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Colaboración: Cuba, historia de tres ciudades

por © NOTICINE.com
Por Sergio Berrocal    

Dos soldaditos, dos, que murieron cuando Franco se alzó en armas contra la República de España en 1936. Dos hermanos. Uno fue detenido por la policía y nadie supo nadie más de él. El otro murió en el frente.

Sin comerlo ni beberlo, al final de la Guerra Civil española, 1939, nacía un niño al que se le llamó ilegítimo, eran las reglas de la época. Su madre era una comadrona diplomada por la Universidad de Granada (España) y el padre un militar, entonces comandante, que mandaba en nombre de Franco en una isla de África.

Es la historia de tres ciudades, Madrid, París y La Habana.

En La Habana, tiempos de la Revolución, e incluso antes, aparece una actriz española que va arañando prestigio por donde pasa. Se llama Adela Escartín.

En París, el niño nacido al final de la guerra española, que trata de abrirse paso como periodista.

Son hermanastros pero ninguno de ellos lo sabe. Y aunque los dos podían haberse encontrado en La Habana, donde ella ha sentado prestigio profesional, donde se ha casado, donde se la conoce y se la reconoce, nunca se encontrarán. O al menos no consta que se encontraran en una proyección del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano ni en cualquier acto oficial.

Pero, ¿quién sabe? Quizá aquel día de diciembre, cuando el periodista charlaba aparte en un reservado del Palacio de la Revolución con Fidel Castro, que le había llamado, ella, la hermana que nunca fue realidad, estaba festejando en el gran salón anexo donde se cruzaban las risas y los parabienes de cineastas del mundo entero.

El Coronel, el padre, ha fallecido sin decir esta boca es mía. La actriz reconocida y el periodista navegan en mundos paralelos.

El cuento acaba casi cuando debía haber empezado. Él descubre a la hermana cuando ya está a punto de morir en Madrid.

Pero la historia no termina ahí. El coronel, que según una publicación había sido un personaje importante, también navegaba probablemente por París, Madrid y La Habana.

Como todo se sabe, como al final la historia de tres ciudades se concentra en la historia de unas cuantas personas, un viejo periódico revela que la madre del Coronel era una señora del entonces pueblo cubano de San Juán de los Remedios, provincia de Santa Clara. ¿Vivió él en Cuba antes de que apareciese en España? ¿Quizá de niño?

Ya es la historia de cuatro ciudades sin ningún testigo o al menos eso parece. Historias para un guión de cine o quizá para una obra de teatro de las que Adela Escartín protagonizó alguna vez en Madrid o en La Habana, donde su encarnación de "Yerma" fue "un hito" en el mundo artístico habanero, según afirmaba el diario español ABC.

ABC escribía en su edición del 26 de octubre de 2015: "Actuar es como escribir en la arena y en el agua". Así definía su oficio Adela Escartín (1913-2010) subrayando la tozudez de lo efímero que está en las raíces de la interpretación. Fue una mujer hermosa y decidida que viajó mucho, recibió clases de los mejores maestros, se consagró como actriz en Cuba, fue pionera entre las directoras de escena y una gran maestra. Una carrera de la que en España apenas queda eco, aunque sí de su trabajo como pedagoga en la Real Escuela Superior de Arte Dramático".

Ese mismo diario tan prestigioso en el que el periodista, el hermanastro, colaboró más de una vez. Las noticias sobre los éxitos de ella seguramente se cruzaron alguna vez, aunque en páginas distintas, con algún artículo del otro.

Hace unos años, meses antes del fallecimiento en Madrid, él supo de su existencia pero los escrúpulos le impidieron acercarse a ella. Porque, si los secretos existen, ¿no será mejor dejarlos dormir?

Secretos de familia, tan respetables como los secretos de alcoba, de los que todos hablan sin nunca revelarlos.

Ya estamos en 2018. La historia ha terminado o apenas le queda un acto. El hijo no reconocido por el padre y que se había creído abandonado descubre un documento con festones verdosos. Es una póliza de seguros suscrita en Ceuta, la isla desde la cual el Coronel dirigía su imperio. Y el mismo Coronel suscribe un escrito en el que se lee: Designo como beneficiario en caso de fallecimiento al niño Antonio Berrocal Sánchez, hijo de Mercedes Berrocal Sánchez, inscrito en el Registro Civil de Tetuán, folio 121, tomo vigésimo-noveno, sección primera, el 26 de septiembre 1939".

La póliza lleva fecha del primero de Enero de 1943. El hijo bastardo tenía entonces cuatro años de edad. Está firmado el documento por Antonio Escartín Escobar, con tinta negra, clara y gruesa y poderosa escritura.

Historia de tres ciudades que se extendieron a otras hasta formar una red en la que los distintos personajes fueron yendo y viniendo hasta que cayeron y con el tiempo desaparecieron.

Porque todos, todos, del norte o del sur, del este o del oeste, todos, y cada uno de nosotros, somos hijos de nuestras propias ensoñaciones.

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