"Colaboración: "Madre", sin mi hijo, un sin vivir

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"Madre"
"Madre"
Por Eduardo Larrocha     

Rodrigo Sorogoyen ha dirigido "Madre" y también firma el guión de este drama con Isabel Peña. Juntos han escrito los libretos de "Stockholm", opera prima de ambos cineastas, "Que dios nos perdone" y "El Reino". Más cerca del género psicológico que del thriller cuenta la enigmática historia de Elena, una mujer que diez años después de la desaparición de Iván, su hijo de seis años, está enrocada en el mismo lugar donde se perdieron sus huellas. No sabe ella, ni sabemos los espectadores, lo que entonces ocurrió. Los últimos instantes anteriores a la desaparición del pequeño los conocemos a través de una llamada de teléfono.

Esta parte de la historia ya la conocíamos porque los primeros diecisiete minutos del largometraje son exactamente aquel corto homónimo que hace dos años aspiró al Óscar y ganó el Goya al mejor cortometraje de ficción en 2018. En aquel último plano Elena salía corriendo desde Madrid hacia la playa desde la que, angustiado él pequeño y angustiada ella, la llamaba aquel hijo de quien nunca más nadie supo nada.
"Madre", la película que inauguraba el Festival de Cine Europeo de Sevilla, pega un salto hacia adelante en el tiempo. Han transcurrido diez años que imaginamos de desolación y angustia. El personaje de esa madre que interpreta Marta Nieto- hace poco la hemos visto en Litus de Dani de la Orden- es conocido por los veraneantes del pueblo francés como "la loca de la playa".
      
Las dos intensas horas por las que transcurren las secuencias de "Madre" están construidas a partir de una gran elipsis que mantiene la tensión narrativa. Los planos secuencia dan a la película una sensación de tiempo real. A esos planos se añade el uso de steadycam que aporta una visión panorámica del espacio para acercarse lentamente a los personajes. Si el papel de Elena está construido con rigor, el del joven actor francés Jules Porier da un buen y magnífico contrapunto a esa madre desorientada a la que en ese momento de la vida acompaña Alex Brendemühl.
      
Después de su estreno en la Mostra de Venecia, donde Marta Nieto se hacía con el premio de interpretación femenina de la sección Horizontes, la actriz comentaba para NOTICINE.com (8 de septiembre) que ser la madre de alguien que desaparece implica un duelo imposible de asumir. Es la mayor tragedia que puede ocurrirle a una persona. La desaparición de un hijo es aún peor que verle morir al no haber un cuerpo que permita hacer el duelo. Quizá sea casualidad, pero los diez años que transcurren entre aquella desaparición hasta que volvemos a saber de esa madre y su deriva son los mismos años que en "La selva Esmeralda" tardaba Bill Markham en encontrar al hijo perdido y acogido por una tribu en la jungla brasileña. Hasta entonces el padre no dejó de buscarle
      
"Madre" hace palpable la desorientación vital de esa madre. En su errático recorrido por la playa de Vieux-Boucau-les Bains, cerca de Biarritz, la mujer encuentra a Jean, un joven que tiene ahora la edad que ¿de seguir vivo? tendría su hijo. Esa relación marca, dos lustros después, el itinerario confuso de "Madre".  

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