José Antonio Félez, Medalla de Oro en los Forqué: "Ahora es más difícil coproducir con Latinoamérica"

por © Eva Ramos-NOTICINE.com
José Antonio Félez
José Antonio Félez
El productor José Antonio Félez, fundador de Tesela Producciones y de Atípica Films, recibirá la Medalla de Oro en la 27 edición de los Premios Forqué este 11 de diciembre. Félez, que ha apostado siempre por el joven talento y que está detrás de premiadísimas producciones como "La isla mínima", "Grupo 7" o "El bola", ha querido hablar en exclusiva con NOTICINE.com para comentar sus impresiones sobre la situación actual de la industria cinematográfica.

- Usted estudió la carrera de Derecho y PDG, enfocado a la dirección de empresa, ¿por qué ese salto a la producción cinematográfica, fue algo elegido o casual?
Casualidades de la vida… a mí el cine me gustaba, siempre me ha gustado mucho, pero nunca hubiera pensado que me iba a dedicar profesionalmente a ello. Esas casualidades me fueron llevando en cierta dirección en un momento determinado: fui segundo de una compañía que era CBS/Fox, que editaba títulos de películas, fundamentalmente de Fox y de CBS, en video y fue el primer trabajo que hice relacionado con el audiovisual. Después, volví más a la carrera profesional que tenía más que ver con empresas y el mundo financiero. Posteriormente, al que era consejero delegado en su momento de CBS/Fox le nombraron presidente de PolyGram Ibérica y me volvió a llamar para ofrecerme un puesto en PolyGram, que por entonces estaba intentando convertirse en una compañía global donde hacían también producción y distribución de cine en diversos países europeos. Aquella experiencia terminó brevemente porque Philips, que era la dueña de PolyGram, decidió no continuar con aquello, duró como un año. A partir de ahí me independicé y, en lugar de depender de una empresa, intenté empezar a trabajar con otras, como asesor. Así trabajé durante un tiempo con Elías Querejeta, que fue el que yo creo que al final me dio el impulso y de alguna forma me hizo ver que podía dedicarme a esto. Produje una primera película, mi primera producción ejecutiva fue para Prime Films en una película de Eduardo Mignogna, "El faro del sur", con la que ganamos el Goya a Mejor Película de Habla Hispana. Eso fue en 1997, ya había tenido una cierta relación con el audiovisual, pero eso ya fue el paso decisivo. A partir de ahí se constituyó Tesela en el 1998 y empezamos con una producción cinematográfica que ha durado hasta el día de hoy.

- ¿Por qué, viniendo de un campo que busca maximizar beneficios, ha estado apoyando el talento por encima del negocio, corriendo riesgos en lugar de ir a lo seguro?
Porque, sinceramente, lo que más me gusta de esta profesión es eso precisamente, la parte creativa. La otra, la empresarial y de gestión, tienes que hacerla, indudablemente, porque es parte fundamental. Sin eso no hay producción audiovisual, financiar los proyectos y financiarlos adecuadamente. Pero lo que más me gusta, me atrae, es esta vertiente más creativa que tiene que ver con acompañar a los directores, a los guionistas en todo el proceso, desde el principio, participar un poco de eso, de que de una simple idea termine haciéndose algo real. Esa participación en todo el aspecto creativo que tiene que ver con el desarrollo de guion, que es un proceso bastante largo, luego la preparación de lo que será el rodaje con la elección del equipo técnico, actores, todo lo que es la postproducción y, por último, llevar el lanzamiento de la película es en realidad lo que más me atrae, más que en los trabajos anteriores. Hay una parte creativa indudablemente en cualquier trabajo, pero es mucho menor que la que puede haber en esto. Además, era algo que yo viví en el tiempo que colaboré con Elías Querejeta, que era lo que él hacía y es lo que realmente más me atrae. Lo otro hay que hacerlo, y hay que hacerlo bien, toda la parte empresarial, pero lo que más me divierte es esto.

- Usted ha trabajado con cineastas latinoamericanos, sobre todo argentinos (Aristarain, Mignogna). ¿Qué opina de coproducir con Latinoamérica, cuál fue su balance personal?
Yo creo que ahora es más difícil, hace tiempo que no hago coproducción con Latinoamérica pero la sensación que me da es que ahora es mucho más complicado de lo que era hace unos años. Todo lo que he hecho ha sido con Argentina, no he tenido experiencias con otros países, pero cuando la situación en Argentina a nivel económico era menos desfavorable que ahora evidentemente se podían encontrar proyectos que interesasen a la productora argentina, pero también interesasen en España y, por tanto, se podían desarrollar esos proyectos basándose en historias que además tenían elementos comunes, argentinos y españoles, porque la verdad es que la relación a lo largo de la historia ha sido muy estrecha entre ambos países. Hay muchos ciudadanos de procedencia argentina que viven en España y a la inversa, ha habido muchos españoles en Argentina y por tanto era muy fácil. Yo creo que esa corriente ahora se ha reducido, aparte de que entonces las posibilidades de encontrar el apoyo de una televisión para hacer ese tipo de producciones eran más que ahora.

- Estamos viendo polémica por los estrenos en plataformas a la vez que en cines de algunas películas. ¿Qué opina? ¿Las plataformas roban espectadores al cine o vienen a aumentar el número de espectadores, dando mayores opciones al público?
Sinceramente, yo creo que eso es hablar de algo que es muy intangible. Las plataformas son una realidad que se ha venido consolidando a lo largo de los años, no han aparecido con la pandemia, llevan mucho tiempo existiendo. Lo que sucede es que han llegado a España hace un tiempo relativamente corto, pero son una realidad que tiene ya determinada historia detrás. Eso es un fenómeno mundial, no pasa solo en España, pasa en todas partes, en Occidente y en Oriente. Es una realidad con la que vamos a tener que vivir. Cada vez hay más consumo de audiovisual, cada vez hay más demanda, pero la forma de consumirlo ha ido variando. Todos nos tenemos que adaptar a eso, todos. Porque si no nos adaptamos, la realidad nos caerá encima, así que eso es lo que hay que hacer. Antes, cuando no había televisión, hasta el año 50 y tantos, todo el mundo iba al cine porque era la única forma de ver películas. Cuando aparece la televisión, al principio había muy pocos canales y el consumo de cine era fundamental porque las películas eran muy antiguas. Eso ha ido cambiando, desde que a principios de los 90 TVE pierde la exclusiva de la televisión y aparecen televisiones nacionales y, más tarde, privadas, el video doméstico… son formas de consumo diferentes. Ahora hay otra forma, que es muy boyante, que tiene muchos consumidores y ya está. Pero ¿qué es lo que es antes, el huevo o la gallina? Había una demanda que estaba soterrada, que algunos supieron ver. Las salas de cine habían perdido esa inmediatez que tenían, hace años había cine en las ciudades y cine en los pueblos; uno andaba y en 200 metros tenía una sala de cine. Eso, ahora, no existe, incluso en las grandes ciudades cada vez hay menos cines, son complejos. Y prácticamente es algo que se visita los fines de semana, el resto de la semana hay gente a la que le gusta ver una película o una serie, y la forma de verlo es en plataformas, porque te da esa flexibilidad, puedes elegir hora, con quién lo ves, qué ves. Eso indudablemente tiene unas ventajas ahora mismo que son muy grandes y hay generaciones que desgraciadamente han pisado muy poco las salas de cine.

- El público para el cine de calidad envejece. ¿Será cada vez más difícil hacer esas películas?
Dependerá de la demanda, de si esa demanda va bajando. Todo en la vida son ciclos. También puede suceder que en un determinado momento, ahora mismo es insospechado, pero que en unos años sea al revés, haya nuevas generaciones que pidan determinado cine, que sea un cine más comprometido, de más calidad, más de valores, aparte de ser entretenido. Porque yo por encima de todo creo que el audiovisual en general y sobre todo de ficción tiene que entretener. Lo que no es entretenido no se ve y lo entiendo perfectamente. Eso no quiere decir que no tenga calidad y que no tenga valores, pero tiene que ser entretenido. Dentro de unos años puede que haya una corriente que busca algo más, que aparte de ser entretenido tenga un poco más de mensaje, que haga unos planteamientos más ambiciosos en lo que se propone, como yo recuerdo que era el cine hace años. Cuando ibas al cine, al final terminabas de ver una película y comentabas con los amigos o con quien hubieras acudido a la sala lo que la película había significado, cómo eran los personajes, había un debate que era muy enriquecedor. Esa película que habías visto una vez, después la veías unas decenas de veces, la recreabas al comentarla con amigos, familiares. Las películas tenían esa vida, esa permanencia; ahora se ve una, se ve otra, se pica de aquí y de allí, y al final hay una importantísima oferta que es así, todo es muy rápido.

- Estrena en 2022 la serie "Las de la última fila", de Sánchez Arévalo, además de la película "Modelo 77", de Alberto Rodríguez. Atípica ha está empezando a apostar por las series, desde 2018 con "La peste". ¿Tiene ya a la vista nuevos proyectos para televisión?
Sí, estamos trabajando ahora mismo en uno. Lo primero que hicimos para televisión fue "La peste", las dos temporadas, era una serie de Movistar, y fue nuestra primera incursión con Alberto Rodríguez y Rafael Cobos como creadores, de la que estoy muy, muy satisfecho. Me parece un buen trabajo y la serie es estupenda. Es una actividad que pienso continuar, ahora mismo estamos preparando otra serie para Netflix de la que no puedo decir mucho, simplemente que está basada en un best-seller y vamos a empezar a rodar a finales de enero del año que viene.

- ¿Cuáles son sus apuestas para estos premios Forqué?
No me voy a pronunciar (ríe), yo ya he votado y este año no concurro. Les deseo a todos que tengan mucha suerte y creo que hay muy buen producto. Ya veremos quiénes son los elegidos.

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