La ausencia de nominados latinos en las categorías de interpretación de los Oscar, anunciadas el pasado martes, es evidente, como lo refleja Variety en un reportaje. Algunos activistas que llevan años luchando contra la escasez de historias latinas en Hollywood, piden a los principales estudios que actúen para poder complacer a uno de sus públicos más fieles. El 18% de la población de Estados Unidos es hispana y, según los datos más recientes de la patronal Motion Picture Assn. of America, representaron el 23% de todas las entradas de cine vendidas en 2016. Estas estadísticas no se han traducido, sin embargo, en un aumento de historias con actores latinos, ni en más personajes que puedan llegar a obtener premios importantes.

En las películas comerciales de Hollywood apenas existe representación latina, un hecho que ha provocado que los activistas de la National Hispanic Media Coalition y algunas estrellas hispanas se unan en una iniciativa similar a la de #OscarsSoWhite, la campaña generada a raíz de que en 2015 y 2016 todos los intérpretes nominados a los premios de la Academia fueran blancos. Con esta movilización se consiguió que seis actores negros llegaran a ser candidatos a los Oscar el pasado año, entre ellos Mahershala Ali y Viola Davis, todo un record. En esta edición, Denzel Washington, Daniel Kaluuya, Octavia Spencer y Mary J. Blidge se incluyen entre los nominados.

Los latinos, que representan casi a la mitad de los residentes en Los Angeles y han trabajado en Hollywood durante décadas de manera silenciosa, están cansados de esta situación y algunos activistas ya han comenzado a llamar la atención con lo que probablemente será la próxima campaña para la diversidad y la inclusión: #OscarsNotSoBrown.

La protagonista de la serie "Jane the Virgin", Gina Rodríguez, de padres puertorriqueños, pidió el pasado domingo en la alfombra roja de los Premios SAG a los ejecutivos de Hollywood más protagonismo latino: "Deberíais lanzarnos en una película o dos. Tendría sentido. Compramos uno de cada cuatro boletos cada fin de semana y nos aseguramos de que vuestras cintas salgan bien". La actriz cree que a los espectadores les gusta verse reflejados en la gran pantalla: "Es responsabilidad del artista reflejar la vida real para que el público sienta que su historia y su vida importan. La visibilidad es humanizante. La invisibilidad es deshumanizante".

Pero estos argumentos no son suficientes para justificar la ausencia hispana en las grandes producciones. El productor Ben Odell, cuya empresa demostró en 2013 con su éxito "No se aceptan devoluciones" que existe un mercado sin explorar, opina que "desde un punto de vista comercial, puede que no haya suficiente motivación allí. Hay muchas personas que no están representadas y no van al cine. Son 55 millones las que se encuentran bajo este paraguas, y no todas tienen los mismos gustos. Hay mucho más negocio que hacer".

Para Eugenio Derbez, protagonista de aquel éxito de 2013, el problema más grave reside en la falta de diversidad entre los ejecutivos de los estudios. "Para mí, ese es el principal problema porque todo viene de arriba. Puedo ver sus ojos cuando lanzas una idea que te entusiasma, algo que sabes que atraerá a los latinos a los cines. Puedo decir que no están familiarizados con lo que estoy diciendo. Por eso, cuando encontramos a un ejecutivo latino o latina que puede escuchar nuestro discurso, se trata de una conversación completamente diferente".

Sólo cinco actores de origen latino han obtenido algún Oscar en las categorías importantes de interpretación durante los 90 años de historia de la Academia: Rita Moreno, José Ferrer, Anthony Quinn, Mercedes Ruehl y Benicio del Toro. En esta edición, la única actriz que estuvo cerca de la nominación fue Salma Hayek por su película "Una cena incómoda / Beatriz at Dinner". Hayek cree que la escasez de papeles protagonistas para mujeres es una situación muy similar a la de los latinos: "Si tienes un público fiel, no deberías decir, ¿por qué molestarse en ellos? Fue lo mismo con las mujeres. Ellas iban al cine para ir con su cita o con sus hijos, entonces, ¿para qué molestarse con lo que quieren ver?".

Sin embargo, esta circunstancia está cambiando con el éxito comercial y crítico de proyectos de cine y televisión protagonizados y centrados en mujeres, como "Big Little Lies", "Wonder Woman / Mujer maravilla", "Yo, Tonya / I, Tonya", "Lady Bird", "Tres anuncios en las afueras / Tres anuncios por un crimen / Three Billboards Outside Ebbing, Missouri" y "La forma del agua / The Shape of Water".

En cuanto a la dirección, se han logrado grandes avances, ya que tres de los realizadores más prestigiosos a nivel mundial son mexicanos: Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro. También "Coco", la cinta animada de Pixar, ha contribuido durante los últimos meses a que muchos países se acerquen a la cultura mexicana. "Hemos demostrado que podemos hacer una película y contar una historia muy honesta y específica sobre una cultura y hacerla resonar en personas de todo el mundo. Esperamos que eso lleve a más voces latinas en el cine y, francamente, voces de muchas culturas diferentes", dijo su director, Lee Unkrich, en los Globos de Oro.

El actor mexicano Demián Bichir, nominado al Oscar en 2012 por "Una vida mejor / A Better Life", piensa que los latinos de Hollywood deben organizarse para poner una solución a este asunto: "Tenemos que ser tan agresivos como nuestros compañeros, los artistas afroamericanos, que exigían agresivamente una mayor presencia. Necesitamos hacer eso, pero también tenemos que crear nuestros propios proyectos. Tenemos que hacer más películas que nos representen".

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