Antonio Banderas vende su mansión en Hollywood por casi cuatro veces el precio que pagó
No es que el sueño americano del actor, productor y director español Antonio Banderas se haya esfumado, pero desde que se separó de su esposa por casi 20 años, la actriz Melanie Griffith, ha cambiado de aires, y ahora mismo su vida salta por varias ciudades y países, con mayor presencia en su natal España, Londres y Nueva York. La mansión que ambos compartieron en Hollywood, próxima al Hancock Park angelino y construida en estilo mediterráneo, está ahora en venta, por 16 millones de dólares, más del triple de lo que costó en 1999.
Entonces, tres años después de pasar por el altar, la pareja la compró por 4,2 millones de dólares, a los que luego sumaron otro gasto de 1,3 millones para adquirir la propiedad adyacente, para ampliar su superficie. La vivienda resultante tiene tres pisos, jardín y piscina, con una superficie total de 1400 metros cuadrados, y cuenta con salones, siete dormitorios y otros tantos cuartos de baño más tres aseos. En el jardín se puede disfrutar de una piscina y de una plantación de rosas orgánicas, informó a Variety el agente de bienes raíces Brett Lawyer, de Hilton & Hyland.
La casa cuenta con cuatro chimeneas, un ascensor, zona aislado de invitados con su propia cocina, y dada la afición de Antonio por la música, un estudio de grabación completamente equipado.
Pero, además de un buen número de españoles del mundillo artístico y cultural que eran invitados a paella cuando recalaban en Los Angeles, la mansión de Banderas-Griffith ha tenido invitados de honor como el mismísimo presidente de los Estados Unidos, quien la visitó hace tres años, para una gala de recaudación de fondos en favor de la reelección de Obama.
Ahora, la expareja posee un amplio apartamento en el Upper West Side de Manhattan y un chalet en Aspen, Colorado, que tendrán que repartirse en algún momento cuando negocien su definitivo divorcio.
Mientras Banderas se apresta a iniciar sus estudios como diseñador de modas en Londres, Melanie Griffith continua con la decisión de disolver cualquier recuerdo de la unión que tuvo con el actor malagueño, y hasta el tatuaje que llevaba en su hombro derecho por más de 18 años, de un corazón con el nombre de Antonio ha quedado borrado.
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Entonces, tres años después de pasar por el altar, la pareja la compró por 4,2 millones de dólares, a los que luego sumaron otro gasto de 1,3 millones para adquirir la propiedad adyacente, para ampliar su superficie. La vivienda resultante tiene tres pisos, jardín y piscina, con una superficie total de 1400 metros cuadrados, y cuenta con salones, siete dormitorios y otros tantos cuartos de baño más tres aseos. En el jardín se puede disfrutar de una piscina y de una plantación de rosas orgánicas, informó a Variety el agente de bienes raíces Brett Lawyer, de Hilton & Hyland.
La casa cuenta con cuatro chimeneas, un ascensor, zona aislado de invitados con su propia cocina, y dada la afición de Antonio por la música, un estudio de grabación completamente equipado.
Pero, además de un buen número de españoles del mundillo artístico y cultural que eran invitados a paella cuando recalaban en Los Angeles, la mansión de Banderas-Griffith ha tenido invitados de honor como el mismísimo presidente de los Estados Unidos, quien la visitó hace tres años, para una gala de recaudación de fondos en favor de la reelección de Obama.
Ahora, la expareja posee un amplio apartamento en el Upper West Side de Manhattan y un chalet en Aspen, Colorado, que tendrán que repartirse en algún momento cuando negocien su definitivo divorcio.
Mientras Banderas se apresta a iniciar sus estudios como diseñador de modas en Londres, Melanie Griffith continua con la decisión de disolver cualquier recuerdo de la unión que tuvo con el actor malagueño, y hasta el tatuaje que llevaba en su hombro derecho por más de 18 años, de un corazón con el nombre de Antonio ha quedado borrado.
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