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Documental "Erase una vez en Venezuela" representa al país en los Oscars

por © Alba Mallenco-NOTICINE.com
"Erase una vez en Venezuela"
"Erase una vez en Venezuela"
El documental "Erase una vez en Venezuela", dirigido por la venezolana Anabel Rodríguez Ríos, ha sido seleccionado para competir por el país en los Premios Oscar 2021, así lo anunció la ONG Gran Cine dedicada a la diversidad cultural, la cinematográfica y la defensa de los Derechos Humanos. Ya se estrenó en Sundance 2020 siendo el primer documental de origen venezolano en llegar al festival, además de ser luego seleccionado para el Festival de Málaga. Es una coproducción entre Brasil, Reino Unido y Austria con la colaboración del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía de Venezuela. Para llevarlo a cabo, su directora mantuvo una pregunta en todo momento en su cabeza, "¿Cómo un pueblito de pescadores puede sobrevivir a la corrupción, la contaminación y la devastación política?".

El documental muestra por lo que está pasando Venezuela. Se sitúa en el mayor yacimiento de petróleo del país, el Congo Mirador conocido como "pueblo de agua", en peligro de extinción donde su gente pone las esperanzas en las siguientes elecciones para que la situación llegue a cambiar. La líder chavista, Tamara, hace todo lo posible por obtener el poder, y Natalie, de la oposición, encontrará en la política una salida a su monótona vida. Tanto la narrativa, la técnica, como el equipo están relacionados con elementos de cerca del lugar. Además, es un relato que se adapta a la perfección a lo que se vive a día de hoy.

No es la primera vez que Rodríguez Ríos se decide a contar la vida de las personas que viven en Congo Mirador. Anteriormente realizó "El Galón" o "Los venezolanos, retadores de lo imposible". Sobre la secuencialidad de sus proyectos, la directora declaraba para el Programa Iberia que, "‘Los venezolanos’ seguía un hilo que llevaba al espectador por todo el país y así fue como llegamos hasta esa zona, porque allí se da ese fenómeno llamado el relámpago del Catatumbo, que es algo que lo conecta a uno con el más allá, con la muerte, con eso que uno no conoce. Ése fue el primer impulso. La atracción viene también por el petróleo porque la sociedad actual venezolana está tan marcada por el que ha generado una cultura. Congo Mirador me parece una representación de nosotros como sociedad. Es una especie de pueblo minero, con casas que haces y deshaces, que pueden tener sesenta años pero que realmente están concebidas para desarmarlas rápido e irte. Esa imagen de pueblo minero que está sobre el agua y tiene una cultura de agua. Me parece una simbología muy nuestra, o por lo menos de la fundación del país pues, como sabes, "Venezuela" se llama así porque era una "pequeña Venecia".

La trama trata temas tan conversos como la corrupción política, el enfrentamiento social, la pobreza o la contaminación ambiental a la que están expuestos los ciudadanos día a día en estas regiones en unos momentos donde la pandemia del COVID-19 ha intensificado aún más los pocos recursos que tienen las clases más vulnerables.

Otras opciones iberoamericanas que aspiran a la estatuilla de la mejor película internacional en los galardones de la Academia estadounidense, son hasta ahora la costarricense "Ceniza negra", de Sofía Quirós Ubeda; la ecuatoriana "Vacío", de Paul Venegas; la española "La trinchera infinita", de Jon Garaño, Aitor Arregi y José Mari Goenaga, y la panameña "Causa Justa", de Luis Franco Brantley y Luis Pacheco. El resto de los países siguen en el proceso de elección. 

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