El cine es un arte que, como tal, refleja todos los aspectos de la sociedad y sirve para concienciar y denunciar las distintas circunstancias adversas que asolan al ser humano. Uno de estos dramas, nace en Haití. Desde que tuvieron lugar los terremotos acontecidos en 2010 y 2018 y el paso de diversos huracanes en 2010, 2012 y 2016, que arrasaron el país, unidos a los posteriores escándalos de corrupción, la que fuera una de las primeras naciones americanas en conseguir la independencia -y la única que la consiguió con el protagonismo de esclavos y afrodescendientes- es actualmente el país más pobre del continente. Haití sufre una crisis humanitaria y económica que se refleja en las continuadas crisis políticas que acechan sus tierras y que han provocado la expulsión de miles de haitianos, quienes se han visto obligados emigrar a países vecinos. Este drama migratorio no solo transcurre en el proceso de búsqueda de un nuevo destino, sino que continúa para los afectados en el país de acogida. Dos películas americanas llevarán a salas comerciales en 2019 esta circunstancia vital en tierras chilenas y dominicanas, tras el paso de ambas por diversos festivales internacionales.

La primera en estrenarse será la dominicana "La Isla rota", el próximo 13 de junio, en todos los cines del país caribeño, distribuida por Caribbean Cinemas. La película ha tenido una buena acogida internacional en festivales como el Festival de Cine Latino de Chicago y el Festival Talling Black Nights de Estonia, donde se convirtió en el primer film dominicano en participar en el evento. Se trata de la segunda cinta del cineasta Félix Germán ("La maldición del padre Cardona") basada en un acontecimiento histórico y está protagonizada por Algénis Pérez, quien debutó recientemente en la película hollywoodiense "Capitana Marvel / Captain Marvel", junto a Manny Pérez ("Bella"), Dalisa Alegría ("Lotoman 003", "Casi fiel"), Frank Perozo ("Todos los hombres son iguales") y el propio Germán, entre otros.

La cinta, filmada en Barahona y rodada en español y en creole haitiano, cuenta la historia de un niño que, mientras escapa de la pobreza de Haití, es testigo del asesinato de sus padres al cruzar la frontera dominicana. Años más tarde, tendrá la oportunidad de enfrentarse a los asesinos de sus progenitores. Su director, Germán, ha definido así el film: "Esta película recoge aspectos humanos universales que son objeto de controversia y que van desde las mezclas interraciales hasta las condiciones de pobreza extrema que obligan las migraciones forzadas, el desacuerdo ancestral entre dos culturas muy disímiles, así como los conflictos internacionales que se desprenden de esas alteraciones sociales y desplazamientos masivos".

Por otro lado, "Perro bomba", ópera prima del chileno Juan Cáceres, quien la ha escrito y dirigido, narra una historia de xenofobia contra los migrantes haitianos en Chile y será estrenada en salas nacionales el próximo 24 de octubre. La cinta ha recorrido diversos festivales internacionales como Cannes, Guadalajara, Miami (donde se estrenó), Málaga y el Festival Cinélatino de Toulouse (Francia), recibiendo diversos premios. La película cuenta con actores consagrados como Blanca Lewin ("En la cama", "La vida de los peces") y Alfredo Castro ("La fiera", "Tony Manero"), pero está protagonizada por Steevens Benjamin, un joven haitiano sin formación actoral, entre otros actores amateur procedentes del país centroamericano.

El film se hizo en un principio sin guion o storyboard, a partir de la observación de los propios inmigrantes haitianos en Chile, es una ficción, pero se alimenta de diálogos y situaciones documentadas. "Presentamos la realidad tal como la vimos, sin ocultar nada", ha dicho Cáceres. El realizar también ha señalado que el film estuvo motivado por la ola migratoria que duplicó la población inmigrante en el país a partir de 2016, cuando se comenzaron a vivir "muchos estallidos de xenofobia y racismo". Como reflexión, el director ha sentenciado que "no es que los chilenos sean malos y los haitianos buenos o viceversa", sino que "todos tenemos mucho que mejorar si queremos que este pedazo de tierra sea, por fin, ‘la copia feliz del edén’, como canta el himno patrio de Chile".


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