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Rober Calzadilla estrena "El amparo" en Colombia

por © Carolina G.Guerrero-NOTICINE.com
Rober Calzadilla
Rober Calzadilla
Pese a que la película "El amparo", del venezolano Rober Calzadilla, estrenada hace tres años, es una coproducción con Colombia, no es hasta esta semana que la opera prima del cineasta, ahora en tratamiento por una grave enfermedad, llega a los cines del vecino país, luego de obtener una veintena larga de premios en festivales internacionales. NOTICINE.com habló en exclusiva con Calzadilla sobre "El amparo".

- ¿Qué puede contarnos de su película?
"El amparo" es la historia de un grupo de pescadores que va a unas jornadas de pesca y son interceptados por un comando de seguridad fronterizo en las fronteras de Venezuela-Colombia, en los últimos años 80, y son masacrados. El estado se apunta esto como un éxito ante la lucha contra la guerrilla. Sin embargo, sobreviven dos que son los que revierten esta verdad. La historia va de estos dos personajes y el pueblo, como vivieron todo esto, como esto les afectó y los transformó.

- La película esta inspirada en hechos reales, en concreto en el 29 de octubre de 1988 ¿por qué decidió llevarlos al cine?
Creo que hay una generación que está marcada por ese hecho, yo pertenezco a esa generación. Creo que hay una decisión que esa página negra en nuestra historia reciente nos transformó un poco. Hubo como un despertar de conciencia, de romper esa burbuja de la infancia para pasar a ser un adolescente y creo que esa transición, en medio de ello, está el suceso de "El amparo". Es cuando ya te llega esa revelación de que eres un ser absolutamente vulnerable ante el poder. Que eso les pasó a ellos pero le puede pasar fácilmente a cualquiera. Entonces esa idea, que en ese momento me aterró, porque claro estaba saliendo de la niñez a un mundo que sabes que te puede pisotear de buenas a primeras. Por eso es un evento que llevo conmigo y vive conmigo. Conmigo y también con mi generación, la guionista también es de mi edad. Es curioso porque cuando conversamos de esto la primera vez, los dos coincidíamos en la imagen que teníamos de nuestra niñez; esos señores frente al televisor diciendo "No somos guerrilleros somos pescadores". Entonces a partir de esa imagen se construye la historia.

- Su film habla sobre la verdad. A veces es difícil mantenerla…
Si, yo creo que más que de la verdad, algo con la dignidad. Porque la verdad es escurridiza, la verdad depende de que lugar estás parado y de donde la estás diciendo. Hay uno de los personajes que dice "La verdad la puedes gritar ahí en la plaza". Hay mucha cosa alrededor de la verdad, la verdad no se sirve en un plato, hay como un cuestionamiento a la verdad y justamente es la gran pregunta que nos hacemos nosotros; no le damos respuesta a nadie, no decimos quien fue ni porqué, simplemente compartimos nuestras preguntas. Entonces es lo que invitamos a nuestra audiencia a compartir, preguntas.

- ¿Dónde se rodó "El amparo"?
En el Estado de Apure. El llano venezolano es uno de mis lugares favoritos porque la crueldad y la belleza se encuentran en ese lugar y conviven. Es un sitio donde las condiciones climáticas siempre son extremas, o llueve mucho o hace un sol radiante, a la noche hay muchos mosquitos. Nosotros nos fuimos un mes antes a vivir al lugar. Por supuesto cuando comenzamos a rodar ya era mas o menos natural para nosotros, nos habituamos, nos aclimatamos muy rápido. Hubo una reconexión con el lugar porque venimos de sitios muy parecidos donde el clima es muy extremo sin medias tintas. Y en ese sentido de pronto para el resto del equipo si fue fuerte, pero para el equipo central ya nos acostumbramos. Porque la idea de ir a vivir allí un mes antes era fundirse con el paisaje, no destacar en el paisaje. Los que iban al rodaje no se imaginaban que yo era el director porque parecía uno de ellos, andaba descalzo…

-¿Cuál es la situación en Venezuela para producir películas?
Es difícil como en todos lados. Toda la maquinaria económica alrededor de una película siempre es difícil, y más en un país en crisis. Rodar pues no, a las zonas en las que vas a rodar la gente es muy cálida, es ese sentido, y muy amable, muy bondadosa. Los pueblos a los que vas a hacer una película o los lugares mas bien son todo lo contrario, son muy abiertos y se involucran. En el caso de "El amparo" el pueblo entró en el guion. No impusimos un guion, sino que dejamos que las costumbres minaran el guion, y hay conversaciones y palabras que son de allí. Entonces es como una apertura, no es difícil rodar en Venezuela salvo como en todo lugar toda la maquinaria y toda la estructura económica de las películas eso de pronto si es como más trabajoso, pero también nosotros tenemos un Instituto de Cine en Venezuela que durante años ha sido realmente un instituto que nos ha apoyado para la ejecución y la realización de las películas. El instituto cuando tiene un proyecto lo lleva a término , se responsabiliza y en ese sentido no me puedo quejar. No solo hablo de mi película, creo que ha pasado con otras películas, el Instituto decide hacer una película y lo asume con todas las responsabilidades. En ese sentido hemos sido también un poco privilegiados.

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