Crítica: "El pampero", problemas a flote
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Por Edurne Sarriegui
El realizador cordobés Matías Luchessi estrena en salas comerciales de su país, Argentina, su segundo largometraje, "El pampero" (2917), que ya pasó por el BAFICI en su edición de este año, aunque de momento no ha tenido la previa atención de certámenes internacionales como ocurrió con su opera prima, "Ciencias Naturales" (2014).
El autor vuelve a recurrir al formato de "road movie" pero en este caso se desarrolla sobre el agua. Una suerte de "river movie" que presenta sus mejores hallazgos en las actuaciones precisas y los escenarios naturales del Delta del Paraná bellamente fotografiados.
Acompañado por Gonzalo Salaya en la elaboración del guion, Luchessi cuenta la historia de Fernando (Julio Chávez), un hombre aparentemente enfermo y condenado que decide alejarse de todo en solitario. Sus planes se ven torcidos por la presencia inesperada de Carla (Pilar Gamboa), una mujer involucrada en un crimen.
En su primera parte, la cinta presenta un tono dramático al describir cómo Fernando va dejando atrás su vida habitual como si no tuviera intención de regresar a ella, cerrando su casa, abandonando pertenencias y dejando de responder los llamados de su hijo. Se adivina algo trágico en las intenciones del navegante solitario cuando abandona el puerto a bordo del velero Cronos.
El rumbo de la historia vira hacia el suspense cuando la presencia inesperada de una mujer a bordo viene a perturbar la soledad premeditada de Fernando. Los dos ocultan parte de su historia que se ira desvelando mientras navegan por el Delta y su desembocadura en el Río de La Plata.
La entrada en escena de Marcos (César Troncoso), que pasa de amigo a villano durante una tormenta en la que el viento pampero hace sentir su poder en el río, servirá como catalizador para que Fernando y Carla establezcan un vínculo que ninguno de los dos buscó.
Los diálogos escasos se ven compensados por las acciones de los personajes, y se sustentan fuertemente en la expresividad de los actores que despliegan su oficio con arte. La transición de Fernando, desde su aislamiento inicial hasta el restablecimiento de los vínculos que parecía haber abandonado es el eje de la cinta.
"El pampero", acotado en su duración, escenarios y personajes, es un film intimista y sobrio que atraerá a los amantes del cine de autor.
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El realizador cordobés Matías Luchessi estrena en salas comerciales de su país, Argentina, su segundo largometraje, "El pampero" (2917), que ya pasó por el BAFICI en su edición de este año, aunque de momento no ha tenido la previa atención de certámenes internacionales como ocurrió con su opera prima, "Ciencias Naturales" (2014).
El autor vuelve a recurrir al formato de "road movie" pero en este caso se desarrolla sobre el agua. Una suerte de "river movie" que presenta sus mejores hallazgos en las actuaciones precisas y los escenarios naturales del Delta del Paraná bellamente fotografiados.
Acompañado por Gonzalo Salaya en la elaboración del guion, Luchessi cuenta la historia de Fernando (Julio Chávez), un hombre aparentemente enfermo y condenado que decide alejarse de todo en solitario. Sus planes se ven torcidos por la presencia inesperada de Carla (Pilar Gamboa), una mujer involucrada en un crimen.
En su primera parte, la cinta presenta un tono dramático al describir cómo Fernando va dejando atrás su vida habitual como si no tuviera intención de regresar a ella, cerrando su casa, abandonando pertenencias y dejando de responder los llamados de su hijo. Se adivina algo trágico en las intenciones del navegante solitario cuando abandona el puerto a bordo del velero Cronos.
El rumbo de la historia vira hacia el suspense cuando la presencia inesperada de una mujer a bordo viene a perturbar la soledad premeditada de Fernando. Los dos ocultan parte de su historia que se ira desvelando mientras navegan por el Delta y su desembocadura en el Río de La Plata.
La entrada en escena de Marcos (César Troncoso), que pasa de amigo a villano durante una tormenta en la que el viento pampero hace sentir su poder en el río, servirá como catalizador para que Fernando y Carla establezcan un vínculo que ninguno de los dos buscó.
Los diálogos escasos se ven compensados por las acciones de los personajes, y se sustentan fuertemente en la expresividad de los actores que despliegan su oficio con arte. La transición de Fernando, desde su aislamiento inicial hasta el restablecimiento de los vínculos que parecía haber abandonado es el eje de la cinta.
"El pampero", acotado en su duración, escenarios y personajes, es un film intimista y sobrio que atraerá a los amantes del cine de autor.
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