El esperado estreno de "El callejón de las almas perdidas / Nightmare Alley" de Guillermo del Toro se producirá en diciembre en cines norteamericanos, pero no será hasta finales de enero del próximo año cuando pueda verse en España y Latinoamérica. Del Toro ha contado en una entrevista a Deadline el proceso de creación del proyecto y las dificultades que han tenido que superar al verse interrumpidos por la pandemia.

Parece ser que la idea partió de su viejo amigo y cómplice en numerosas cintas, Ron Perlman, quien le sugirió hacer un remake de la película de 1947 basada en la novela negra de William Lindsay Gresham con el mismo título, y que protagonizara Tyrone Power. Era 1992 y ambos colaboraban juntos en la opera prima de Del Toro, "Cronos". "Tenía 29 años y lo que vi fue el exotismo de la atmósfera. Los gritos, la feria, el tono Tod Browning de todo. Lo que habría sido, en mi opinión, francamente el camino equivocado a seguir de todas las posibilidades", recuerda Del Toro.

Sin embargo, los derechos eran aún propiedad de la Fox, y no fue hasta que la guionista Kim Morgan le sugirió retomar el proyecto tras el éxito de "La forma del agua / The Shape of Water" (2017), que ganó cuatro Oscars bajo el auspicio de Fox, cuando comenzó a materializarse. "Pensamos abordarlo no como la caída del personaje, sino como su revelación. La revelación de un hombre, cómo el momento más sagrado que tienes en tu vida es el momento en que te enfrentas a ti mismo. Cuando dices: 'Este es quien soy'", comenta.

Revela que desde el comienzo de la escritura del guion ya tenían muy claro cuál iba a ser la última escena: "Nos dimos cuenta de que iba a ser el retrato de un personaje a través de la luz de otros". Y añade: "Es a través de Stan que conocemos el mundo. Llegamos a Stan juzgándolo, creyendo que nunca lo entenderemos. El tipo está rodeado de cosas extrañas, pero lo más extraño sobre él está en el interior. El personaje más aterrorizado y solitario de toda la película es él, y aquí es donde empezamos a comprenderle".

Bradley Cooper fue nominado al Tony por representar en Broadway al Joseph Merrick de "El hombre elefante", pero Del Toro relaciona los dos personajes, a pesar de ser opuestos: "La belleza de esto es que son el yin y el yang de la naturaleza humana. Cualquiera que entienda la 'otredad' en el exterior también comprende la 'otredad' en el interior. La compasión que te permite comprender un personaje te permite comprender el opuesto, lo cual es hermoso".

La segunda parte de la película fue filmada en primer lugar, y la pandemia hizo que el escenario de la feria que habían creado para rodar la primera parte fuera abandonado y castigado por la lluvia y el viento, lo que resultó ser una ventaja. El rodaje tuvo que pararse durante 6 meses a causa de la pandemia, lo que dio tiempo a que Cooper perdiera peso para rodar las escenas iniciales de Stan, donde se alimenta mal y aparece más delgado, aunque del Toro confiesa: "Originalmente, íbamos a hacerlo al revés, queríamos comenzar con la feria y rodar en secuencia. Fue mucho mejor rodar a Stan en la ciudad primero y después volver a la feria a por un Stan más joven, una versión más inocente".

Del Toro comenta que la película no tiene ningún elemento sobrenatural, pero para él supone "la película definitiva sobre la pregunta que he hecho en todas mis películas, ¿qué es lo que hace que una persona sea monstruosa y lo que hace que una persona sea humana?. Sin revelar el final, cada vez que lo veo siento una completa similitud con Stan. Lloro, lo siento y lo comprendo, lo que es", confiesa.

Es posible que, en este caso, lo sobrenatural no esté en el contenido sino en la propia película en sí. "No fue una cuestión de toma de decisiones; el material nos habló". Las grandes obras de arte son las que cobran vida y utilizan al artista como instrumento. Desde el 17 de diciembre en cines norteamericanos podremos juzgar si ha sucedido así en esta ocasión.

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