El cineasta mexicano Guillermo del Toro protagonizó por videoconferencia una clase magistral en el Festival de Friburgo, Suiza, sobre la historia del cine mexicano, desde la Epoca de Oro al momento actual, en el que considera que hay un abandono del gobierno del presidente López Obrador en el respaldo a la creación. "Ahorita, en el sexenio que se está viviendo, estamos en un momento en que el cine coincide con un abandono del apoyo que tenía ya una trayectoria de décadas y al mismo tiempo están surgiendo generaciones nuevas de directores y directoras muy interesantes. Afortunadamente, para mi generación, hubo también una labor de rescate cultural del cine mexicano".

El tapatío hizo un prolijo repaso histórico al Séptimo Arte nacional, como parte del ciclo "Homenaje a la historia del cine mexicano por parte de sus creadores".

"Es muy permeable el tejido entre los inicios del cine mexicano y el cine de Hollywood. Por ejemplo, hay un momento en que tuvimos a Roberto Gavaldón, a Fernando Méndez, a Chano Urueta y a Ismael Rodríguez en Hollywood. Gavaldón se fue a estudiar para dentista y terminó como asistente de Gregory La Cava. Fernando Méndez llegó de una manera mucho menos glamorosa; trabajó en sonido. ‘El Indio’ Fernández estaba trabajando de extra. Se empezaron a relacionar. Rodríguez sostuvo una amistad muy simbólica con Frank Capra hasta el final de sus días. Es decir, hubo una unión con Hollywood muy interesante. México siempre va a estar definido por esa cercanía, ya sea a favor o en contra".

La otra gran influencia que benefició al cine mexicano, detalló Del Toro, fue la del exilio español, que aportó, empezando por Luis Buñuel, a toda una generación de técnicos, actores, directores y críticos de cine. "Todo eso propició un material para mitologizar al cine mexicano", afirmó el cineasta residente en Los Angeles.

Continuó el ganador del Oscar con "La forma del agua / The Shape of Water" con su repaso cronólogico comentando la etapa del echeverrismo, y la decadencia tras la exitosa Epoca de Oro. Así llegaría posteriormente la renovación, de la mano de los ahora veteranos o desaparecidos Jaime Humberto Hermosillo, Arturo Ripstein, Felipe Cazals o Jorge Fons, que en su opinión realizaron un cine "contra el modelo americano".

Memo del Toro hizo memoria para compartir sus inicios en el cine, como "un ínfimo" asistente de producción en una película que filmó el mítico camarógrafo Gabriel Figueroa y opinó que el mejor Luis Buñuel de la historia es el "mexicano". En esa época del exilio azteca, el aragonés hizo "cosas irrepetibles justamente por la censura o la carencia". Considera que Buñuel tenía una mirada de exiliado, "como Hitchcock fue un exiliado. Sus miradas sobre el país que los acoge son interesantísimas, porque Buñuel, como surrealista, entiende el lado pánico de la cultura mexicana, el lado sublime".

Para el famoso cineasta, él mismo exiliado de alguna manera en EEUU tras el secuestro por delincuentes de su padre, a modo de conclusión, "la mexicana es una cultura que puede ser la más dulce o la más brutal".

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