Jorge Vázquez Sánchez, el narco-productor "mariano"

La historia merecería probablemente una mejor película que la que puede hacerse realidad, "Mary, Mother of Christ" (María, madre de Cristo), presentada como una precuela de "La pasión de Cristo", escrita por el mismo guionista que aquella, Benedict Fitzgerald. El protagonista se llama Jorge Vázquez Sánchez, un delincuente mexicano detenido en 2010, convicto y confeso en Texas, y debió tener o fuertes convicciones religiosas y/o cinéfilas, porque estuvo dispuesto a extorsionar y secuestrar con tal de hacerse con los derechos del libreto.

Vázquez, considerado por las autoridades federales como narcotraficante, por motivos no difundidos, exigió el guión al empresario Arturo Madrigal, de Macri Inc., radicado en San Antonio, Texas, que lo había obtenido de su autor. La agencia AP detalla extremos del sumario que recogen que el "narco" mexicano le exigió que le facilitara los derechos del texto, y ante la negativa de su propietario, no dudó en secuestrar al hermano de Madrigal, en Guadalajara, México. De esta forma, Jorge Vázquez Sánchez se convirtió en 2008 en el dueño del proyecto.

El caso es que en este momento, la película está en vías de realización, y entre sus productores figura el pastor evangélico Joel Osteen, cabeza de la Iglesia Lakewood, de Houston. Su portavoz aseguró que quien le invitó a participar fue una productora -Aloe Entertainment- perfectamente legal. "Cuando tú recibes un guión, no se te ocurre pensar '¿Este guión estuvo vinculado con un narcotraficante mexicano?'", dijo Donald Iloff, colaborador de Osteen.

Tras ser detenido y enjuiciado Vázquez Sánchez, condenado días pasados a 7 años de prisión por extorsión y lavado de dinero, los investigadores descubrieron que entre sus propiedades estaba una participación del 10% en las futuras ganancias de la película "Mary, Mother of Christ", y concluyeron que si el film se convierte en un suceso como en su día fue "La pasión de Cristo", los réditos irán al erario público estadounidense.

Si a María le va tan bien como a su hijo en la taquilla (casi 612 millones de dólares en todo el mundo), el fisco estadounidense se vería bendecido con un buen puñado de billetes verdes gracias a un narco mexicano que soñó con emular a Mel Gibson.

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