El cineasta Emilio Ruiz Barrachina, conocido sobre todo por su obra documental, incide por primera vez en la comedia "con una lágrima" y sin abandonar su tradicional sentido crítico en lo social, de la mano de "La venta del paraíso", adaptación de su novela homónima, que ha coescrito con el también realizador Gonzalo Suárez y con Andrés Acevedo. El lanzamiento español, en el Festival de Gijón, sigue pocos días después a su estreno mundial en el mexicano certamen de Morelia, en ambos eventos acogidos con aplausos.

"La venta del paraíso" es la historia de Aura María (la mexicana Ana Claudia Talancón), quien recibe una tentadora oferta de trabajo en España a cambio de llevar consigo un pequeño paquete, que resulta ser cocaína. Por suerte para ella, lo detecta a tiempo y se deshace de la droga antes de cruzar la aduana. Una vez en territorio ibérico acaba de convencerse de que todo era un engaño y sus papeles de trabajo, incluso el pasaje de vuelta, resultan falsos. En consecuencia, queda varada en Madrid, sin trabajo ni perspectivas, hasta que la acoge un curioso personaje, "El Paisa" (Carlos Iglesias), quien la lleva a la indescriptible pensión donde él y muchos otros personajes (entre ellos algún que otro fantasma), en su mayoría emigrantes, conviven en relativa armonía.

Asume Ruiz Barrachina que su película está trufada de citas y homenajes a cineastas, escritores y hasta músicos que le gustan, desde Buñuel a Tchaikovsky pasando por Valle Inclán. "Decidimos convertirla en película ajustando la novela que escribí en 2005, con Gonzalo Suárez y Andrés Acevedo. Trasciende creo de la anécdota del viaje de una extranjera. El tema está ahí, el de la emigración, pero es mucho más. Es vernos a nosotros mismos desde fuera. Una visión esperpéntica...", explica el realizador español en un encuentro con la prensa este domingo en Gijón.

"La película -añade Ruiz Barrachina- aunque pueda sonar pretencioso quizas tenga algo de revolucionaria. El público va a descubrir una comedia con lágrima y se lo pasará bien. Si es cierto que proponemos un código no habitual en nuestro cine. No se si tiene riesgo, pero sí hemos visto tanto aquí como antes en México que el público engancha con la película. Proponemos un código algo diferente, original, pero la gente lo pasa bien.

Con este concepto coinciden los actores William Miller y Carlos Iglesias, que acompañan a su director en esta participación en la competencia gijonesa. "Cuando eres actor -dice el primero- pocas veces tienes oportunidad de trabajar en generos tan especiales. Mas que el trabajo del rodaje fue más complicado el previo, de conversaciones para entender qué es lo que estábamos rodando, para adaptarnos a un tono general. El género de la comedia fantástica da oportunidades de pasarte o quedarte corto. Pero en este caso se ha conseguido un empaste bastante bueno entre los actores".

Por su parte, Carlos Iglesias, quien ha tocado en varias oportunidades ya como director y actor el tema de la emigración, en películas como "Un franco, catorce pesetas", reconoce que le sedujo este personaje opuesto a los de emigrante que había desempeñado antes: "Estaba ligado a ese tema, y de pronto soy el que acoge. Me interesaba ahora darle la vuelta a la moneda. Emilio tiene una visión muy personal, original. Yo estoy más aferrado al suelo, al realismo, y me pareció muy interesante hacer una película distinta".

Respecto de la circunstancia de tener a un cineasta consagrado y admirado, como el veterano Gonzalo Suárez, escribiendo al lado, le hizo sentirse a Emilio Ruiz Barrachina más seguro que cohibido: "La experiencia ha sido buena porque es uno de los que yo considero un maestro. Parte de una relación de amistad, de admiración. Es Gonzalo una persona entrañable, en su cine muy exigente, y él entendió que partiamos de una novela ajena, y supo poner su sabiduría al servicio del proyecto, que no era una película suya. Es un gran director y guionista y su sombra está en la película, aunque sea filtrada por mis ojos".

De hecho Ruiz Barrachina adelanta que él producirá la próxima cinta como director de Suárez, "El hombre colgado", que se rodará el año próximo en Cantabria.