Benito Zambrano escribe sobre "La voz dormida"

Benito Zambrano
Benito Zambrano
Por Benito Zambrano *

Estaba enfrascado en el guión de "Habana Blues" cuando una amiga me habló de un libro maravilloso que se estaba leyendo. La curiosidad me pudo más, y durante un descanso de la escritura de Habana Blues me atreví a leer unas páginas de ese libro supuestamente extraordinario. Efectivamente, sólo tuve que leer unas páginas para darme cuenta de que estaba ante una novela extraordinaria.

Para evitar que interfiera en el trabajo que ya estaba haciendo, decidí, con gran esfuerzo, no seguir leyendo. Me compré la novela, pero la tuve sin abrir durante varios meses. Hasta que un día, o mejor dicho, una noche que no podía dormir, decidí retomar su lectura. Y ahí se produjo el enamoramiento con la novela de Dulce Chacón.

Cada párrafo me llenaban de emoción, cada página la veía llena de imágenes cinematográficas. Muy pocas veces me había pasado algo igual. Nunca, hasta esa noche, me había planteado hacer la adaptación de una novela.

A la mañana siguiente, no quería hacerme falsas ilusiones con el libro, localicé a la escritora, a Dulce Chacón. Yo en Lebrija, ella en Madrid. Fue una conversación telefónica muy emotiva. Ella no hacia más que hablarme de "Solas", le había encantado mi película, y yo le hablaba de lo entusiasmado que estaba de su novela.

Cuando por fin nos pudimos encontrar, meses más tarde, Dulce estaba en el hospital. Las pruebas que le realizaron dictaminaron que Dulce tenía un cáncer de páncreas muy avanzado. Le quedaban días, quizá un par de meses vida.

A petición del marido volví a visitarla un par de días más tarde. Increíblemente, Dulce me recibió con la misma cálida sonrisa de la primera vez. Estuvimos hablando un buen rato de cómo veía yo la adaptación de su novela, hasta que el dolor y la morfina le hicieron perder el conocimiento durantes unos minutos. Quedamos en volvernos a ver, en trabajar juntos el guión si el cáncer se lo permitía. Eso nunca fue posible. Dulce Chacón murió un mes más tarde mientras yo estaba en Cuba preparando "Habana Blues".

Desde aquella última tarde, cuando ella me volvió a recibir con su cálida sonrisa, aún sabiendo que se iba morir, sentí que tenía que hacer la película de su novela, que era algo que tenia que hacer por mí y por Dulce. Ya era para mí, una deuda pendiente.

Yo creo que nuestra Guerra Civil y sus brutales consecuencias es algo que no pierde actualidad. Son hechos que a algunos nos parecen aún cercanos y sobre los que hay que seguir investigando. Sacar a la luz la brutal represión de los vencedores es hacer justicia a todos los que la padecieron.

Desde que leí la novela, sentí con absoluta claridad que era una gran historia. Una gran historia con mucha verdad y sentimiento. Una historia cargada de ternura y dolor. De odio y de amor. Una historia que merecía todo mi esfuerzo y dedicación para que fuese vista en la gran pantalla.

Es difícil acertar en este oficio, nunca se sabe qué puede funcionar y qué no. Pero la intuición es nuestra única guía, y mi intuición me dice que sí, que esta historia y la emoción que de ella se desprende, pueden interesar a un público amplio y diverso.

(*): El lebrijano Benito Zambrano, formado cinematográficamente en la Escuela de Cine cubana (EICTV) alcanzó un inusitado éxito con su opera prima, "Solas,", desde que ésta se presentó en el Festival de Berlín en 1999. Luego realizó en la capital cubana el drama musical "Habana Blues" y la TV-Movie "Padre Coraje". "La voz dormida", estrenada en San Sebastián el pasado septiembre, donde su protagonista María León fue declarada mejor actriz, es su tercera película. Este viernes se estrena en las salas españolas.

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