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Murió el maestro Ennio Morricone, uno de los grandes de la música en el cine

por © Miguel Toba-NOTICINE.com
Ennio Morricone
Ennio Morricone
Ennio Morricone, el maestro compositor italiano, ha fallecido a los 91 años en Roma. El distinguido músico estaba ingresado en la clínica Campuos Biomedico de la capital italiana, a causa de una caída en la que se rompió un fémur. Suyas son algunas de las mejores obras musicales de la historia del cine, habiendo firmado más de 500 partituras para cine y televisión y alrededor de 100 trabajos clásicos. Con todo ello, ganó dos Oscar, uno honorífico y otro por "Los odiosos ocho / The Hateful Eight", a pesar de su complicada relación con la Academia, a la que le costó reconocer su influencia en el cine.

El funeral de Ennio Morricone se llevará a cabo en forma privada "con respeto al sentimiento de humildad que siempre ha inspirado los actos de su existencia", según ha informado su abogado, Giorgio Assumma. "Ha mantenido hasta el último momento lucidez y gran dignidad. Ha saludado a su amada esposa María, quien lo ha acompañado con dedicación en cada momento de su vida humana y profesional y ha estado cerca de él hasta el último aliento, agradeciendo a sus hijos y nietos el amor y la atención que le han brindado", ha trasladado Assuma al diario La República, además de que "ha dedicado un recuerdo conmovedor a su audiencia de cuyo afectuoso apoyo siempre ha sacado la fuerza de su creatividad".

"Il maestro" nació en Roma en 1928 en el seno de una familia de la que su padre era también trompetista. Morricone también se inició con ese instrumento con diez años, pero cuentan las crónicas que a los seis años ya compuso su primera partitura. Con 12 años ingresó en el conservatorio de Roma, previo paso por la orquesta de la prestigiosa Academia Nacional de Santa Cecilia.

Tras darse a conocer en el gremio componiendo para programas de radio y haciendo las veces de arreglista, Sergio Leone le reclamó para poner la música a su posteriormente conocida como Trilogía del Dólar. Ambos fueron compañeros de clase siendo niños y de esta asociación surgieron las obras cumbre del spaghetti western: "Por un puñado de dólares / Per un pugno di dollari" (1964), "La muerte tenía un precio / Per qualche dollaro in più" (1965) y "El bueno, el feo y malo / Il buono, il brutto, il cattivo" (1966), protagonizadas por Clint Eastwood.

Según cuenta Ennio Morricone a Alessandro De Rosa en su libro entrevista "En busca de aquel sonido", Stanley Kubrick se quedaba atónito por cómo la música y las imágenes se sincronizaban con ese grado de perfección en la secuencia de la presentación de Claudia Cardinale en "Hasta que llegó su hora / C'era una volta il West" (1968). Tras una llamada de Kubrick a Leone, este respondió que "la música la grabamos antes. La escena, los movimientos y los intervalos de la cámara los hice a partir de la música que ya teníamos y que se tocaba a todo volumen el plató".

Pero no solo hasta ese punto llegaba la influencia de la música de Morricone. Con el paso de los años fue reclamado por Pier Paolo Pasolini, Bernardo Bertolucci, Oliver Stone, John Carpenter, Giuseppe Tornatore, Roland Joffé, Terrence Malick, Brian De Palma, Pedro Almodóvar o Quentin Tarantino.

Con Leone participó en todas sus películas salvo la primera, "El coloso de Rodas". Después de la Trilogía del Dólar, vinieron "Hasta que llegó su hora", "¡Agáchate, maldito! / Giù la testa " y "Érase una vez en América / Once Upon a Time in America". Mención aparte merece esta última, estando considera por muchos como el film con la mejor banda sonora de la historia y en que músico y director reinventaron el tiempo narrativo siendo unos de los primeros que envejecieron a De Niro tras "Novecento".

La monumental "Novecento", de 1976 y con 314 minutos de duración, también la compuso Morricone en la que fue su más destacada participación con Bertolucci. Antes de ella, compuso para Pasolini "El decamerón", "Las mil y una noches" y la sórdida "Saló, o los 120 días de Sodoma / Salò o le 120 giornate di Sodoma", película en la que Pasolini le ocultaba las escenas más explícitas, quizás por su fama de hombre educado, intelectual y humanista, pero con un toque afilado del que era plenamente consciente.

A finales de los años 70 y durante las décadas posteriores estrechó lazos con producciones norteamericanas, y de ellas surgieron obras notables como en "Días del cielo / Days of Heaven" (1978), que significó su primera nominación al Oscar. Más tarde vinieron "La misión / The Mission" (1986), "Los intocables de Elliot Ness / The Untouchables" (1987), "Átame" (1989), "Corazones de hierro / Casualties of War" (1989), "Bugsy" (1991), "Lolita" (1997), y los trabajos para Tornatore en "Cinema Paradiso" (1988), "Pura formalidad / Una pura formalità," (1994), "Malèna" (2000) o "La mejor oferta / La migliore offerta" (2013). También dejó su impronta en cintas de género fantástico y de terror, denostadas en su día, pero ahora calificadas como obras de culto como "El exorcista 2: El hereje" (1977), "La cosa / The Thing" (1982) o "Misión a Marte / Mission to Mars" (2000).

El tándem que formó con Tarantino fue otro de los capítulos más notables en la carrera del compositor, a pesar de las palabras que le dedicó hace unos años en las que criticaba el cine del nacido en Knoxville. Piezas recicladas de sus westerns fueron usadas por el director para sus "Kill Bill Vol. 1 y Vol. 2", "Malditos bastardos / Inglourious Basterds" o "Django desencadenado / Django Unchained". No obstante, fue con "Los odiosos ocho / The Hateful Eight" (2016) con la película que ganó su primer Oscar a la Mejor Banda Sonora Original, reciclando partituras de "La cosa / The Thing". Una década antes había ganado el Oscar Honorífico a su carrera.

Su obra trascendió al cine e influyó notablemente en grupos de la cultura pop como en Muse, Metallica o Los Ramones, que abrían sus conciertos con "Man with a Harmonica" y "The Ecstasy of Gold".

En cuanto a los reconocimientos, Morricone ha recibió dos Grammy, tres Globos de Oro, cinco BAFTA, 10 David de Donatello, 11 Nastro d'argento, el Premio de Música Polar en 2010, el considerado Nobel de la música, y el Princesa de Asturias de las Artes, además de haber vendido más de 70 millones de discos.

Sus notas nostálgicas, íntimas, épicas, dramáticas, delicadas y frenéticas, porque era camaleónico como nadie, resonarán como hacían los silbidos de su "Cockeye's Song".

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