Crítica: "Román", lenta y previsible

por © NOTICINE.com
"Román"
Por Edurne Sarriegui    

El dramaturgo argentino Eduardo Meneghelli estrena su ópera prima cinematográfica, "Román", con guion de Gabriel Medina ("La tercera orilla") y Pablo Medina. Este drama, que viene posponiendo su estreno desde el año 2016 y versa sobre un solitario policía, no termina de convencer, se mire por donde se mire.

Román (Gabriel Peralta) es un agente de calle que patrulla por un barrio junto a su compañero (Nazareno Casero). Vive solo, no tiene una gran vida social y ocupa su tiempo libre esculpiendo su cuerpo en un gimnasio o yendo a pescar. El único amigo con el que se relaciona es un hombre mayor que él, que vive cuidando de su madre anciana. Apenas tiene relación con sus compañeros de trabajo y se manifiesta ajeno a cualquier tipo de corrupción.

Sin embargo, no es un hombre tan prístino como aparenta, pues mantiene un amorío secreto vinculado al templo evangélico al que concurre asiduamente. Justamente este templo será el epicentro dramático cuando surja el conflicto. Y Román actuará precisamente como esperamos que lo haga. Sin sorpresas. Y punto.

Una buena parte del metraje del film se va en presentar el día a día rutinario y solitario de Román. Presente en casi todas las escenas, la actuación inexpresiva  de Peralta resulta en un personaje que muestra una única faceta y que se impone en la pantalla más por el tamaño de sus músculos que por su presencia dramática.

"Román" tiene una historia demasiado lineal, un protagonista con pocos matices y personajes secundarios sin desarrollar. Esa frugalidad narrativa convierte a la cinta en algo demasiado previsible, sin ningún giro que aporte alguna sorpresa o algún punto de interés. A su favor tiene su metraje escaso de setenta y cinco minutos que por lo menos no prolonga demasiado en el tiempo el hastío del espectador.

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