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Focos para Soderbergh en detrimento de una competencia menos "glamourosa"

Damon, Paltrow, Fishburne y Soderbergh (Reuters)
Damon, Paltrow, Fishburne y Soderbergh (Reuters)
Marco Müller le ha tendido a Steven Soderbergh una larga y amplia alfombra roja para que se luzca, programando frente a su film fuera de concurso "Contagio" dos competidoras por el León de Oro -la griega "Alpis" y la francesa "Poulet aux prunes"- de perfil más bajo, al menos en términos mediáticos. Y sin nadie que le robara protagonismo, él y sus actores se han lucido. También es verdad que su contenido drama hiperrealista en buena medida lo merecía.

Tan prolífico como irregular, a Soderbergh le gusta demostrar que puede hacer de todo, que si se pusieran sus películas sin títulos de créditos, pocos reconocerían detrás a un mismo director. En este caso, por suerte, "Contagio" merece la pena, tanto por el elenco realmente estelar (Gwyneth Paltrow, Matt Damon, Jude Law, Marion Cotillard, Kate Winslet, Larry Fishburne...) como por un guión ajeno, de Scott Z. Burns.

Tal vez hubo algún momento, antes del sida primero y de las gripes aviar y "A" después, que la hipotesis de un virus letal y desconocido, capaz de propagarse como el fuego sobre una mancha de gasolina, sonaba a ciencia ficción. Ahora ya es una amenaza real y factible, que forma parte de nuestros pánicos más atávicos y que en este mundo globalizado en el que viajar es necesario, fácil y barato para muchos, se ha vuelto potencialmente más peligrosa que nunca.

"Contagio" tiene el buen gusto de no dejarse llevar por las potencialidades sensacionalistas y melodramáticas de una epidemia contra la que no hay defensa ni forma de ponerle freno, y contra la que luchan desesperadamente los científicos. Por el contrario, el guión discurre por un terreno más próximo a la angustia íntima del ser humano que de lo espectacular o amarillista, y añade otro elemento muy contemporáneo: el efecto multiplicador del pánico que significan las redes sociales e internet.

Se ve que Soderbergh no ha querido concursar, aunque su film sea estreno mundial aquí, pero de haberlo hecho probablemente estaría en las quinielas ya.

Puede que para algunos también estén los que este sábado sí se incluyeron en el apartado competitivo, aunque se trate de películas no hollywoodienses, sino europeas, y sólo se estrenarán en salas de VO y poco más.

El griego Yorgos Lanthimos, el de "Canino", narra -con un estilo similar a aquella- en "Alpis" la historia de un cuarteto de personas que se "alquilan" (un poco al estilo de la "Familia" de León de Aranoa) para sustituir a las personas queridas fallecidas. Confusa a ratos, produndamente emotiva en otros, no acaba de ser un producto redondo, aunque ha gustado a un sector de la crítica.

Por su parte, Marjane Satrapi, junto a Vincent Paronnaud, en "Poulet aux prunes" (Pollo con ciruelas) revive parte del espíritu de su animada "Persépolis", dejando atrás los toques más ácidos o negros de aquella, en una cinta de imagen real y con actores, profundamente devota del comic. En lo temático, se trata de un hermoso y poético cuento en torno a un amor imposible en el Irán de los años 50, inspirado por historias de su propia familia. Notables figuras del cine francés, como Mathieu Amalric, María de Medeiros, Chiara Mastroianni y -fugazmente- Isabella Rossellini, la acompañan en esta dulce aventura.

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