Murió el guionista y crítico Angel Fernández Santos

por © J.A.-NOTICINE.com
El espíritu de la colmena, su mejor guión
El espíritu de la colmena, su mejor guión
El espíritu de la colmena, su mejor guión6-VII-04

Tan admirado por los lectores como temido por cineastas, y a pesar de situarse a veces "al otro lado de la barrera" en tanto que guionista, a Angel Fernández Santos nunca le tembló el pulso ni le faltaron epítetos a la hora de juzgar una película. El quizás más célebre de los columnistas cinematográficos españoles, padre de la también periodista de cine Elsa Fernández Santos, ha fallecido este martes por la mañana, víctima de un cáncer.

No era raro verle siempre en las primeras filas de las proyecciones de prensa, o encontrarlo pocos minutos antes del final ya fuera de la sala por no poder resistir un largometraje sin fumar otro de sus inseparables cigarrillos. Sus crónicas de festivales para El País crearon escuela, y hasta sus más enconados competidores no podían resistir la tentación de leerlas. Su palabra fue muchas veces ley y referencia, a la hora de juzgar estrenos y aspirantes a Palmas, Conchas, Leones u Osos.

Angel Fernández Santos, coautor con Erice del guión de la considerada por muchos la mejor película del cine español en el siglo XX, "El espíritu de la colmena", escribió además otras cintas: "Las bodas de Blanca" (1975), "Padre nuestro" (1985), "Diario de invierno" (1988), "Madregilda" (1993) o "Ander eta Yul".

Había nacido en Los Cerralbos (Toledo), hace 70 años, y tras estudiar Derecho y Filosofía y Letras, entró en la franquista Escuela Oficial de Cinematografía, pasando a la crítica de cine y teatro en revistas como Indice, Insula, Nuestro Cine y Primer Acto, además del periódico Diario 16, antes de convertirse en el crítico estrella de El País durante dos décadas.

A pesar de la fama que esta labor le deparó, nunca se prodigó demasiado en otros menesteres literarios, aunque publicó dos ensayos, "Maiakovski y el cine (1974)" y "Más allá del Oeste" (1988). Amante del cine clásico, de la buena comida y el alcohol de calidad, era una delicia compartir mesa con él en cualquier ciudad europea con festival de cine, por su enorme cultura de vida. Mucho más implacable ante el ordenador que en persona, Angel Fernández Santos presumía sobre todo de haber "salvado" o "descubierto" películas más que de haber hundido algunas otras.

Como los héroes de ese cine negro que tanto amó, fue finalmente capaz de vencer a ese gran y entrañable enemigo que fue el tabaco, pero no a lo que quizás fue su consecuencia, el cáncer. Descanse en paz un crítico y ser humano irrepetible.