Cara y cruz del 3D: ¿Merecerá siempre la pena pagar más?
- por © Redacción-NOTICINE.com
Cada vez más películas se producen en 3D estereoscópico, y en el año recién iniciado se prevé que lleguen a los cines norteamericanos al menos 40 de ellas. También crece exponencialmente el número de pantallas dotadas de la tecnología digital del relieve, pero muchos consumidores, pasada la euforia y la novedad de disfrutar de títulos como "Avatar" o "Toy story 3", son reacios -según una encuesta- a pagar un sobrecosto de 5 dólares por películas que no necesariamente salen ganando con la dimensión añadida. Ello lleva a Hollywood Reporter a preguntarse en un reportaje si la industria de Hollywood no está en camino de matar a su nueva "gallina de los huevos de oro".
En efecto, el término no es valadí, ya que en el año pasado, entre un 50 y un 70% de la taquilla provino de títulos en 3D, y este porcentaje resultó fundamental para mejorar las cifras globales del sector de la exhibición, mientras el número de espectadores y de boletos vendidos siguió bajando en 2010.
Según un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers, en estos tiempos de crisis y de escasez en fuentes de financiación, el relieve se ha convertido en un gancho para posibles inversores, aunque implique un aumento en unos 5 millones de dólares del presupuesto total de la película. "Hay mucha gente que está dispuesta -a veces con demasiada impaciencia- a financiar cintas en 3D. Esta oferta de fondos en un entorno global difícil ha llevado a un impulso para la conversión de algunas películas previstas originalmente en 2D al formato 3D. Ello a menudo resulta poco aconsejable", sentencia el estudio de la consultora.
Las encuestas entre el público muestran que una mayoría no está muy conforme en tener que pagar un suplemento de 5 dólares (3 euros en Europa como media) por entrar en una sala 3D. El 77% de los estadounidenses se ha mostrado contrario a abonar más de 4 dólares, y algunos expertos creen que a medio plazo lo lógico es que haya un solo precio standard para todas las películas. "En general, la sostenibilidad del suplemento en los boletos de 3D es cuestionado por algunos ejecutivos que entrevistamos", se lee en el informe de PWC.
El temor de los especialistas es que al generalizarse el uso por parte de productoras y cineastas del cine en relieve y aumentar el parque de salas, el público acabe retrayéndose aún más, especialmente si el 3D se usa para cintas de discutible aprovechamiento. Por ejemplo, la pasada semana Baz Luhrmann contaba que se estaba planteando rodar el melodrama "El gran Gatsby" en el nuevo formato. La pregunta es ¿Cuándo casi todos los cines y las películas sean en 3D y cuesten no menos de 15 dólares la gente no preferirá quedarse en casa viendo cine por mucho menos dinero?
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En efecto, el término no es valadí, ya que en el año pasado, entre un 50 y un 70% de la taquilla provino de títulos en 3D, y este porcentaje resultó fundamental para mejorar las cifras globales del sector de la exhibición, mientras el número de espectadores y de boletos vendidos siguió bajando en 2010.
Según un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers, en estos tiempos de crisis y de escasez en fuentes de financiación, el relieve se ha convertido en un gancho para posibles inversores, aunque implique un aumento en unos 5 millones de dólares del presupuesto total de la película. "Hay mucha gente que está dispuesta -a veces con demasiada impaciencia- a financiar cintas en 3D. Esta oferta de fondos en un entorno global difícil ha llevado a un impulso para la conversión de algunas películas previstas originalmente en 2D al formato 3D. Ello a menudo resulta poco aconsejable", sentencia el estudio de la consultora.
Las encuestas entre el público muestran que una mayoría no está muy conforme en tener que pagar un suplemento de 5 dólares (3 euros en Europa como media) por entrar en una sala 3D. El 77% de los estadounidenses se ha mostrado contrario a abonar más de 4 dólares, y algunos expertos creen que a medio plazo lo lógico es que haya un solo precio standard para todas las películas. "En general, la sostenibilidad del suplemento en los boletos de 3D es cuestionado por algunos ejecutivos que entrevistamos", se lee en el informe de PWC.
El temor de los especialistas es que al generalizarse el uso por parte de productoras y cineastas del cine en relieve y aumentar el parque de salas, el público acabe retrayéndose aún más, especialmente si el 3D se usa para cintas de discutible aprovechamiento. Por ejemplo, la pasada semana Baz Luhrmann contaba que se estaba planteando rodar el melodrama "El gran Gatsby" en el nuevo formato. La pregunta es ¿Cuándo casi todos los cines y las películas sean en 3D y cuesten no menos de 15 dólares la gente no preferirá quedarse en casa viendo cine por mucho menos dinero?
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