La Ley del Actor colombiana enfrenta a intérpretes con cineastas y productores

por © Corresponsal (Colombia)-NOTICINE.com
En "El abrazo de la serpiente", Ciro Guerra usó a actores naturales junto a profesionales
Actualmente tramitada en el Senado colombiano, la ley 163 de 2016 o Ley del Actor, que busca garantizar sus derechos laborales, está chocando con los intereses del resto de los sectores de la industria, sobre todo en los puntos que imponen la participación de actores profesionales frente a los "naturales", y de nacionalidad colombiana (en un 90% del elenco), algo que consideran una "imposición" que va contra la libertad creativa de directores y productores a la hora de elegir a las personas que más convienen a los personajes de sus historias.

La ley dictamina que la creación artística de los actores es un patrimonio cultural y cómo este aporte se les debe retribuir económicamente. Su segundo apartado habla de la diferencia entre actores naturales y profesionales: hace hincapié en dar prioridad a los segundos, e incluye cuotas de participación en las producciones nacionales y también crea un comité que acredite quienes son profesionales, entre otros apartados.

Los realizadores cinematográficos consideran que reglamentar la obligación de una mayoría de actores profesionales y en su gran mayoría nacionales, es casi "una censura", al imponerles cómo hacer sus castings. Ponen como ejemplo dos films colombianos de largo recorrido internacional, "La vendedora de rosas" y "El abrazo de la serpiente", que al usar actores "naturales" no podrían haberse realizado tal cual de haber existido esa norma en su tiempo.

"Creo que todos tenemos derecho a manifestar con qué estamos de acuerdo y con qué no, pero imponer quién es actor y quién no a partir de reglamentos e imponerle a un director con quién debe o puede trabajar es ponerle grilletes a la creatividad, es hacer del cine una esclavitud disfrazada", dice el productor y director Jhonny Hendrix Hinestroza ("Chocó") en El Tiempo.

"En una industria cinematográfica que se encuentra en construcción, este tipo de papelones realmente nos ponen en vergüenza a todos. Me parece absurdo que estemos teniendo este debate, ya que no se pueden exigir condiciones dignas de trabajo cuando no existe respeto hacia los derechos y las libertades de los demás", opina por su parte el realizador César Acevedo ("La tierra y la sombra").

Por su parte, Proimágenes, la entidad que promociona el cine nacionales y los rodajes en el país, cree que dejar sólo una ventana del 10% del reparto para actores extranjeros podría dificultar las coproducciones. Su responsable, Claudia Triana, dice en El Tiempo: "Nosotros llevamos 20 años creando un sistema de estímulos para el cine nacional que ha tenido mucho impacto en el sector, tanto en la producción local como en la inversión internacional en servicios logísticos y cinematográficos en el país. Les hemos dicho a los actores que por supuesto que tienen derecho a lograr unas condiciones dignas para su trabajo, pero que ellos no pueden dañar a los demás imponiendo sus cosas".

Por su parte, la Asociación Colombiana de Actores (ACA), que está detrás del proyecto de ley, matiza en el mismo diario: "Estamos haciendo unos planteamientos para la contratación de actores. Buscamos poder establecer un cuadro de tarifas para todos los medios en los que se requieren actores, conseguir que se respeten las normas laborales que se aplican a otros trabajos en cuanto a duración de jornadas (...). Queremos que estas normas rijan, tanto para el actor como el no actor, es decir, todas aquellas personas que por razones estéticas o de cualquier otro tipo de necesidad de una producción se vinculen a una producción como actor".

Y añaden desde ese sindicato de actores: "El propósito no es violentar la libertad creativa de los directores de cine; pero, como esto obedece también a temas de lenguaje, de redacción o de diseño de los organismos propuestos que pueden prestarse a diversas interpretaciones, por este motivo con el sector de cine estamos reuniéndonos para oír sus preocupaciones y buscar que lleguemos a acuerdos que permitan hacerle ajustes a la ley en los que todos salgamos favorecidos".

Triana, por su parte, refuta que sea un comité de actores, independiente y ajeno a las autoridades culturales, el que decida quien puede o no actuar: "Hablan de un comité que ellos mismos van a armar y que va a aprobar si permiten que un actor esté o no en una producción, de acuerdo con sus parámetros. Un comité autónomo en el que están desconociendo a la autoridad cinematográfica, que es el Ministerio de Cultura, que desde hace años tiene unas cuotas artísticas y técnicas para determinar que una película es o no colombiana. Eso es inadmisible. Una cosa es que el sindicato sea interlocutor y promotor del talento local, pero como lo están planteando están afectando el sistema nacional".

Los hay más conciliadores, como Jorge Navas ("La sangre y la lluvia"): "Creo que toda la controversia que se ha desatado alrededor de los postulados de la ley del actor, diseñada por los mismos actores, genera un importante diálogo y una profunda reflexión acerca de lo que es un actor verdaderamente, acerca de la naturaleza profunda del lenguaje cinematográfico y acerca de la pobreza e inmadurez conceptuales que hasta el momento han prevalecido sobre temas tan importantes como estos dos en el contexto colombiano. Un diálogo de donde debería salir todo el gremio audiovisual fortalecido, reflexivo y un poco más maduro".

Mientras, en el Senado, dicen buscar también un consenso. "Fue una decisión unánime de la Comisión Séptima del Senado que era indispensable la creación de un comité interinstitucional para buscar un consenso, debido a la polarización que la ley está generando; eso significará que tendremos reflexiones alrededor de si cobija o no al cine (que ya está regido por otras leyes, que tiene compromisos internacionales y que ha funcionado muy bien, tanto en la producción como en el crecimiento de posibilidades para Colombia como locación). Muy probablemente quedará por fuera de la ley de actores; y si no es así, quedará ajustado al consenso que se logre con el gremio cinematográfico. También habrá ajustes sobre el porcentaje de participación de actores en las producciones colombianas (pasaría del 90 al 70 por ciento), se abriría un capítulo especial para las coproducciones, y lo que significa la profesionalización del actor y los mecanismos para acreditarlos", asegura en El Tiempo el senador ponente de la ley, Jorge Iván Ospina.

Sigue nuestras últimas noticias por TWITTER.