Por Edurne Sarriegui     

"Los inocentes" (2016), primera obra de ficción del argentino Mauricio Brunetti, se estrena esta semana. Se trata de una película de época situada en la segunda mitad del siglo XIX, en el campo argentino, cuando la esclavitud llegaba a  su fin de la mano de las nuevas leyes de un país libre y soberano. Enmarcado dentro del género gótico, estamos ante un drama que se cruza con lo fantástico, en el que una esclava vuelve desde el más allá para tomar venganza por los malos tratos recibidos por parte de los dueños de La Mercedaria, el campo en el que vivió.

El hacendado Güiraldes (Lito Cruz) es un patrón cruel y despótico que trata con dureza a sus esclavos. Su esposa (Beatriz Spelzini), que también recibe su maltrato -hoy diríamos maltrato psicológico- es una mujer dura y altiva que, de un modo distinto a su marido, también hace sentir la fuerza de su poder. Tienen un hijo, Rodrigo (Ludovico Di Santo) despreciado por su padre que lo considera demasiado débil por sufrir las consecuencias de la poliomielitis.
Cuando Rodrigo regresa después de quince años de ausencia durante los cuales estuvo estudiando en la ciudad, encuentra a su padre con la misma actitud intolerante del pasado y a su madre postrada por la enfermedad. A su llegada, comenzarán a sucederse hechos sobrenaturales que tomarán a Rodrigo y a su esposa Bianca (Sabrina Garciarena) como objeto de una venganza de ultratumba por parte de Eloísa (María Nela Sinisterra) la esclava que vivó en la estancia de los Güiraldes.

Durante la primera mitad del film, se desarrolla el drama vivido particularmente por los esclavos de tan inhumano patrón, mostrando en algunos momentos escenas de brutalidad excesiva. En la segunda mitad, Brunetti introduce los elementos sobrenaturales que hacen virar la película hacia el género fantástico. Introduce la información de lo sucedido en La Mercedaria durante la ausencia de Rodrigo por medio de flashbacks para de este modo generar expectativa. La puesta en escena y la iluminación ayudan a crear los ambientes tenebrosos y oscuros propios de este tipo de cintas, mientras que el trabajo de los actores acompaña con altura el desarrollo del guion que escribió el realizador junto a Natalia Caravia.

"Los inocentes" es un buen aporte al género que cuenta con un considerable número de adeptos en el país. Mantiene el interés y la expectativa durante todo su metraje con una buena mezcla de terror con reivindicación y crítica social.

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