Crítica: "Las insoladas", sed de sol

Tostadas al sol


Por Edurne Sarriegui

Ahora que van quedando atrás las frías temperaturas del invierno austral y anticipando el verano, Gustavo Taretto estrena su segundo largometraje, "Las Insoladas" (2014), que como su primer trabajo, "Medianeras" (2011), se basa en un cortometraje anterior. Coescrita por Taretto y Gabriela García es una comedia que no llega a provocar la carcajada. Si acaso alguna leve sonrisa motivada  por la conversaciones de seis mujeres que se someten a los rigores del sol en un caluroso día de verano sobre una terraza.

También como en "Medianeras", Taretto sitúa a sus personajes en medio de la gran ciudad. En este caso las protagonistas se encuentran elevadas, sobre una azotea ardiente en un día en que el calor llegará a valores  extraordinarios. La ciudad a sus pies, invisible a nuestros ojos, solo muestra los tejados y cúpulas del microcentro de una Buenos Aires calcinada en un día sin una sola nube. Pero en cada sonido que proviene de la calle se puede percibir todo el caos y la anarquía del tránsito porteño. Es Buenos Aires, pero podría ser cualquier otra ciudad. Una ciudad inhóspita que destierra a sus habitantes a una terraza achicharrada por el sol para poder hablar de sus sueños….

Las protagonistas de "Las insoladas" son seis mujeres que comparten el gusto por bailar salsa, ritmo caribeño que les invita a evadirse de una cotidianeidad chata y aburrida y de un futuro desalentador. Un baile que les hace soñar con lugares tropicales donde la vida podría ser mejor.

La acción se sitúa el 30 de diciembre de 1995 en medio de una ola de calor. Para los argentinos es casi ineludible la referencia política. En esas fechas, la política cambiaria que con el tiempo resultaría nefasta para toda la sociedad y particularmente para la clase media, abría las puertas del mundo a millones de argentinos que de un día para otro pudieron disfrutar de viajes al extranjero y de bienes importados. Eso no quiere decir que todos pudieran gozar de la fiesta con la misma intensidad. Y aquí tenemos a las seis protagonistas tratando de ser  invitadas.

Carla Peterson, Luisana Lopilato, Marina Bellati, Elisa Carricajo, Maricel Álvarez y Violeta Urtizberea encarnan correctamente a estas amigas que a lo largo de ese día expondrán sus más íntimos deseos, revelarán secretos inconfesables y se perderán en conversaciones triviales. El remedio para  sus frustraciones será programar unas vacaciones a Cuba.

El colorido de bikinis, toallas y demás accesorios ponen la nota vibrante y optimista sobre la azotea gris. Pero estas mujeres paralizadas, atascadas en vidas insatisfactorias, que se ilusionan creyendo que la solución  a sus problemas está en un cambio de escenario, no provocan ninguna identificación, sino más bien compasión ante la casi certeza de que nunca lograrán salir de esa terraza.

"Las insoladas" nos deja con gusto a poco, con la sensación de que la recreación de ese mundo de amistad femenina daba para algo con más enjundia, con más profundidad y con más riqueza. Queda en un film de nubes y claros, lejos del sol que promete.

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