Bendita Filmoteca Imprescindible: "Lo que el viento se llevó / Gone with the Wind" (1939)

por Super User
"Lo que el viento se llevó / Gone with the Wind"
"Lo que el viento se llevó / Gone with the Wind"
Esta semana, resulta obligatorio traer a nuestra Bendita Filmoteca Imprescindible un clásico sin igual. "Lo que el viento se llevó / Gone with the Wind" (1939), está de aniversario, y poder soplar 80 velas y más aún en tan magníficas condiciones, merece una celebración por todo lo alto. Desde aquí, queremos homenajear la cinta desgranando como siempre, las historietas que la rodean.

Resulta complicado en ocasiones, reducir a unas líneas las múltiples curiosidades que se viven en un set de rodaje. En este caso, la dificultad se multiplica. Si bien es cierto que no queremos aburrir a nuestros lectores, este film ocupa un lugar privilegiado en el almanaque de las anécdotas cinematográficas.

Como siempre, vamos allá comenzando por la idea. En este caso, es fundamental hablar del productor David O. Selznick. Odiado y aclamado a partes iguales, este peculiar productor se caracterizó ante todo, por una implicación absoluta en sus proyectos. Si hoy estamos (mal) acostumbrados a asociar al director con el gran artífice por excelencia de una película, detrás cualquier rodaje, hay un gran equipo de personas. Y en "Lo que el viento se llevó" goza de un enorme peso la figura del productor.

Un primaveral día Katherine Brown, que ya había colaborado en diversas ocasiones con David, le hace llegar el argumento del libro de "Lo que el viento se llevó", teniendo en cuenta que éste aún no había sido publicado. No crean que fue instantáneo el amor hacia la historia. Sabía las complicaciones que supondría un rodaje con tantos personajes, por no hablar del tabú que imperaba aún tocar el tema de la guerra civil en Estados Unidos. Sin embargo, sucumbió dedicando tres años de su vida a la producción de una película en cuyos derechos invirtió 50 000 dólares y a pesar de que parecía tener todo en contra, logró el milagro: la mayor recaudación de la historia del cine.

Pero hasta alcanzar ese punto, todo fueron enredos. Si ya eran comentadas las complicaciones de trabajar con Selznick, por esta cinta pasaron ni más ni menos que tres directores, siendo firmada finalmente por Victor Fleming, si bien es cierto que George Cukor fue quien inició el proyecto y de hecho, quien continuó en la sombra aconsejando a las actrices. En medio del maremágnum del rodaje, cuando Cukor abandonó el trabajo por desavenencias con el productor, Fleming asumió el mando pero a las tres semanas, tuvo que darse de baja y Sam Wood tomó el timón del barco. Al enterarse, Fleming pidió el alta y volvió al set. Una auténtica telenovela dentro del propio proyecto que merece una lectura extensa para aquellos a quienes les interese. Conclusión: todos tienen su granito de arena en el metraje final.

En lo que respecta al casting, más de lo mismo. Capítulo II de la fábula. Podrían escribirse párrafos y párrafos. Lo primero: Para encontrar a la actriz que encarnase a la protagonista, Escarlata O´Hara, David O. Selznick, organizó castings por todo el país pero Vivien Leigh, una británica, fue la elegida final.

En cuanto al resto del reparto, se escogió a lo mejor de lo mejor. Destaca probablemente por encima la prueba que realizó la actriz Joan Fontaine para interpretar a Melania Hamilton. La actriz (cuya relación con su hermana Olivia de Havilland no era la mejor) estaba convencida de que el casting era para el papel principal. Cuando comprobó que no, se ofendió haciendo una sugerencia al equipo: "Si quieren a alguien que haga bien de Melania, les sugiero que llamen a mi hermana". Así, Olivia de Havilland, se hizo con el papel de Melania Hamilton.

Clark Gable interpretó al galán de la película, Rhett Butler. Y aprovechando que este 2019 ha estado marcado por las reivindicaciones feministas, hay que decir que su trabajo durante la película tuvo una duración de 71 días y cobró 120 000 dólares; sin embargo, Vivien Leigh rodó durante 125 días y le pagaron 25 000 dólares. Nada más que decir.

Si hablamos de aspectos técnicos, David O. Selznick decidió que la cinta se rodase en color aun sabiendo que en aquel momento había muy poca experiencia y teniendo en cuenta que había que rodar la mítica secuencia del incendio de Atlanta.

Merece la pena recordar también la banda sonora. Compuesta por Max Steiner en solo tres meses (ya que en 1939, se encargó de la banda sonora de 12 películas),  a pesar de todo, "hizo magia", sacándose de la manga un resultado maravilloso.

Finalmente, llegó la premiere con una duración de 3 horas 58 minutos, que tuvo lugar en Atlanta, el viernes 15 de diciembre de 1939. Supuso el broche de oro a tres días de fiesta organizadas por el alcalde de la ciudad, William B. Hartsfield; un despliegue con la llegada en limusina de los protagonistas, baile de disfraces, etc. Imaginen cómo sería que el 15 de diciembre fue declarado festivo en el estado. Acudió casi todo el equipo pero ni Hattie McDaniel ni Butterfly Moqueen pudieron hacerlo, ya que las leyes mantenían la segregación racial en actos públicos.

El 29 de febrero de 1940 en el Coconut Grove del Ambassador Hotel de Los Angeles, California, tuvo lugar la 12ª ceremonia de entrega de los Premios Óscar  y la producción de David O. Selznick se hizo con el mayor número de nominaciones, con un total de 13, ganando nueve de ellos: mejor película, mejor director -Victor Fleming-, mejor actriz -Vivien Leigh-, mejor actriz secundaria -Hattie McDaniel-, mejor guión -Sidney Howard-, mejor fotografía -Ernest Haller y Ray Rennahan-, mejor decoración, mejor montaje y mejores logros técnicos.

Como ven, Hattie McDaniel, logró un hito en la historia del cine a pesar de no permitirle ir al estreno de la cinta: obtuvo el Oscar de 1940 como Mejor Actriz de Reparto convirtiéndose en la primera persona afroamericana en ser nominada y ganar un premio de la Academia. Posteriormente, en 1942, tuvo lugar un reestreno de la película y otros dos en 1947 y 1954 respectivamente; en este último de 1954 la película se proyectó por primera vez en pantalla panorámica.

No podía faltar nuestro guiño a los más viajeros. El rodaje tuvo lugar en Los Angeles, y lo más destacado es Twelve Oaks, una de las mansiones más famosas de Estados Unidos. ¿Por qué? Sirvió de inspiración para construir la casa de los Wilkes. La "casita" está en Covington, (Georgia) y el pasado verano salió a subasta.

En una de las escenas, reza Rhett Butler "Te quiero como no he querido nunca a ninguna otra mujer y te he esperado como jamás hubiera sido capaz de esperar a otra". Pues sin saberlo en el momento del rodaje, se convertiría en una frase legendaria, que hoy podemos adaptar para desearle un muy feliz cumpleaños diciéndole "Te quiero como no he querido nunca a ninguna otra película y te he esperado como jamás hubiera sido capaz de esperar a otra".
 
No obstante, dos frases han acabado siendo las más recordades de la película: cuando el despechado Butler le dice O'Hara: "Frankly, my dear, I don't give a damn" (Francamente, cariño, me importa un bledo), y en un memorable traveling hacia atrás que muestra una rojiza puesta de sol, cuando Scarlett O'Hara, con un puñado de tierra en su mano, proclama: "As God is my witness, I'll never be hungry again" (Pongo a Dios como testigo de que nunca más volveré a pasar hambre).

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