Inicia el rodaje de "Pájaros volando", una fábula de rock, hippies y encuentros cercanos del tercer tipo

por © Cynthia García Calvo (Argentina)-NOTICINE.com

"Ecléctica" es la palabra más utilizada por el realizador Néstor Montalbano para describir a "Pájaros volando", la nueva comedia que comenzará a rodar la próxima semana. La película cuenta con el atractivo de reunir nuevamente al tándem de "Soy tu aventura", es decir, a Luis Luque y el popular humorista Diego Capusotto, a quienes se une un elenco amplio y, sí, ecléctico.


"Pájaros volando" es una historia escrita por el actor Damián Dreizik, en la cual se sigue a José (Capusotto), un hombre que vive con su padre con quien mantiene una relación tirante, que hace música pero vive de las ganancias que le da una remisería. Alguna vez conoció eso que se llama fama con una canción que tuvo cierta popularidad, Pájaros volando, que tocaba con su primo Miguel (Luque) en su banda Dientes de Limón. Miguel lo visita y le propone abandonar Buenos Aires para instalarse en un pueblo de las sierras cordobesas, donde se gana la vida vendiendo artesanías de ovnis y extraterrestres. Ante un presente gris, José decide colgarse su guitarra al hombro y partir a esa comunidad con excéntricos personajes que le cambiarán la vida.

"El humor en esta película pasa por encontrar la impronta de los talentos que tengo, y llegar hasta el desparpajo", explica Montalbano en diálogo exclusivo con Noticine.com. El director reúne en la película a intérpretes que son representativos de diferentes generaciones de humoristas, con aproximaciones distintas al humor, e incluso varios músicos que no son actores, a saber: Juan Carlos Mesa, Verónica Llinás, Alejandra Flechner, Vanesa Weinberg, Osqui Guzmán, Damián Dreizik, Lola Berthet, Eduardo Calvo, Miguel Zabaleta y Claudia Puyó, entre otros. Contar con un grupo tan variopinto genera la incertidumbre de cómo hará el director para homogeneizar la actuación y hasta qué punto la improvisación será clave en una historia con muchos intérpretes habituados a la creación de sus propios personajes.

"Tengo una estructura y ahí adentro me tengo que mover. Ahora dentro de la puesta en escena dejo que el actor mismo empiece a generar la improvisación. Trato de tener un control sobre eso, pero a la vez dando libertad para que no se sienta dirigido sino parte de la escena", asegura Montalbano, añadiendo acerca de su trabajo más intuitivo con los no actores: "Me divierte mucho eso porque cuando aparece gente que no son actores, es cuando más tengo que poner el cuerpo para ver cómo va. Pero yo tengo que verlos a ellos puestos en ese momento ahí, cómo se presentan, de dónde vibran, y si no aparece la vibración tendré que poner un poco más de esfuerzo. Es toda una simbiosis. Igual hay algo preestablecido: de dónde la vamos, cómo hablamos, cómo nos presentamos, pero también ellos mismo proponen. Juego mucho con la libertad".

A Capusotto y Luque ya los conoce muy bien, y había quedado la promesa de repetir colaboración tras aquella "Soy tu aventura". Buscando puntos en común con la película centrada en dos hombres que deciden secuestrar al recientemente fallecido cantante Luis Aguilé, comenta: "En principio dicen que son primos, y Capusotto es un personaje retraído, un personaje que le cuesta ir para  adelante, y Luque es un personaje explosivo como en "Soy tu aventura". ¿El tema de cómo la vamos a abordar ahora? El explosivo, que es Luque, medita. Es alguien que está a punto de explotar. Mi única consigna hacia él fue: cuando hablás sentí que llorás de felicidad. A partir de ahí tiene toda la libertad pero cuando yo lo vea quiero que tenga los ojos húmedos. En cambio Diego es un perturbado, entonces estamos buscando dónde está la gracia del perturbado porque no queremos que sea muy pasivo, digamos que si vamos al realismo no tiene brillo. Este perturbado tiene una manera de caminar, habla solo, todo se lo mete para adentro y estalla en un momento, pero estamos buscando matices que desordenen la estructura del personaje sin irnos de la esencia que necesita la historia, algo que sea funcional".

Cinco semanas en Córdoba y dos en Buenos Aires es el tiempo de rodaje de esta producción de Barakacine, que Montalbano sintetiza como "ecléctica", ya que presenta "una conjunción de lenguajes cinematográficos puestos ahí para exarcervarlos y crear el propio lenguaje de la película". El realizador adelanta: "La primera escena es Spielberg, la segunda es ópera rock de los 70, la tercera es cine independiente aburrido. Esos tres tipos de lenguaje, uno testimonial, el otro cuidado y el otro con componentes de collage y 2D y 3D, dan una conjunción. La película la defino como meter todo eso en una licuadora y ver qué jugo me voy a tomar".