Imprimir

Directores argentinos piden audiencia con la próxima presidenta de Argentina

por © Redacción (Argentina)-NOTICINE.com
Galettini
Galettini
Galettini23-XI-07

La comisión directiva de Directores Argentinos Cinematográficos (DAC) ha pedido una audiencia con la presidenta electa de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, para comunicarle su postura frente a la realidad del cine argentino, el cual consideran que "en los últimos tiempos y lentamente, la calidad de nuestro cine y su receptividad en el público argentino ha venido declinando en casi todas sus variables".

Tiempo atrás, este colectivo de realizadores que preside Carlos Galettini levantaba su voz de alarma ante la postura del Instituto Nacional de Cine Nacional y Artes Audiovisuales (Incaa), que aseguran hace oído sordos a sus pedidos. Ahora, DAC solicita hablar con la nueva presidenta del país para hacerle conocer su visión de esta actualidad, por medio de una carta en la que se sostiene que el Incaa "se ha transformado en un gran aparato burocrático en estado de inacción, que parece no ser capaz siquiera de reconocer la grave crisis que está atravesando".

DAC explica: "Creemos que es el momento de dar un golpe de timón y finalmente, contar con una gestión acorde con el deseo general de crecimiento y consolidación de nuestra industria. Apoyándonos en la calidad artística de nuestra gente y en la transparencia de una buena gestión, que proteja a históricos y jóvenes autores. Para lo cual creemos que es necesario, tener al frente del Incaa, a un Presidente/a, que sea por todos respetado, idóneo y representativo, como así también que sea poseedor de una reconocida trayectoria en el ambiente cinematográfico local".

En la carta enviada por DAC, también firmada por el Sindicato de la Industria Cinematográfica (Sica), el Sindicato Unico de Trabajadores del espectáculo Público (Sutep) y el Sindicato Argentino de Músicos (Sadem), se subraya que "es legítimo que pretendamos un Incaa, que no esté preso de los subterfugios legales que han creado técnicos y ocasionales administradores, convirtiendo de esta forma a abogados y a contadores en esporádicos productores, en detrimento no sólo de la calidad artística de los proyectos cinematográficos, sino también provocando la casi desaparición del cine industrial y del cine de autor en favor del ya ampliamente establecido 'cine de gestor', el cual ha determinado un peligroso desmanejo y también la falta de una política cinematográfica pensada para generar una sólida industria".

Por último, se sostiene: "Hemos luchado mucho los que hacemos el cine argentino: Directores, Productores, Actores, Técnicos, Músicos y Extras para obtener una ley que hiciera posible la perdurabilidad de nuestro histórico cine, para que ahora nos quedemos de brazos cruzados mientras se desvirtúa su espíritu, en beneficio de unos pocos advenedizos, o amigos de la conducción de turno".