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Pedro Almodóvar cuenta "Madres paralelas" (y II)

por © El Deseo-NOTICINE.com
Almodóvar y Penélope Cruz
Almodóvar y Penélope Cruz
Por Pedro Almodóvar *  

Para Penélope Cruz interpretar a Janis ha sido un auténtico tour de force. Durante gran parte de la película su personaje se mueve con una doble intención. Todos sus actos están determinados por la contradicción en que vive y por el miedo. Esta contradicción es muy difícil de actuar, especialmente porque Ana encaja plenamente en su nuevo rol y se convierte en un ser adorable tanto para la hija como para la madre, lo que aumenta su sentido de culpabilidad. La atracción que Ana siente por Janis de modo natural acaba convirtiéndola en su amante, formando con la niña su familia ideal. Ana se enamora de Janis y Janis se deja querer, y la quiere también, a su modo, mezclando el nuevo sentimiento hacia Ana con la culpa y la vergüenza de estar mintiéndole.
 
Una noche aparece Arturo, le anuncia a Janis que la fundación de la que es miembro ha decidido la exhumación de la fosa de su bisabuelo. Salen y toman unas copas, no le comenta nada de Ana ni de su conflicto interior, y vuelve tarde a casa. Una vez en la cama Janis rechaza amablemente a Ana, que saborea medio dormida el vino en los labios de Janis. Al día siguiente le cuenta que estuvo con el padre de su hija y Ana se siente celosa. Más que nunca Janis sufre por la suma de contradicciones en que ha convertido su vida, especialmente en el momento en que la verdad histórica de la fosa de su bisabuelo verá la luz sus mentiras se le hacen más evidentes, el dilema moral la llena de vergüenza y de culpa. Hasta que una noche rompe su silencio y le desvela a Ana su secreto.

Reconozco que me fascina la complejidad y determinación de Janis, a mitad de la escritura cuando los personajes ya están vivos, a veces se independizan del autor, y el autor solo puede ponerse a su servicio como un notario o un médium. Es una parte de la gestación del guion que cuando ocurre, siempre en el segundo o tercer borrador, me subyuga. Esta parte del proceso de la escritura es muy misterioso y difícil de explicar. Con Janis me ocurre esto. Creo que la suya es la situación más difícil en la que he puesto a ningún personaje hasta ahora (junto a la de Elena Anaya en La piel que habito). La originalidad y oscuridad de su peripecia hacía difícil ponerle referentes a Penélope Cruz que existieran en la vida real. Dirigirla ha sido un proceso minucioso donde he necesitado que ella se me entregara como en un estado de hipnosis. He contenido el torrente de lágrimas, Penélope es muy emocional y hubiera estado llorando de principio a fin, y las ha sabido sustituir por la dosis justa de culpa y de vergüenza, en un estado de continua alarma.

Los actores

He sido muy afortunado con el casting. Israel Elejalde y Aitana Sánchez Gijón son dos actores que admiro por sus enormes trabajos en teatro y me ha impresionado mucho la precisión y rapidez con que se adueñaron de sus respectivos papeles en la película. Y respecto a Milena Smit creo que es la gran revelación de Madres Paralelas. Éste es su segundo trabajo en cine, y todo lo que hace ante la cámara posee tanta verdad… Era muy difícil no desaparecer cuando tienes todo el tiempo delante a una Penélope Cruz que es un torbellino en su papel de Janis, pero Milena es el contrapunto perfecto, su pureza e inocencia acentúan las partes más oscuras de Janis. A Milena Smit le auguro un gran futuro. Julieta Serrano y Rossy de Palma completan el reparto. Sus intervenciones son breves pero sabrosas.

La fosa

El tema de las fosas franquistas es un tema importante, que yo trato de mostrar tangencialmente al final. En los primeros guiones tenía mayor presencia pero fagocitaba todo lo que había a su alrededor, es un tema demasiado fuerte para combinarlo con otros y yo desde el principio quería contar las vicisitudes de Janis, su historia con Ana y la de sus hijas, el dilema moral en el que vive. Para desarrollar esta trama decidí aplazar la apertura de la fosa para el final. Aun así espero que su presencia en la película ayude a visibilizar un problema urgente y vigente en la sociedad española.

He tratado el asunto con toda la delicadeza porque no estoy haciendo un ajuste de cuentas con nuestra historia, del mismo modo que los familiares de las víctimas no exigen otra cosa que una lápida donde poner el nombre de su ser querido y poder enterrarlo en un lugar digno donde puedan honrarlos. Es algo que a día de hoy la sociedad española les debe y es una deuda urgente porque ahora es la generación de los biznietos la que pide la excavación de las fosas. Esto es algo por lo que Ariel Dulitzky, relator de las Naciones Unidas, se mostraba sorprendido durante su visita a España en el año 2013, que fueran los nietos y biznietos las primeras generaciones en preguntar por sus antepasados y pedir que las fosas se abrieran para honrarles y homenajearles. Es una solución que en el mejor de los casos nunca podrá identificar a todos los desaparecidos no forzados, solo a una cuarta parte de ellos, según Francisco Etxberria, antropólogo forense al que el actual gobierno encargó un informe sobre la situación actual de las fosas.

La película cambia en la recta final, desde el viaje de Janis y Arturo al pueblo de ella para tomar muestras de ADN a los familiares de las víctimas. Los testimonios de todos ellos están extraídos de la realidad.

A pesar del dramatismo de nuestro pasado, la guerra civil, la película entra en una zona de alivio y emoción. No hay ajustes de cuentas ni sensación de revancha en los testimonios de los familiares. Al final los miembros de la ONG que han excavado la fosa junto a algunos familiares, una vez vaciada, se tienden en el fondo imitando la postura en que fueron encontrados los cadáveres, es el homenaje de los vivos a los muertos.

Entre los familiares que se han quedado fuera están Ana, Janis y la pequeña Cecilia. La película termina con un plano de la niña mirando el fondo de la fosa. Es la mirada del futuro, Cecilia recordará siempre ese momento.

El último plano de la niña

Fue difícil rodar ese primer plano de la niña Luna Auria Contreras, que interpreta a Cecilia cuando tiene dos años escasos.

Durante los dos primeros meses Luna se familiarizó con Penélope y con Milena y pudimos rodar todas las escenas del guion sin ningún problema, pero durante el tiempo del rodaje la niña creció y dejó de ser un bebé que corría de mano en mano para convertirse en una niña de casi dos años que empezaba a ser consciente de sí misma y a demostrar voluntad propia. El penúltimo día de rodaje se negaba a compartir una escena de comida con sus dos madres y no paraba de llorar. Hubo que retrasar dos o tres horas el rodaje para que la niña se recuperara. Yo ya había escrito una escena alternativa, improvisada sobre la marcha, sin que apareciera la niña, por si acaso. Pero mi incertidumbre era si Luna estaría dispuesta a rodar uno de los planos finales. Para la película era imprescindible, ese plano representa la memoria de las generaciones futuras que no olvidarían la barbarie que para nuestra historia significan la existencia de esas fosas. Pero cuando todo estaba a punto para rodar su plano, Luna no estaba dispuesta a quedarse quieta y no dejó de gritar hasta que de pronto algo le llamó la atención y miró en silencio el fondo de la fosa, una mirada que no sabría describir, pero que era justo lo que necesitaba.

Después fui tomando conciencia de cómo había ocurrido todo. Virginia, la segunda ayudante de dirección, se había quedado embarazada durante el rodaje y también en el seno del rodaje había abortado accidentalmente. En el último plano Virginia se metió en la fosa para llamar la atención de la niña y empezó a cantarle las canciones que probablemente soñara cantarle a su propio bebé. Y Luna quedó abducida por esas canciones, se olvidó de su enfado, se relajó y nos regaló una larga mirada, concentrada y misteriosa completando felizmente el rodaje de la película.

En los rodajes a veces pasan estas cosas.

Fotografía

Una vez más José Luis Alcaine ha sabido plasmar la coloración que yo intuía que era la adecuada para la película. El sol está muy presente, a través de las ventanas que dan a la plaza de la protagonista. Una fotografía muy luminosa para una historia sombría. El propio Alcaine comenta acerca de su trabajo: "… Hemos intentado que, gracias a diafragmas altísimos (casi todo está rodado entre f:16 y f:22), los actores que aparecen en la pantalla en primer, segundo y hasta tercer término, estén siempre a foco. Pretendía también abarcar la visión total de los decorados, lo cual nos ha permitido una puesta en escena en profundidad y que el espectador pueda dirigir su mirada al personaje, decorado o detalle que más le atraiga. Todo está interactuando y creo que el espectador, gracias al aumento de información visual, se sienta en medio, casi participando del relato. Con estos diafragmas se crea, pienso yo, una cierta sensación de relieve. Este es un planteamiento muy distinto a lo que se hace actualmente, pero considero que de este modo consigo una mayor inmersión visual en el mundo de Pedro".

La música

Alberto Iglesias se ha encargado de vestir musicalmente la historia, y una vez más me ha sorprendido su capacidad para dialogar con los silencios y las palabras, las acciones y las miradas de los personajes. Prefiero que lo explique él mismo: ".Empecé por la secuencia más compleja, cuando Janis recibe en el ordenador la noticia de los laboratorios Labgenetics. Es una secuencia que obliga a la música a implicarse en la sustancia cinematográfica, en el instante narrativo. Los primeros planos podrían sugerir una escritura musical poco densa, de pocos instrumentos. Es lo primero que pensé, sin embargo al oír la respiración entrecortada de Penélope, la angustia y la resistencia a admitir los resultados (y su posterior ocultamiento) provocan una esfera de sonidos más densa y compleja.

He utilizado texturas dramáticas que se distribuyen en una gran orquesta de cuerda; en algunos momentos, aspectos como el fraseo y la armonía recuerdan al clasicismo musical de años 30 y 40.

Me refiero a ese grupo de compositores formados en el teatro y la ópera europeos que llegaron a Hollywood y fundaron los gestos principales del acompañamiento cinematográfico. Korngold es uno de mis favoritos.

Hay otros elementos temáticos que han ido apareciendo según iba avanzando, se van engarzando (encadenando) unos con otros y no recuerdan solo a esa sonoridad clásica del cine sino más bien al tipo de música que he hecho para otras películas de Pedro. Un carácter más emotivo en unos casos y en otros con una ambición más hipnótica, por lo repetitivo, y un gusto por la imprevisibilidad.

En todos los casos siempre son un espejo de lo que le está ocurriendo a Janis, como un piano que acompañara a una cantante, esperándola, impulsándola y enmudeciendo para no revelar nunca más de lo que sus ojos nos dicen. Esta es una película llena de ojos que miran, no solo los actores, también las fotos que aparecen nos están mirando. Y las puertas, hay un montón de veces en que los actores abren una puerta y se encuentran ante una sorpresa, una ilusión, la decepción o el dolor.

El acompañamiento musical está asociado naturalmente al montaje, empezando al principio o al final de una frase, son elementos sincrónicos muy funcionales pero poco evidentes que buscan la naturalidad y la fluidez.

Además de la música de Alberto Iglesias se escuchan "Summertime", cantada por Janis Joplin, y "Autum Leaves", en la versión de Miles Davies.


(*): Este texto de Pedro Almodóvar, remitido a NOTICINE.com por su productora El Deseo, describe detalles de su película "Madres paralelas", que se estrena el viernes 8 de octubre. Por su tamaño, lo hemos divido en dos entregas, este martes (http://noticine.com/noticias/estrenos/32474-pedro-almodovar-cuenta-madres-parelelas.html) y miércoles.

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