Por Eduardo Larrocha  

Un plano secuencia a pie de calle va introduciendo a clientes de distinto pelaje que pronto cruzarán sus vidas en "El bar". En la primera secuencia de esta producción española entramos en un tugurio castizo de café con leche, pincho de tortilla y aperitivo de aceitunas con la caña. Pronto se convertirá el local en el escenario del pánico de unos personajes que pasaban por ahí.
 
¡Horror hay móviles que no funcionan¡ Las líneas wifi están fuera de cobertura. Alex de la Iglesia vuelve a hacer de las suyas: buen cine lleno de potencia y excesos para lanzar una ácida mirada a la sociedad actual. Alguien afuera ha disparado y cae fulminado el primer cliente que sale por la puerta. Misteriosamente se produce una desconexión con el entorno. En el interior del bar se genera una situación de violencia entre seres que se encuentran al límite. Cada uno de nosotros-espectadores viendo a los personajes de "El bar", nos podemos preguntar ¿Hasta dónde puede llegar mi sentido de la supervivencia a costa de condenar, si hace falta,  a quien tengo delante? Buenos que parecen malos y viceversa ¡Vaya agobio¡ En esta furia desbocada y grotesca es un maestro Alex de la  Iglesia, como ha demostrado en tantas ocasiones: "Las brujas de Zugarramurdi" y "El día de la Bestia" especialmente. Además el gran referente de su filmografía, "La Comunidad".
   
Entre la comedia de risa nerviosa y el thriller, "El bar" es también una versión apócrifa de "El Angel Exterminador" en la que los invitados a una fiesta no pueden salir de la casa. Si en esta obra maestra de Buñuel no llegamos a saber qué impide a esos invitados abandonar el recinto, Alex de la Iglesia construye un guión en el que enseguida está claro por qué los clientes del bar no deben salir a la calle. ¿Es el ébola o esta epidemia es  sólo la excusa? A partir de ese momento nos sentimos encerrados en una situación sin escapatoria posible.
   
Entre los personajes de "El Bar" encontramos a algunos de los actores fetiche de Alex de la Iglesia, Mario Casas, en su papel de urdidor de auto-salvación y Terele Pávez, como siempre enérgica caricatura de sí misma a las órdenes del director vasco. También está en el reparto coral de esta producción española Blanca Suarez.  Buena y banal el personaje al que da vida esta actriz se enfrenta a una situación inesperada que la puede llevar a conductas indignas.

Espléndida Carmen Machi. Junto a ellos actores menos conocidos como Joaquín Climent, Diego Braguinsky, Mamen García y Alejandro Awada. Todos bien dirigidos que, más allá de sus excesos, es uno de los grandes méritos de Alex de la Iglesia, quien ha escrito el guión junto a Jorge Guerricaechevarría. Es el momento de verla en las salas de cine españolas después de haber pasado por la sección oficial del Festival de cine de Berlín e inaugurar la pasada semana el de cine español de Málaga, con desiguales críticas y, en los dos certámenes, fuera de concurso. Para degustadores del género Alex de la Iglesia, el resto abstenerse.

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