Yo estoy en búsqueda de mis límites. De intentar elegir –en principio- buenas historias que me atrapen como espectadora y luego que como actriz me resulten un desafío. Estoy en la búsqueda de mi propio techo. Decir: un pasito más, y un pasito más…E intentando estar a la altura. Para mí hacer esta peli es muy difícil. Es un esfuerzo muy grande el que yo hago en un personaje dramático. Yo naturalmente tengo una predisposición hacia la comedia, por mi propia personalidad. Yo soy una persona muy optimista, muy alegre, entonces todo lo que tiene que ver con el drama es un trabajo al que tengo que descender mucho y que me deja mucha resaca. Yo me quedo muy enganchada, termino escenas muy mal, me cuesta salir. Pero ese es el desafío. Y trato en cada peli de superarme un poco más".

Sus próximos desafíos son "Mi primera boda", de Ariel Winograd, una comedia sobre una pareja a punto de casarse donde comparte protagónico con su compatriota Daniel Hendler; "Wacolda", de Lucía Puenzo, acerca de la estadía en Argentina del nazi Joseph Mengele, y el anticipado thriller erótico "Mala", de Israel Adrián Caetano, que el director definió como "una especie de Robin Hood de las mujeres maltratadas".

"En "Mi primera boda" hago un personaje de comedia: una chica insoportable, que se queja todo el tiempo, muy perfeccionista. En la película de Lucía hago una participación; es de época y es un personaje muy intrigante. En "Mala" soy una asesina", resume Oreiro sobre los personajes que vendrán.

Con cuatro films para este 2011, más la promoción internacional de "Miss Tacuarembó" que llegará a España el 6 de mayo, sigue postergando su regreso a la televisión -el medio que le dio fama- aunque los popes televisivos no escatimen esfuerzos para contar con la estrella en su prime time.

Pero hoy en día, las inquietudes de Oreiro pasan por otro lado aunque no reniega de la televisión: "A mí me gusta hacer televisión. Me gusta el medio masivo. Bien utilizado, es re lindo. Yo tengo cero prejuicio con la televisión. Me gusta mucho esta cosa de la improvisación que te genera la televisión, de lo inmediato, de la respuesta de la gente. Es un medio que me encanta. Pero creo que me debía esta posibilidad de hacer cine. Estoy como muy enamorada del cine".

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