La presidenta del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales argentino (IMCAA), Liliana Mazure, anunció este miércoles la puesta en marcha de un nuevo Plan de Fomento Cinematográfico, que moderniza y mejora el que funcionaba en el país desde 1996. La institución otorgará un máximo de 3.500.000 pesos (algo más de un millón de dólares) a producciones nacionales de ficción y documentales.

"Este plan - dijo Mazure- es el alma del INCAA, el modo a través del cual se otorgan subsidios y créditos. Por eso debía actualizarse, pero no sólo por un tema económico sino también para adecuarse a los cambios tecnológicos".

El objetivo es que las ayudas sean más próximas a los costos reales de hacer cine, ya que los topes no se habían modificado desde hace 12 años. Dos serán las vías de acceso al subsidio; Una para directores y/o productores con experiencia (mínimo de cinco largometrajes en su haber), que accederán a una ayuda 1.495.000 pesos (equivalente al 65% del total del presupuesto de una película promedio, y la segunda para cineastas con una sola producción, que se repartirán 1.150.000 pesos (el 50% del costo promedio). El máximo de subsidios recibidos (suma de medios electrónicos más taquilla) sube de los previos 2,5 a 3,5 millones de pesos.

Alternativamente, un tercer capítulo permitirá otorgar ayudas de 400 a 140.000 pesos a producciones digitales de ficción o documentales.

Sin embargo, el presupuesto general para el fomento al cine se mantiene inalterable, por lo que cabe deducir que la reorganización de los subsidios dará lugar a menos títulos beneficiados, aunque en mayor cuantía económica.

Mazure, quien aseguró que el nuevo plan había sido consensuado con la mayor parte de las organizaciones profesionales del sector, comentó que existe un proyecto de ley en el Congreso de la Nación para considerar administrativamente al cine como una industria, lo que le permitiría recibir otras ayudas correspondiente a planes de promoción industrial.