El escritor y guionista candidato al Oscar Guillermo Arriaga, que sigue promocionando su última novela, lanzada a principios de año, "El salvaje", mientras no ceja en su labor didáctica (este mes con un curso de guión en Tijuana), asegura que volverá a dirigir cine, algo que entra en conflicto con su otra vocación, la de escritor de novelas. "Me gustaría tener muchos clones míos que me ayudaran", bromea el autor de los libretos de "Amores perros", "Babel" o "Los tres entierros de Melquiades Estrada", quien asegura que "Tengo varias novelas en la cabeza que me gustaría escribir y también quiero volver a dirigir".

Arriaga, que acaba de participar en la Feria del Libro de Buenos Aires, cuenta en declaraciones a La Nación que el alejamiento relativo del cine (ha coescrito, producido, y dirigido cortos, pero no largometrajes) tiene que ver con su empeño en escribir "El salvaje": "Tardé cinco años y medio en escribir la novela. Por eso no dirigí largometrajes, sino sólo cortos y cosas que no me quitaran mucho tiempo", entre ellas estuvo la producción de "Desde allá", la película de Lorenzo Vigas que ganó en la Mostra de Venecia.

"El salvaje", de la que ya dijo que no tenía especial interés en que sea llevada al cine, tiene una coincidencia con el estilo ya mostrado en sus guiones más conocidos, los que escribió para González Iñárritu, la narración desestructurada y no lineal en el tiempo. "Nunca planifico nada. Voy descubriendo todo sobre la marcha. Tengo unas historias que siento que es el momento de escribirlas. Sabía lo que pasaba en las tres primeras páginas, pero todo lo demás fue improvisado sobre la marcha. No soy de esos escritores que hacen planes y saben cómo va a terminar la novela. Lo único que tengo que hacer es acordarme de lo que está pasando para no confundirme", explica Arriaga.

"Conforme voy escribiendo -agrega el chilango-, invento la historia. En la vida real así es como contamos las historias, con estructuras muy complejas. Lo único que hago es llevar eso a la literatura. Lo que he aprendido es que cada historia tiene una estructura distinta. Eso me remite a la forma en que contamos las historias en la vida diaria. Siempre usamos estructuras muy complejas. Aunque tengo déficit de atención y mi mente funciona un poco de esa forma, creo que es la manera natural de contar historias".

Guillermo Arriaga habla en esta entrevista con La Nación sobre un tema redundante en su vida, la ruptura de su tandem artístico con "El Negro" Iñárritu: "Ese rompimiento no tuvo que ver con aspectos creativos. Él siempre fue muy respetuoso de lo que yo escribí y yo lo fui de lo que él dirigió. Tampoco tuvo que ver, como dicen, con los egos. El problema es mucho más complejo, pero te puedo decir que nos respetamos el uno al otro; yo era responsable de la historia y él de cómo se hacía la película".

Además, agrega que su implicación en las películas que escribe va más allá de una cesión de texto: "No sólo entregué el guión y me retiré a mi casa. Siempre participé muy activamente de los procesos, desde el casting, las locaciones, la edición, la música, etcétera... Entonces, no siento que mi trabajo haya sido despedazado de alguna manera o mal interpretado. Ahora, la historia que escribí la firmo yo y soy el que da la cara por lo que está escrito. Sobre eso tengo absoluto control y si llega a haber una discrepancia con un director, algo que no me ha sucedido, siempre puedo publicar y mostrar cómo fue escrito".

Guillermo Arriaga estará este fin de semana en Tijuana, donde en la Sala Carlos Monsiváis del Centro Cultural Tijuana dictará a lo largo de dos jornadas, viernes y sábado, un curso de escritura cinematográfica.

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