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Crítica: "El muerto cuenta su historia", vampírica guerra de sexos

por © NOTICINE.com
Emilia Attias
Por Edurne Sarriegui     

El realizador argentino Fabián Forte estrena en su país su último trabajo, "El muerto cuenta su historia" (2016), y vuelve a incursionar en el género fantástico que lo hizo conocido. Coguionista en esta ocasión junto a Nicolás Britos, lleva a la pantalla una comedia negra en la que el humor y un mundo fantástico y fantasmagórico se dan la mano para contar una historia de enfrentamiento entre sexos que se desarrolla con algunos altibajos pero a pesar de ello entretiene.

Ángel (Diego Gentile) es un exitoso director de publicidad. Está casado con Lucila (Moro Anghileri) y juntos tienen una hija, Antonella (Fiorella Duranda). Es un hombre infiel y sumamente machista en su trato con las mujeres. Cuando se cruza con una hermosa mujer en un bar (Emilia Attias), su vida da un vuelco y ya nada será igual.

Seducido, esclavizado y utilizado por un grupo de diosas-vampiras de un culto celta, se moverá entre el mundo de los vivos y el de los muertos como instrumento de esas mujeres que buscan vengar a todas las que fueron maltratadas por él, e instaurar un matriarcado en la tierra. Claro que las medidas para evitar el accionar de hombres  desaprensivos se vuelven extremas y tampoco parecen ser la mejor solución.

Forte comienza dándole al film  un tono de misterio y suspense, se acerca al terror sin asentarse en él para, más tarde,  dar preponderancia al humor negro  y las actitudes absurdas de Ángel y sus compañeros que también purgan sus pecados contra las mujeres en un limbo de muertos vivientes. Consigue crear un clima fantástico en el que se desenvuelven tan fantasmales criaturas.

Forman parte del elenco,  además de los mencionados,  Viviana Saccone, Julieta Vallina, Pipi Onetto, Damian Dreizik y Lautaro Delgado.

Se le puede reclamar a "El muerto cuenta su historia" que quedan en el camino algunas partes de la historia y algunos personajes que no se llegan a desarrollar y eso se deja sentir al momento de cerrarla. A pesar de ello, cumple al presentar un tema urticante y difícil para la sociedad de una manera original y en un tono de humor que -aunque negro- ayuda a poner sobre la mesa cuestiones complejas.

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